Una lucha Socialista Feminista a escala internacional es necesaria para lograr el derecho al aborto

El estado estadounidense, que ha afirmado falsamente librar una guerra por los derechos de las mujeres en todo el mundo, ahora está librando una guerra contra las mujeres dentro de sus propias fronteras, una guerra que tiene consecuencias en todo el mundo.

Escrito por Alternativa Socialista Internacional y Rosa Internacional.

La Alternativa Socialista Internacional y las feministas de ROSA Internacional llaman a la solidaridad global en tanto que mujeres, trabajadoras y trabajadores, y la gente pobre de los Estados Unidos se levantan para defender el derecho al aborto. El Estado de ese país – que ha declarado falsamente que lucha en pro de los derechos de mujeres a lo largo y ancho del mundo – ahora está haciéndole la guerra a las mujeres dentro de sus propias fronteras, una guerra que tiene consecuencias a nivel mundial. Nosotras, feministas socialistas y trabajadoras, construimos redes internacionales de resistencia en Latinoamérica, África, el Medio Oriente, Europa, Rusia, China y otras partes de Asia.

El 3 de mayo se filtró información de que la mayoría de los jueces de la Corte Suprema Estadounidense buscan deshacer el fallo Roe v Wade que desde 1973 le concede a las mujeres el derecho legal al aborto en los Estados Unidos, y que también es el fundamento legal para otras muchas leyes progresistas, incluyendo los derechos relacionados con  anticonceptivos y LGBTQ+. Este desarrollo ha sido confrontado con ira por parte de las mujeres, la gente joven y las y los trabajadores en el país, donde la mayoría quiere preservar el derecho al aborto. Han abundado las protestas en los últimos días. Por todo el mundo nos levantamos en apoyo de esta lucha, y lo hacemos porque es necesario.

Fue la así llamada Segunda Ola de las luchas femeninas entre los 1960 y los 1970, de movilización de masas y organización, la que en muchos países ganó el derecho al aborto. En otro país este derecho inherente de las mujeres y las personas gestantes a decidir sobre su propio cuerpo se ganó más tarde. En los últimos 10 años, la lucha feminista ha ganado batallas importantes. Algunos ejemplos: Irlanda ganó su derecho al aborto en 2018, Korea del Sur en 2019, Argentina en 2020, y el aborto fue decriminalizado en partes de México en 2021. Las altas cortes Colombianas legalizaron el aborto hasta las 24 semanas en febrero de este año.

En paralelo a esto, la derecha está presentando su oposición contra los derechos de las mujeres y las personas trans. El año pasado, la derecha cristiana logró forzar una prohibición casi total al aborto en Polonia, en China la dictadura está restringiendo el derecho al aborto como parte de su impulso para expandir su mercado doméstico, y ahora les sigue la Corte Suprema de los Estados Unidos.

Es la agenda machista de Donald Trump la que se está poniendo en marcha ahora. Mientras estaba en el poder. Trump nombró tres nuevos jueces a la corte y conscientemente escogió candidatos con un historial en contra del derecho al aborto con el propósito de cambiar el equilibrio de fuerzas de la corte y anular Roe v Wade. Si esto tiene éxito, los abortos serán automáticamente prohibidos en 13 estados que ya anticiparon los eventos e implementaron leyes que ahora intentan hacer respaldar por la Corte Suprema. La prohibición del aborto en Texas, ya en efecto desde hace seis meses, invita a todos aquellos en contactos con una persona en embarazo que quiera practicarse un aborto a que se vuelvan informantes del Estado – un taxista, por ejemplo, podría ser condenado por haber colaborado e instigado a una “infracción” de este tipo. En el futuro, en otras palabras, se podrías presentar una situación en la que gente viaje de los Estados Unidos a México para poder ejercer sus derechos humanos.

Pero la ira de la gente es grande también contra el Partido Demócrata – porque los Demócratas permitieron que esto pasara. Tanto Obama como Joe Biden habían prometido que iban a legislar el derecho al aborto pero desde entonces han traicionado sus promesas. Una vez más los Demócratas han demostrado que son uno de los dos partidos del gran capital. De haber existido un partido de las masas obreras, este podría haber preparado a las y los obreros, mujeres, juventudes y la gente negra marginada en pro de la lucha que es requerida. La lección del movimiento Black Lives Matter, que también recibió un enorme apoyo internacional, es que las protestas espontáneas no son suficientes. Más trabajo organizacional y un programa político socialista, uno que reconozca la doble naturaleza del estado, son necesarios.

No hay otro camino fuera de esta situación además de las luchas. Por todo el mundo las mujeres están sin aliento – ¿puede ser esto real? Los horribles años de enfermedad y muerte dieron lugar a una sombra de pandémica de mala salud y pobreza – en particular para mujeres, tanto por la intensificación del doble trabajo mientras las escuelas y las instituciones de cuidados estuvieron cerradas, por más estrés para las trabajadoras de la salud, y por último pero no menos importante por la explosión de violencia masculina contra las mujeres en el hogar. Pero lo que los gobiernos del mundo intentaron salvar fueron las ganancias de las grandes corporaciones y los bancos. No hemos salido aún de esta pesadilla, pero la siguiente crisis ya nos golpea en la cara. La invasión de Putin a Ucrania ha visto dispararse la militarización en todo el mundo. Al igual que los precios de comida. Oxfam advierte que otros 263 millones de personas podrían caer en la pobreza extrema este año.

Encima de todo lo mencionado tenemos la ofensiva ideológica contra el derecho más fundamental de las mujeres – el derecho a decidir sobre sus propios cuerpos. Si triunfa la agenda “pro-vida” en los Estados Unidos con la abolición de Roe v Wade, será un golpe contra mujeres en todo el mundo. Agnes Callamard, la secretaria general de Amnistría Internacional, advierte que esto “supondría un ejemplo terrible que otros gobiernos y grupos anti-derechos podrían aprovechar por todo el mundo en un intento de negar el derecho a mujeres, niñas y otras personas que pueden quedar en embarazo”. Otros países podrían seguir el ejemplo y aplicar dura legislación, dice Amnistía, y apunta a la prohibición del aborto en Polonia, duramente criticada por la Unión Europea – pero ahora, el gobierno de derecha de Polonia encuentra un aliado en la Corte Suprema de los Estados Unidos. Además, podemos añadir, esa crítica se ha acallado en cualquier caso desde que esos países formaron un vínculo estrecho contra Rusia.

La misma semana que el plan de las altas cortes de aplastar Roe v Wade se filtró, el régimen Talibán en Afganistán anunció que ahora es obligatorio para las mujeres vestir el burqa (un velo que cubre el cuerpo completo y la cara) siempre que abandonen sus hogares. Los socialistas feministas en todo el mundo recibimos estas noticias con consternación. La guerra de la OTAN en Afganistán se llevó a cabo bajo el pretexto de “liberar a las mujeres”. Pero la paz no puede ser construida bajo el militarismo de una potencia imperialista. De todos los recursos que EEUU gastó en Afganistán, solo 2% fueron designados a fines económicos. El 86% fueron gastos militares. Esto trajo devastación y caos, a partir de los cuales los Talibanes encontraron su camino de vuelta al poder.

La miseria de Afganistán es enorme ahora que toda la ayuda extranjera ha cesado. Así que en primer lugar muchas mujeres no van a tener el dinero para comprar un burqa. Que se les prohíba siquiera mostrar sus rostros en público es una forma extrema de objetificación. Las mujeres son reducidas al nivel de cosas que le pertenecen a los hombres. La movilidad e independencia de las mujeres está literalmente restringida bajo la carga de tela impuesta sobre sus cuerpos. Son mecanismos similares los que están detrás de la prohibición del derecho al aborto en muchos estados. La derecha conservadora en EEUU, el régimen despótico de Putin en Rusia y la dictadura en China quieren todos reforzar el rol de la familia como pilar fundamental de las sociedades jerárquicas.

Que el estado imperialista más poderoso esté intentando tomar este camino establecer un estándar peligroso que debemos detener. Ya las llamadas “Reglas de Mordaza Global”, que Reagan fue el primero en introducir, han afectado duramente a mujeres pobres en todo el mundo. Estas prohíben a las ONGs que reciben dinero de ayuda desde Estados Unidos el promover el derecho al aborto. Las organizaciones en Africa son testigo de cómo los gobiernos, como es el caso de Kenia, usan esta política del imperialismo Estadounidense como soporte en su propia supresión del movimiento por el derecho al aborto. De acuerdo con la OMS, tres de cada cuatro abortos llevados a cabo en Latinoamérica y Africa entre 2015 y 2019 fueron inseguros. Como indica el Instituto Guttmacher: “la vasta mayoría – 92% – de las mujeres en edad reproductiva (15 -49) en la región Africana viven donde el aborto es restringido alta o moderadamente”.

Millones de mujeres arriesgan encontrarse en situaciones donde se ven forzadas a continuar con su embarazo y su maternidad en contra de su voluntad. Esto afecta principalmente a mujeres obreras y/o pobres. Los niños probablemente crezcan en un hogar con una situación complicada.

La salud de las mujeres también se verá afectada negativamente, a través de un mayor número de embarazos, sufrimiento psicológico y métodos abortivos peligrosos. Además, debido al interés de lucro y la cobertura de salud que discrimina entre clases, las tasas de mortalidad maternales son inaceptablemente altas en los Estados Unidos. Las restricciones al aborto que convierten a los cuerpos de las personas embarazadas en campos de batalla legales harán los embarazos más peligrosos para tod@s y traerán como consecuencia más muertes maternas. Y las mujeres negras que también experimentan el racismo dentro del sistema médico serán especialmente afectadas – con un alza en la mortalidad materna entre mujeres blancas de alrededor del 33%.

Esto es de por sí un golpe a la lucha de las mujeres y la lucha obrera. La derecha reaccionaria y antifeminista Trumpista se verá fortalecida en otros países, y junto con esa, la violencia basada en género, la transfobia, el racismo y el fanatismo. Es un golpe contra la salud de tod@s sin importar el género cuando se trata de amenazas a los avances del bienestar social.

Este acto de revolución inversa en el estado más dominante fortalece el populismo de derecha y el fundamentalismo religioso en todo el mundo, y debilita los derechos de todas las mujeres. Esto a su vez debilita todas las otras luchas importantes, como la oposición a la guerra, el avance de los derechos laborales y la protección del clima.

Es por esto que la Alternativa Socialista Internacional y las feministas de ROSA Internacional llaman a las organizaciones en pro de los derechos de la mujer, los sindicatos, las feministas, las organizaciones LGBTQ+ y los movimientos sociales alrededor del mundo para que actúen ahora. Nuestras camaradas en la Alternativa Socialista en los Estados Unidos ya han llevado a miles a las calles para luchar contra la prohibición, y están preparándose para huelgas de estudiantes y trabajadores y contingentes socialistas feministas fuertes en las movilizaciones masivas que estén teniendo lugar.

Las socialistas feministas en todo el mundo deben discutir estos temas en sus lugares de trabajo, sus áreas de residencia y sus comunidades. Deben ver cómo todas nuestras luchas están conectadas. La derecha conservadora puede verse reforzada y lanzar ataques similares al derecho al aborto en más países, y escalar la represión contra feministas y socialistas donde ese derecho aún esté por ganarse.

La ASI y ROSA tienen experiencia en luchas previas en pro del derecho al aborto. ROSA jugó un papel fundamental en Irlanda en el movimiento de masas que consiguió el aborto gratuito durante las etapas iniciales del embarazo, hace solo un par de años. Sabemos que esta pelea se puede ganar. La Octava Enmienda que prohibió el aborto en Irlanda era incluso parte de la Constitución. Pero las leyes y las cortes pueden ser cambiadas por las fuerzas vivas de la sociedad. En Irlanda, nuestras hermanas en ROSA llevaron a cabo acciones de desobediencia civil con las píldoras del aborto – mostrando que sin importar cuál sea la ley, las mujeres ejercerán control sobre sus propios cuerpos. Este fue un factor  importante en la conquista del aborto hasta las 12 semanas por pedido.

La mayor fuerza para el cambio es la clase obrera organizada, porque nosotras las trabajadoras podemos tocar al sistema ahí donde más le duele – a través de huelgas y protestas masivas podemos detener la maquinaria del lucro de la que dependen los capitalistas.

De la mano con el eslogan de “mi cuerpo, mi decisión” va MediCare para todas, un aumento del salario mínimo, programas de vivienda asequibles, escuela gratuita y preescolar, así como otras demandas en pro de una sociedad decente para las y los niños y sus padres y madres. La mayor parte de abortos en Estados Unidos (y en otros lugares del mundo) tienen sus raíces en vulnerabilidad económica. (Los datos del Instituto Guttmacher muestran que el 73% dijeron que el estrés financiero estuvo detrás de la decisión de terminar su embarazo, en EEUU).

Los planes ultra reaccionarios de la Corte Suprema Estadounidense, que referencia leyes de la Edad Media, nos muestran cómo el propósito último del Estado no es asegurarle a cada persona una vida segura y de calidad, como debería ser, sino servir los intereses de una élite reducida y poderosa. Nos muestran que el Estado, cuando se ve presionado, actuará para preservar la sociedad de clase injusta con su opresión de las mujeres y su racismo intactos. Por ello debemos pelear por otro sistema, donde el Estado sea controlado y dirigido democráticamente por los trabajadores.

Somos feministas socialistas precisamente porque nos damos cuenta que el capitalismo debe terminar. En una sociedad democrática socialista los vastos recursos económicos son posesión común y se invierten primero y principalmente en necesidades y bienestar social, transición climática y combatir la pobreza, dirigidos de manera que ningún género o raza sea oprimido, que cada persona tenga poder de decisión sobre su propio cuerpo, que todos los niños tengan una crianza segura y un futuro brillante.

En nuestro camino a ese destino, se debe responder a cada ataque sexista. #MeToo mostró la fuerza de la discusión colectiva y la acción, pero #MeToo se diluyó rápidamente. Las huelgas feministas tienen más peso en la lucha pero no se pueden detener en acciones simbólicas – deben moverse a involucrar al resto de la clase trabajadora, porque el sexismo es un problema que nos afecta a todas y que divide nuestra lucha. Para empezar, con motivo de repeler los ataques contra Roe v Wade y el efecto que ellos tendrían el el mundo, ROSA y ASI están organizando protestas de solidaridad el 14 de mayo en varios países para ayudar a acumular presión internacional contra la decisión de la Corte. Este es solo el comienzo – si quieres ayudar a construir un movimiento solidario de lucha, ponte en contacto con nosotras.