La estatua de Calderón al suelo ¡Ni perdón ni olvido a los expresidentes PRIANISTAS!

El pasado 25 de julio un árbol de la que fuera la Residencia de Los Pinos, cayó sobre la estatua de Felipe Calderón (FeCal), provocando su derrumbe. La noticia le daría la vuelta entera a todo México. ¿Por qué un accidente secundario adquiere una especial relevancia dada la buena acogida que le daría el pueblo trabajador? 

Escrito por Alternativa Socialista, Proyecto por una Internacional Marxista Revolucionaria en México. 

Calderón encarna la vileza y el salvajismo de un sistema que empobreció, saqueo, reprimió y ensangrentó a todo México. El panista llegó al poder siendo un criminal debido al fraude electoral de 2006, para ponerse al servicio del crimen organizado, de la corrupción, y de los rapaces intereses del capital nacional y transnacional.Producto de esto vive un autoexilio dorado en Madrid, rodeado de privilegios a pesar del profundo daño provocado al pueblo de México durante su mandato. 

De manera similar Peña Nieto, Fox, Zedillo y Salinas, quienes también aplicaron esas mismas políticas criminales gozan de impunidad y una serie de comodidades que al pueblo mexicano le ha costado caro.

Las familias trabajadoras se movilizaron masivamente a las urnas en 2018 y 2024 motivadas por el anhelo de revertir la dolorosa realidad provocada por décadas de PRIANISMO, pero también estimuladas por el deseo de hacer justicia a los expresidentes. Si bien es cierto que, aunque limitado, las reformas sociales impulsadas por los gobiernos de López Obrador y de Claudia Sheinbaum marcan un cambio de rumbo en relación las reaccionarias políticas del PRIANISMO, en lo relacionado a la apelación de la ley contra los expresidentes, la deuda de la 4T sigue siendo grande.

En su momento AMLO argumentó que lo suyo no era la venganza. Y ahora, por su cuenta, Claudia ni siquiera ha tocado el tema. Y no es sed de venganza lo motiva a la clase trabajadora, sino su legítimo deseo de que se haga justicia ante una política criminal. En la que el daño debe ser cuantificado no sólo por las violencias producto de los nexos del gobierno con el narcotráfico, especialmente los del PRI y el PAN, sino también por todas aquellas vidas que se perdieron debido a un sistema de salud pública llevado al borde de la quiebra por esos gobiernos, y por el saqueo de estos a los programas sociales destinados a la población más vulnerable, por mencionar unos ejemplos. 

Es por ello que, en ese contexto marcado por el vacío de justicia, las imágenes de la estatua de FeCal tirada en el suelo se presenta a ojos de las masas como un accidental y simbólico acto de justicia. A pesar de que parezca irónico, resulta cierto el señalar que él único que le ha hecho un poco de justica al pueblo de México a propósito de los expresidentes PRIANISTA ha sido el árbol de Los Pinos que, sometido por la fuerza de la naturaleza, cayó y lanzó por los suelos a la estatua de FeCal.

Protegidos por el PRIANISMO, Díaz Ordaz y Echeverría morirían impunes en la comodidad de sus casas ante sus crímenes del 2 de octubre de 1968 y la guerra sucia, no obstante, los estudiantes sobrevivientes a la masacre jamás descansaron en su reclamo de justicia, logrando heredar esa bandera a posteriores generaciones al grito de “Ni perdón ni olvido”. Esa misma consigna tiene que ser retomada por la clase trabajadora y dar la batalla para que el destino final para los ex presidentes PRIANISTAS no sea el mismo de Díaz Ordaz y el de Echeverría. Es necesario forzar al actual gobierno para que lleve a Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto ante la justicia, que también para eso se votó por la 4T. 

Claudia Sheinbaum debe ser sensible ante esa legítima demanda de justicia y hacer una correcta interpretación de las profundas razones que provocaron que el feliz accidente que provocó el derrumbe de la estatua de FeCal fuera muy bien recibido por la masiva base social de apoyo la 4T.