EUA: La UAW consigue avances en la huelga contra las 3 Grandes
La enorme brecha entre los beneficios empresariales y la crisis del coste de la vida a la que se enfrentan los trabajadores ha contribuido al resurgimiento de las luchas sindicales.
Escrito por Workers Strike Back
El siguiente artículo es una versión adaptada del episodio On Strike sobre el nuevo acuerdo provisional de los tres grandes fabricantes de automóviles, emitido el 2 de noviembre. Vea el episodio aquí. (https://www.youtube.com/watch?v=kfKqrrcaZWs)
La enorme brecha entre los beneficios empresariales y la crisis del coste de la vida a la que se enfrenta la clase trabajadora ha contribuido al resurgimiento de las luchas sindicales, como hemos cubierto aquí en la emisión de En Huelga. En estas huelgas, los ajustes del coste de la vida, o COLA, han sido un tema recurrente en las reivindicaciones de los trabajadores.
Como ha venido diciendo el líder reformista de la UAW, Shawn Fain, “beneficios récord significan contratos récord”. Si los multimillonarios pueden forrarse a costa de la industria automovilística, los trabajadores que hacen funcionar la empresa no deberían ser asesinados por la inflación mientras tanto – y el hecho es que ahora mismo, los trabajadores también tienen más capacidad de lucha. En un contexto de alto empleo y gran demanda de mano de obra, los empresarios no pueden permitirse el riesgo de perder trabajadores, mientras que los trabajadores pueden estar más seguros de encontrar un nuevo empleo.
Así pues, los trabajadores que van a la huelga tienen más capacidad para forzar concesiones, siempre y cuando la utilicemos al máximo.
Sin embargo, la capacidad de los trabajadores para forzar concesiones depende en gran medida de la amenaza de huelga y, en caso de que ésta tenga lugar, de la intensidad de la misma y de cuánto reduzca los beneficios de la patronal.
En esta emisión, hemos hablado de cómo nos gustaría ver a Shawn Fain intensificar las huelgas en los tres grandes fabricantes de automóviles hasta el cierre total de la producción, porque queríamos ver a los trabajadores de la UAW ganar tanto como fuera posible haciendo que los empresarios del automóvil sufrieran tanto como fuera posible.
Volveremos sobre ello dentro de un rato. Pero primero, hay que felicitar a los miles de trabajadores de la UAW y a Shawn Fain. Los trabajadores todavía tienen que votar si aprueban estos acuerdos provisionales, pero parece que se han conseguido avances muy importantes.
Los tres fabricantes de automóviles estadounidenses han acordado aumentos salariales del 25% a lo largo de los cuatro años y medio del contrato. Se trata de una gran victoria. Los aumentos salariales de estos contratos son cuatro veces mayores que los del acuerdo de 2019.
Y también hay otras mejoras. Lo más importante es que el sindicato ha dado prioridad al aumento salarial de los peor pagados, lo que supone un gran paso hacia la eliminación del sistema de niveles, viciosamente divisivo, que hace que diferentes trabajadores cobren cantidades drásticamente diferentes por hacer exactamente el mismo trabajo, codo con codo en la línea de producción o en otras partes de la misma industria.
Por ejemplo, el sitio web de UAW muestra cómo los trabajadores de Ford que actualmente ganan sólo unos céntimos por encima de los 18 $/hora verán aumentados sus salarios de forma inmediata hasta los 24,91 $/hora, y dentro de tres años estarán en las mismas escalas salariales que los trabajadores antiguos, es decir, más del doble de su salario actual. Esto es en comparación con los antiguos contratos, en los que esto habría llevado ocho años o no habría ocurrido en absoluto.
Los activistas de Workers Strike Back han entrevistado en los piquetes de Stellantis a trabajadores clasificados como “temporales” durante más de veinte años. Según las noticias, estos trabajadores verán aumentos de hasta el 165% con este contrato.
Todo esto demuestra que cuando los trabajadores luchan, pueden ganar: que no tenemos porque aceptar las migajas que nos ofrecen, sino que podemos dar la vuelta a la mesa de la patronal.
Se trata de una victoria sin precedentes, y creemos que los trabajadores de Estados Unidos y de todo el mundo deberían tomarla como una señal de que también pueden hacerlo. Como demostró el sindicato de guionistas hace unas semanas con su histórica victoria, de la que hablamos en un episodio anterior de En huelga. El mensaje es claro.
La huelga de la UAW llegó a incluir a más de 45.000 trabajadores de GM, Ford y Stellantis en ocho plantas de montaje. Lo que se ganó se ganó porque la huelga costó miles de millones de dólares a los 3 grandes fabricantes de automóviles. Ford informó públicamente de que la huelga de 41 días de UAW les costó a ellos solos unos 1.300 millones de dólares. Esta es la razón principal por la que las tres grandes empresas automovilísticas aceptaron aumentos del 25%.
Por supuesto, el papel de On Strike es proporcionar un análisis serio para la clase trabajadora sobre cómo vencer a los patrones. Para hacer una evaluación seria de una huelga determinada, para aprender lecciones para futuras luchas, también tenemos que preguntarnos no sólo qué se ganó, sino qué era posible ganar, y no sólo qué se hizo, sino qué se podría haber hecho.
En el período previo a la huelga, la dirección de la UAW prometió revertir las pérdidas de los anteriores contratos de concesiones, exigiendo originalmente aumentos salariales del 46%. Pero, como muchos trabajadores están señalando en grupos no oficiales de las redes sociales, al final de este contrato la tasa salarial máxima seguirá siendo inferior, en términos de poder adquisitivo, a la de 2006.
En esos mismos 41 días de huelga, UAW podría haberle costado a Ford mucho más de 1.300 millones de dólares si se hubieran cerrado todas las plantas, ejerciendo así mucha más presión para conseguir algo más cercano a las demandas de UAW, que sólo en términos salariales, era del 46%, no del 25%. Esta limitación también se refleja en otros detalles del contrato. El contrato propuesto no incluye que todos los trabajadores vuelvan a tener pensión y asistencia sanitaria para los jubilados. Ni que decir tiene que tampoco incluye victorias en las reivindicaciones de mayor alcance planteadas por la UAW, como la semana laboral de 32 horas.
La huelga de seis semanas costó finalmente a las empresas menos que el paro de 40 días de GM durante las negociaciones contractuales de 2019. El medio pro-empresarial Automotive News informó: “La huelga selectiva de Fain -que al final cerró nueve plantas de ensamblaje y 38 instalaciones de distribución de piezas- aún permitió que aproximadamente dos tercios de las plantas de los fabricantes de automóviles continuaran produciendo automóviles.”
También dice algo el hecho de que Ford consiguiera registrar un beneficio neto en el tercer trimestre y que sus beneficios ajustados del tercer trimestre aumentaran un 22% a pesar de la huelga. Dados sus beneficios récord, Ford podría haberse permitido ceder mucho más.
Por supuesto, nada de esto cambia el hecho de que se trata de una victoria histórica de la clase obrera estadounidense, conseguida gracias a los trabajadores del sector del automóvil de la UAW. Y todos estamos en deuda con ellos por su valiente huelga.
Estas importantes concesiones demuestran lo que se puede ganar si los trabajadores ejercen su poder. Al mismo tiempo, la huelga también deja entrever cuánto más se puede ganar si se aprovecha y moviliza plenamente su poder, con las huelgas más fuertes posibles. Y lo que es más importante, esto tiene el potencial de abrir las compuertas a nuevas huelgas y a la lucha de clases.
En las 3 Grandes, la próxima gran lucha tiene que ser sobre la producción de vehículos eléctricos, porque la transición a los VE está siendo utilizada por la patronal automovilística para intentar romper el sindicato trasladándose a plantas no sindicadas. Si bien hay muchas victorias en los contratos propuestos, este tema sigue siendo una amenaza ominosa para la UAW y para todo el movimiento obrero.
Esta victoria también tiene que ser el comienzo de un verdadero impulso para organizar toda la producción de automóviles no sindicalizada en los EE.UU., incluyendo especialmente los fabricantes de automóviles EV no sindicalizados como Tesla. Los trabajadores de estas empresas pueden ver ahora que hay una ventaja real en un contrato sindical, ya que sus salarios están muy por detrás de los de los trabajadores de la UAW. Hay más de un millón de trabajadores en el sector manufacturero de la industria automovilística, de los cuales sólo 146.000 están afiliados a UAW, por lo que hay mucho espacio para crecer. El sindicato tiene que golpear mientras el hierro está caliente y mostrar el camino para reconstruir un verdadero movimiento obrero de lucha que necesita la clase trabajadora de este país!.