¡Contra la inflación y la carestía, el movimiento obrero se levanta!

En junio pasado profesores del Colegio de Bachilleres y del Instituto de Educación Media Superior de la Ciudad de México, así como los trabajadores metalúrgicos de Arcelor Mittal en Lázaro Cárdenas, Michoacán,  protagonizaron jornadas de lucha por mejoras salariales para revertir los efectos de la inflación y la crisis económica.

Escrito por Mauro Espínola, Alternativa Socialista (ASI en México).

Pero estos no son los únicos casos. El pasado 7 de agosto, trabajadores mineros de El Boleo, Santa Rosalía en Baja California Sur, levantaron las banderas de huelga colocadas desde el 6 de julio tras aceptar un aumento del 7% de incremento salarial y 1.8% en prestaciones. Y el 26 de agosto pasado en Lázaro Cárdenas, Michoacán, trabajadores de Fertinal, perteneciente a PEMEX, y de TMS Internacional estallaron huelgas en sus centros de trabajo por el respeto a su Contrato Colectivo de Trabajo y por el pago de sus utilidades adeudadas por las empresas. En todos los casos es clara la reorganización de los trabajadores en lucha contra los efectos de la inflación y el deterioro de sus condiciones de vida, así como la huelga como método de lucha ante la falta de respuestas claras de las patronales a sus demandas. O bien la huelga de los trabajadores de Telmex, que en un par de horas logró sentar a la patronal para discutir las demandas de los trabajadores telefonistas (ver https://alternativasocialista.org/solidaridad-con-la-huelga-de-los-telefonistas).

Esta situación no es exclusiva de México, en todo el mundo hemos visto como millones de trabajadores están luchando por mejoras en sus condiciones de vida contra los efectos de la pandemia y la crisis económica y hasta derrocando gobiernos que pretenden cargar sobre sus espaldas. Desde Estados Unidos, donde en octubre del año pasado miles de trabajadores protagonizaron huelgas en todo el país, dando pie al llamado Striketober hasta Myanmar donde millones de trabajadores impulsaron varias huelgas generales contra el golpe de estado de los militares. O más reciente Sri Lanka, donde una huelga general depuso al gobierno de Rajapaksa que pretendía impulsar nuevos ataques a las y los trabajadores para cargar la crisis económica sobre sus espaldas. 

La crisis económica, agravada por la pandemia y sus consecuencias como la crisis de la cadena de suministros, ha sido atizada por la guerra en Ucrania lo que solo prepara nuevos acontecimientos explosivos a nivel mundial. Y por supuesto, esto no será la excepción en México. Por el contrario, la inflación experimentada en los primeros meses del año que ha alcanzado el 8.62% en la primera quincena de agosto es la más alta en las últimas dos décadas y está lejos de ser contenida pues se espera que siga creciendo en los próximos meses. Esto es el resultado del incremento en los precios de los combustibles y de los alimentos a escala mundial como consecuencia directa de la guerra en Ucrania. 

¡Por un sindicalismo combativo!

En ese contexto la lucha de las y los trabajadores es fundamental para evitar que se deterioren nuestras condiciones de vida, y que seamos nosotros quienes paguemos las facturas de la crisis. Para ello es de gran importancia recuperar nuestros métodos de lucha, como los paros y huelgas para hacer sentir nuestra fuerza. Pero además es de gran importancia la reorganización del movimiento de las y los trabajadores, para recuperar no solo nuestros métodos de lucha sino también nuestras organizaciones de lucha: los sindicatos. 

La crisis en México y en el mundo está lejos de ser resuelta, que se recrudecerá con los efectos de la inflación y los magros resultados económicos producto de la misma, con lo cual las patronales intentarán cargarla sobre nuestras espaldas. Ante esto, las y los trabajadores debemos organizar nuestras fuerzas, agrupandonos para prepararnos de cara a las futuras batallas e impulsar nuevos liderazgos que sean capaces de estar a la altura de las circunstancias para defender nuestros intereses de clase. 

La construcción de liderazgos nuevos, que al mismo tiempo que impulsan una política de lucha también sean absolutamente democráticos es fundamental en el próximo periodo. La agudización de la crisis, propiciará que nuevas capas de trabajadores salgan a luchar por lo que es importante que estos liderazgos expresen sus ideas e intereses, convocando asambleas y reuniones donde sean las bases de los trabajadores quienes decidan la política a impulsar por las direcciones sindicales. Un sindicalismo democratico y combativo es lo que necesitamos las y los trabajadores de cara a nuestras próximas batallas. 

Desde Alternativa Socialista consideramos que para ello es crucial que además de defender métodos democráticos y de combate, se enarbole un programa que no sólo reivindique las demandas de una fábrica o sector de trabajadores sino que integre la demanda de los distintos sectores de trabajadores. La burguesía a cada paso intenta minar nuestra mayor fortaleza: la unidad en combate de los trabajadores. Por lo que nosotros debemos fortalecerla mediante la construcción de demandas que unan todas las luchas y a distintos sectores de trabajadores para fortalecer sus luchas. De esa forma construiremos movimientos más amplios capaces de granjearse la simpatía de otros sectores, contribuyendo de ese modo a difundir y fortalecer nuestras luchas.