¡Justicia para Ximena y José, y las miles de víctimas de la violencia!

El atentado del día de ayer 20 de mayo, en calles de la Ciudad de México, que terminó con las vidas de Ximena Guzmán, secretaria particular de la Jefa de Gobierno Clara Brugada, y José Muñoz Vega, asesor de seguridad metropolitana de esta última, además de enlace entre la Secretaria de Seguridad Ciudadana del gobierno capitalino y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana federal, representa un hecho siniestro en sí mismo dada la pérdida de dos vidas inocentes. Pero a la vez encierra un profundo y preocupante contenido político sobre el cual es importante que la clase trabajadora, pero además el conjunto de Morena y la 4T, asuman una posición muy firme y sólida para impedir que prosperes la conspiración en marcha contra el primer gobierno de izquierda de la historia contemporánea de nuestro país. 

Escrito por Alternativa Socialista, PIMR en México.

Al momento de hacer esta redacción, a escasas horas del atentado criminal, no existe ninguna versión oficial sobre el móvil de los asesinatos. Sin embargo, lo que sí hay es un contexto político y social que se ha desarrollado a lo largo de los años desde que se instaló la 4T, mismo que se ha agudizado en el último periodo. De dicho contexto se pueden desprender algunas hipótesis sobre el móvil del crimen las cuales, considerando los elementos, no resultan descartables.

Persecución política contra la 4T

El asesinato de Ximena Guzmán y de José Muñoz Vega representan una escala y punto de inflexión de un largo proceso de crímenes políticos contra el proyecto de la 4T. Algunos ejemplos del pasado reciente hablan de ello, basta con recordar que en junio de 2020, Omar García Harfuch, actual titular de seguridad pública federal y entonces de seguridad pública de la CDMX, sufrió un ataque a cargo de sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación. 

A ello se le suma el balance de homicidios políticos durante las campañas electorales de 2024, mismo en el que Morena resultaría el partido con la mayor cantidad de candidatos asesinados. Para el 1 de mayo, a un mes de las elecciones, de los 29 candidatos asesinados hasta ese momento, 14 pertenecían a Morena, 4 del PRI, 4 del PRD, 3 de PVEM, 2 de MC, uno del PT y uno del PAN. Los anteriores son sólo unos cuantos ejemplos, pero la lista de morenistas asesinados, desaparecidos o perseguidos, en especial de simpatizantes y militantes de bases, es significativamente más grande. 

Choque de intereses

La 4T a pesar de aún estar lejos de resolver los problemas de violencia y criminalidad heredados del panismo y del priismo, sacudió y lo sigue haciendo, la lógica con que actuaba el crimen organizado. Y la forma en que esta era puesta al servicio del enriquecimiento de altos funcionarios del Estado, siendo el del panista Felipe Calderón, el ejemplo más desarrollado de la manera en que el narcotráfico y el gobierno se fusionaron para actuar como un solo cuerpo. La irrupción de la 4T en 2018 y su continuidad tras las elecciones en 2024, sino totalmente al menos sí de manera significativa, fracturó el eje de acción entre las diferentes bandas del narco y el Estado. Viéndose no sólo afectados los grupos criminales sino también, y sobre todo, todos aquellos grupos de poder, tanto políticos como empresariales, que recibían más que estupendos dividendos económicos del crimen organizado. 

Aunado a ellos, en los meses recientes hemos sido testigos de un mayor endurecimiento de la 4T en el combate contra la delincuencia organizada, registrándose incautaciones de drogas y de armas en cantidades muy por encima de los resultados logrados en años pasados. Además de registrarse más de 17 mil detenciones asociadas al narcotráfico en los primeros seis meses del gobierno de Claudia Sheinbaum, según reportes oficiales. Y en el caso de la CDMX, entre enero y abril del presente año, los delitos de alto impacto han sido reducidos en un 66.5%, también de acuerdo a cifras oficiales.

Este balance por sí mismo pondría al crimen organizado como responsable de los asesinatos de Ximena Guzmán y de José Muñoz Vega, máxime cuando este último funcionaba como enlace entre las dos secretarías de seguridad pública, la de la CDMX y la del Gobierno Federal. Y es cierto, esta hipótesis posee cierta valides, sin embargo, es necesario hacer énfasis en un detalle que es del todo relevante al momento de tratar de encontrar un móvil del crimen: el grado de violencia y el accionar del crimen organizado en México hace muy fácil el disfrazar a un asesinato político como crimen del fuero común. Ese argumento es del todo válido para este caso y para otros cientos de asesinatos en el país por motivaciones políticas y que han sido hechos pasar como simple responsabilidad del crimen organizado.

Pero más allá del crimen organizado, en el frente político existe mucha tela de dónde cortar. Para empezar, no hay que olvidar que las dos últimas administraciones de la CDMX, la de Claudia y la de Clara respectivamente, destaparon la cloaca del Cartel Inmobiliario. Una red criminal integrada por destacados miembros del PAN, traduciéndose ello en cárcel para varios de ellos (13 en datos de noviembre del 2024) y en la persecución judicial contra Santiago Taboada, exalcalde de Benito Juárez, así como contra el ex delegado de esa misma demarcación, Christian Von Roehrich y el actual presidente nacional del PAN, Jorge Romero. Todos ellos aún en libertad gracias a los amparos obtenidos del corrupto poder judicial. Además, recientemente el Cartel Inmobiliario ha visto seriamente golpeados sus intereses con la nueva ley del INFONAVIT impulsada por Claudia Sheinbaum y por la “Política de Vivienda para la Ciudad de México” lanzada por Clara Brugada, ambas acciones desarrolladas en febrero pasado y en las que se toma medidas para cerrarle el paso a la participación de mafias en el mercado inmobiliario. 

Siguiendo en el frente político, el doble asesinato se da a escasos días de las elecciones del poder judicial del 1 de junio. Durante décadas fue intocable la alianza entre el poder judicial, los gobiernos del PRI y del PAN y los empresarios. Durante todos esos años, además de garantía de impunidad para todos ellos, el poder judicial legitimó toda clase de políticas reaccionarias y que atentaban contra los intereses de la clase trabajadora. Tras las elecciones de 2018 y 2024, la derecha perdió los frentes del poder ejecutivo y el del legislativo, transformando así el poder judicial en su último bastión a defender. Gracias al impulso de las masas, tras las elecciones de 2024, la 4T quedó en condiciones de lanzar una ofensiva parlamentaria que derivaría en la reforma judicial que impone en adelante la elección de los integrantes de dicho poder a través del voto universal del pueblo trabajador y ya no por mandato de diputados y senadores. Tras la derrota de Norma Piña y sus secuaces, forzada por una enorme presión social, y ya en ruta hacia las elecciones del próximo 1 de junio, la derecha y la burguesía pasaron al terreno de tratar de sabotear ese proceso. Al grado de que, al día de hoy ya existe una abierta campaña para tratar de dinamitarlo, encabezada por el recalcitrante Ricardo Salinas Pliego. 

Es difícil no analizar los asesinatos de Ximena Guzmán y de José Muñoz Vega al margen de ese contexto, porque en los hechos un acotamiento de esa magnitud enrarece el ambiente. Además de que proporciona un argumento sobradamente adecuado a los medios informativos de la burguesía para estimular un ambiente de zozobra y confusión social de cara a las elecciones del 1 de junio, con el objetivo de tratar de inhibir la asistencia a las urnas. 

Tampoco puede quedar fuera del análisis la ofensiva del imperialismo yanqui en contra de la 4T por medio de sistemáticas provocaciones montadas por el propio Donald Trump y el resto de su administración. En especial del secretario de estado Marco Rubio, la titular del Departamento de Seguridad Nacional, Kristi Noem, la DEA y ahora a través de su nuevo embajador en México, Ronald Johnson, ex Boina Verde y ex agente de la CIA. De cara a sus interés geoeconómicos y geoestratégicos, el imperialismo yanqui necesita a toda costa doblegar a la 4T para que esta actué tan servilmente como lo fueran en su momento los gobiernos del PRI y del PAN. Por su posición geopolítica, para el imperialismo yanqui el territorio nacional es una especie de reserva natural de materias primas, de suelo de negocios e inversiones. Además de una enorme frontera, desde el Suchiate hasta el Río Bravo, irrenunciable para su seguridad nacional. Así siempre ha sido visto el territorio nacional por el imperialismo yanqui, ya sea a través de los demócratas o, como en el caso actual, por los republicanos. 

En ese contexto se enmarcan los sistemáticos amagos de Trump y su equipo de intervenir militarmente en México para combatir a las bandas del narco. Mismo del que se desprenden todas las provocaciones que tratan de asociar a la 4T con el crimen organizado. Además de declaraciones en las que abiertamente el propio presidente de los EEUU desacredita a Claudia Sheinbaum, señalando que el narcotráfico no ha sido frenado por la presidenta de México pues dice le “tiene miedo a las bandas del crimen organizado”. La intención de la campaña imperialista contra México no sólo es legitimar, de necesitarlo, una eventual intervención armada contra las bandas del narco. Sino además hacer pasar al gobierno de la 4T como incapaz, además de cómplice de los narcos. Por supuesto se trata de una campaña apoyada enérgicamente por la derecha mexicana y que escalara seguramente ahora ya con el nuevo embajador en funciones, Ronald Johnson. 

Por eso, al igual que todos los casos anteriores, en este también resulta imposible pensar el asesinato de dos personas especialmente cercanas a Clara Brugada, titular del principal nacional bastión de la 4T, sin valorar la ofensiva de Trump contra nuestro país. Este hecho en la práctica abona al discurso que está tratando de instalar en el ambiente el imperialismo en el sentido de que México es un país desbordado por la delincuencia organizada. Además, se trata de un doble asesinato ocurrido un día después de la formalización ante Claudia Sheinbaum de Ronald Johnson como el nuevo embajador de los EEUU y que sucede exactamente el mismo día y hora en que, como todos los martes, participa el pleno del Gabinete de Seguridad en la conferencia matutina de la presidenta de la república. 

Desestabilización

Reiteramos que, al momento de escribir estas notas, aún no existe ninguna hipótesis o línea de investigación oficial que pueda dar las primeras luces sobre el móvil del asesinato de Ximena Guzmán y de José Muñoz Vega. Sin embargo, insistimos, este abominable acontecimiento no puede ser visto al margen del panorama antes expuesto. El imperialismo junto a la derecha mexicana y del mundo entero, son fuerzas extraordinariamente perversas que no dudan en usar métodos criminales en la lucha por su interés, apoyándose en el crimen organizado de ser necesario. 

Por lo anterior, al margen de que al paso del tiempo se esclarezcan los hechos y se dé con los responsables, de lo que no existe duda es de que la muerte de Ximena Guzmán y de José Muñoz Vega es un crimen político que tiene como objetivo claro y evidente desestabilizar a la 4T y de paso amenazar de esa manera a Clara Brugada y a Claudia Sheinbaum.

Es necesaria la movilización

Esta agresión contra los colaboradores de Clara Brugada supera con creces cualquier otra clase de ataques lanzados en el pasado contra Morena y sus gobiernos, marcando una nueva dinámica que podría ser adoptada por los adversarios de la 4T para intentar descarrilarla. Por consecuencia se trata de un hecho sin precedentes que tiene que ser visto como lo que es, es decir como una preocupante escalada en la campaña contra la 4T, misma que hoy está demostrando que está dispuesta a pasar al terreno de las ejecuciones políticas con tal de conseguir su objetivo. 

Siendo así, dada esta reaccionaria escalada, Morena y la 4T tienen que pasar al terreno de las movilizaciones de masas para dar más que serias demostraciones de fuerza. La debilidad invita a la agresión y si la dirección del obradorismo no llama a las plazas públicas a sus millones de seguidores en el país, la campaña desestabilizadora, venga de donde venga, no sólo no será frenada, sino que podría verse fortalecida. Beneficiado con ello la derecha mexicana y el patrón de esta, el imperialismo yanqui, esta vez bajo el mandato de Trump. 

Es por ello, dado que en realidad la verdadera fuerza de Morena contra el imperialismo y la derecha mexicana, viene de la clase trabajadora y no de los priistas y panistas reclutados para la 4T, es necesario que los dirigentes de todos los niveles con verdaderas raíces en el obradorismo, corrijan y cierren de una vez por todas las puertas a toda clase de elementos provenientes del PRI y el PAN. Mismo que ha renunciado a esos partidos por la falta de huesos y no por una convicción con la causa de los más pobres. 

De hecho, la derecha infiltrada en Morena y la 4T representan los caballos de Troya que, llegado el momento, no dudarán en ponerse al servicio, de manera velada o abierta, de la campaña de desestabilización de la 4T. Para prepararse para esa lucha y para responder con éxito a la campaña negra y sangrienta orquestada por la reacción, todo Morena y sus gobiernos deben purgarse a sí mismo de elementos de derecha, a la vez de apelar a la acciona organizada y coordinada del Movimiento de masas en defensa de la 4T. 

La justicia verdadera para Ximena Guzmán y de José Muñoz Vega, junto con esas decenas de morenistas anónimos, mujeres y hombres, asesinados por la reacción en todos estos años de lucha, sólo puede llegar, por supuesto, con la captura y aplicación de todo el peso de la ley a los responsables materiales e intelectuales de estos arteros crímenes. Pero también, y sobre todo, de una estrategia de lucha que asegure la neutralización de la campaña criminal contra la 4T que a la vez dote a esta de viabilidad contra toda clase de ataques, cuestión que sólo puede venir de un giro más decidido de la dirección hacia la izquierda y en tener como principal base de apoyo a la clase trabajadora y al campesinado pobre. En defensa de la 4T no existe ningún otro camino mejor.