¡Feminismo Socialista contra la violencia machista! (Volante)

Escrito por Alternativa Socialista, México

A continuación compartimos el volante que distribuimos el pasado 8 de marzo del 2020

En el último año, millones de mujeres han salido a las calles a denunciar la injusticia y la violencia que el sistema ejerce en su contra. Desde el #MeToo hasta la inspiradora Marea Verde que recorre América Latina iniciada en Argentina por la despenalización del aborto, el feminismo ha cimbrado el mundo entero. México, no ha sido la excepción por el contrario miles de mujeres se han movilizado para combatir la violencia del sistema.

No es para menos, según la ONU, en México diariamente son asesinadas nueve mujeres. Tan solo de enero a septiembre de este año, se han registrado dos mil treinta y cuatro feminicidios en el país. Si este dato no fuera escalofriante, se estima que en el país poco más del 60% de mujeres ha enfrentado alguna forma de violencia machista, y el 40% ha sido víctima de alguna agresión sexual. Para dimensionarlo, basta señalar que en los ministerios públicos existen 22 mil 749 carpetas de investigación por algún delito sexual contra mujeres. Y este año se han denunciado 10 mil 522 casos, lo que representa un incremento del 30% respecto al año anterior. A esto hay que añadir las agresiones que no son denunciadas por temor a una represalia, representa un verdadero infierno para las mujeres en el país. Todo esto sin considerar la trata de mujeres con fines de explotación sexual, que constituye el tercer delito más redituable a nivel mundial y que constituye el mayor ingreso de municipios como Tenancingo, Tlaxcala. Es decir, las mujeres se enfrentan abiertamente a una ofensiva contra su integridad física, psicológica y su vida misma.

Esta cifra explica en gran medida el radicalismo que ha adquirido el movimiento de mujeres en México. Los ejemplos de las movilizaciones de mediados de agosto el año pasado, desarrolladas a partir del caso de una joven de 17 años que informó haber sido violada por cuatro policías dentro de un ministerio público o más recientemente las marchas por el feminicidio de Fátima, una niña de siete años desaparecida, violada y torturada, son claros en ese sentido. Las movilizaciones conectaron con el sentir de miles de mujeres que viven en carne viva la violencia física a la cual se agrega la indiferencia de las instituciones del sistema que la recrudece e incrementa. A lo que se agregaron las inaceptables declaraciones de Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, quien en un primer momento denunció estas movilizaciones como una provocación de la derecha. De ahí la rabia honesta y comprensiva de cientos de compañeras que ante la indiferencia de la justicia mexicana y las lamentables declaraciones de la jefa de gobierno salieran a las calles con la consigna “no me cuidan me violan”.

El machismo, como el racismo, son sólo engranajes de un sistema violento e injusto que busca por medio de estos dividir, aplastar y agravar la situación de quienes día a día luchamos por mejorar nuestras condiciones de vida. Es por ello por lo que para las y los marxistas, la lucha contra el machismo es parte de nuestra lucha cotidiana contra el capitalismo. Esto no significa anteponer una lucha a otra, sino reconocer que estas son parte de la misma lucha contra el sistema que nos hambrea, nos niega derechos, nos violenta y asesina. Al mismo tiempo que nos permite trazar un horizonte más amplio, al señalar que la violencia machista no terminará sino es acompañado de la construcción de una sociedad más justa en todos los terrenos, una sociedad socialista.

Es por esto por lo que, desde Alternativa Socialista México, planteamos un feminismo socialista contra la violencia machista. Esto no es más que reconocer que la lucha de las mujeres contra la violencia pasa por la organización colectiva contra el machismo en las escuelas, centros de trabajo, en las calles y en general en la sociedad. Reivindicando nuestras demandas como parte de las demandas mismas de las luchas de jóvenes y trabajadores, de las que somos parte. Al mismo tiempo que reconocemos en nuestros compañeros, aliados para avanzar en nuestras demandas. A diferencia del feminismo radical, el feminismo socialista no mira en los hombres a un enemigo aun cuando incluso algunos compañeros reproduzcan la violencia machista contra la cual luchamos. Es el sistema nuestro enemigo principal. No es por ello extraño que personajes como Trump o Bolsonaro, que representan los intereses del capitalismo sean quienes han declarado una guerra abierta contra las mujeres. La lucha contra la violencia machista es pues una lucha por una sociedad más justa en donde las mujeres no sean objeto de ninguna clase agresión solo por ser mujeres. Es pues parte de la lucha de los trabajadores, en México y el mundo, contra el capitalismo.

¡Por una Alternativa Socialista para el movimiento feminista contra la violencia machista y el capitalismo!