El pasado 17 de enero, la caravana migrante fue detenida con violencia por el ejército de Guatemala. Más de nueve mil hondureños quedaron varados ante el supuesto temor del gobierno de Guatemala de que en la caravana sea un foco de contagios de Covid-19. Sin embargo la caravana continuó su trayecto hacia México, como preludio para llegar a Estados Unidos. 

Escrito por Devi Rodríguez, Alternativa Socialista México.

Cuando la caravana logró entrar a Guatemala, se estableció sobre una carretera en el poblado de Vado Hondo, para eventualmente continuar su camino hacia Estados Unidos. Cuando los migrantes intentaron hacer uso de tres camiones para seguir avanzando el ejército los enfrentó, presuntamente por el riesgo de contagio del coronavirus a partir del decreto del presidente Alejandro Giammattei, quien autorizó el uso de la fuerza. 

Los migrantes centroamericanos comenzaron a impulsar las caravanas en 2018 para evitar a los contrabandistas, pero ante esto, el gobierno del ahora expresidente Donald Trump encabezó esfuerzos para coordinar respuestas más agresivas en los países de Centroamérica e impedir el avance de las caravanas. Aunque el gobierno del presidente Biden prometió que cambiaría las políticas migratorias impuestas en el gobierno de Trump, declaró que estas permanecerán mientras continúa el proceso de vacunación contra el covid.

Dos poderosos huracanes han causado estragos en Honduras aunado a la pobreza crónica y la violencia de las pandillas por lo que la población ha buscado alternativas como huir de su país. Prácticamente la única salida para miles de trabajadores ante el desempleo, la miseria y la violencia en que viven.  La discriminación, el abuso, el hambre y la violencia han sido el pan de cada día para los migrantes centroamericanos desde hace años. Aunque algunos países han intentado dar un matiz más humano al tema, la realidad ha sido esta. La xenofobia y racismo es parte de la vida cotidiana de miles de migrantes que buscan mejorar sus condiciones de vida para ellos y sus familias.