La lucha contra la violencia de género en un país violento y feminicida

La crisis del COVID-19 ha tenido un efecto devastador para las mujeres del mundo. Las restricciones por el coronavirus no solo forzaron a muchas mujeres a tener que convivir bajo el mismo techo de sus agresores, sino que las trabajadoras del sector informal, quienes representan alrededor del 30% de la población económicamente activa femenina, se vieron obligadas a parar.  Esta situación provocó que muchas mujeres tuvieran que verse forzadas a decidir entre vivir en la calle o seguir siendo violentadas en su hogar con sus agresores.

Escrito por Rosa Mexico, Feminismo Socialista en México

La situación que vivimos hoy las mujeres en México es paralizante. Las violencias que tenemos que enfrentar día a día siguen acrecentando,  poniendo en riesgo nuestra integridad y nuestras vidas. La crisis de violencia de género que atraviesa nuestro país se ve beneficiada por la impunidad con la que los agresores gozan. Según los datos dados a conocer por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) en relación con 2021 este año ha habido un incremento del 13.2% en el número de mujeres víctimas de un delito y un aumento del 9.9% en el número de denuncias presentadas por mujeres ante el Ministerio Público. El año anterior, hubo un incremento de 8.4%, siendo la violencia sexual el rubro de mayor incremento seguido por la violencia psicológica y la violencia física. 

Por otro lado, es de suma importancia denunciar la violencia que constantemente enfrenta la comunidad trans. Entre el 50% y 70% de las personas trans en todo el mundo tengan que recurrir al trabajo sexual, y peligren en caer en las garras del tráfico de personas, además de que 60% de las personas trans ha experimentado agresiones físicas transfóbicas, esta relacionado al hecho de que solo el 9% tiene acceso a trabajo formal, 11.7% ha podido terminar una educacion superior . 

Es por eso que resulta vergonzoso la forma en la que el actual gobierno federal ha abordado el problema de la violencia de género que aqueja a todo el país. Las declaraciones de López Obrador desestimando la cantidad de denuncias por violencia de género durante la pandemia, diciendo que el 90% de estas son falsas, o la postura del propio presidente ante los reclamos del movimiento feminista, son un claro atentado contra las miles de denuncias de las mujeres victimas de violencia de género. Esto es resultado no solo de una cuestión generacional, como algunas feministas han señalado, sino ante todo producto de un programa que no plantea la transformación radical de la sociedad. Incluyendo en esto la situación de las mujeres trabajadoras, campesinas y oprimidas en general.

La lucha contra la violencia de género pasa por la lucha contra el propio sistema capitalista y la propiedad privada, la lucha por una sociedad en la que podamos vivir libres, sin miedo y como iguales. Esto no significa, esperar hasta que conquistemos el poder las y los trabajadores para luchar y conquistar una mejor situación para las mujeres trabajadoras. Para ello es necesario construir organizaciones fuertes con un programa socialista que reconozca las demandas de las mujeres y que luchen activamente por acabar con la opresión que sufrimos. Porque aunque diversas fuerzas políticas dicen tener una agenda que busca atender las necesidades y demandas de nuestra lucha, la realidad es que ese compromiso se queda en el discurso. 

El avance real de las demandas de las mujeres del pueblo trabajador será posible únicamente bajo la transformación radical de la realidad y la superación de un sistema económico que abusa de nosotras y nuestros cuerpos. Necesitamos un programa amplio y realmente radical, mucho más allá de los límites que nos imponen los sectores liberales dentro del movimiento feminista que no pretenden acabar con el sistema que nos oprime a todas y todos. Nuestra lucha contra el patriarcado debe de ser al mismo tiempo en contra del capital, en contra de toda opresión que enfrentan las mujeres en el mundo, nuestra lucha debe de ser, a la vez que socialista, contra el machismo, contra el racismo y contra la transfobia, pues la base material de estas opresiones es la misma, el marco de dominación y explotación de la burguesía. Es por eso que estamos convencidas de que este 25 de noviembre, el día en contra de la violencia de género debemos denunciar a este sistema, sus perpetradores y artífices. 

¡Por un mundo sin violencia de género!

¡Por un mundo socialista!