Saltillo: ¡Detengamos el saqueo del agua!
El Sistema de Aguas de Saltillo lleva más de 20 años bajo la administración de la multinacional Aguas de Barcelona, una de las mayores privatizadoras de agua de Latinoamérica. Las consecuencias las hemos padecido las y los habitantes de la región sureste de Coahuila: mala calidad del servicio, pérdidas elevadas de agua (fugas), aumentos exagerados en las tarifas de reconexión, sobreexplotación de los mantos acuíferos, los sueldos exagerados para quienes dirigen la empresa y sueldos pírricos para los trabajadores. Todo esto a costa del vital líquido.
Escrito por Fernando Villarreal, Alternativa Socialista (ASI en México).
Las generaciones jóvenes hemos crecido en un entorno de preocupación sinigual ante el deterioro del entorno natural. La catástrofe ambiental ha sido consecuencia de un modo de vida orientado a la producción de ganancias para unos pocos. Que se nos han presentado, por los grandes medios hegemónicos, como tendencias generales del desarrollo humano y no como rasgos inherentes al sistema capitalista. Bajo este sistema hasta los recursos más vitales son puestos a la venta como mercancías con las que especular, y, por lo tanto, privar de su uso a quien no tenga la capacidad para adquirirlos.
En el 2001, promovido por el entonces alcalde priista Oscar Pimentel Gonzáles, el cabildo aprobó la asociación por 25 años de Aguas de Saltillo con la empresa extranjera Aguas de Barcelona, convirtiendo a Saltillo en la primera ciudad del país en privatizar su sistema de agua. El Sistema de aguas de Saltillo lleva más de 20 años bajo la administración de la multinacional Aguas de Barcelona, una de las mayores privatizadoras de agua de Latinoamérica, y las consecuencias las hemos padecido las y los habitantes de la región sureste de Coahuila: mala calidad del servicio, pérdidas elevadas de agua (fugas), aumentos exagerados en las tarifas de reconexión, sobreexplotación de los mantos acuíferos, los sueldos exagerados para quienes dirigen la empresa y sueldos pírricos para los trabajadores. Todo esto a costa del vital líquido.
La gestión de Agbar ha dejado aspectos importantes que vale la pena destacar, desde el hecho de que dos años antes de su privatización se invirtieron casi 100 millones de pesos en el Sistema de Aguas de la ciudad, creando un colchón muy favorable para su llegada. A su vez, se han reportado despidos de alrededor de 100 trabajadores sindicalizados y la tercerización o outsourcing de sus labores. Pero esto es solo uno de los tramos que ha recorrido la empresa en Saltillo, un componente característico de su administración ha sido la falta de transparencia en las reservas del agua, mostrando incluso en reportes sobre la extracción del agua cifras contradictorias a las proporcionadas por otros organismos de regulación del agua e incongruentes con la cantidad de agua que necesita la población.
Poniendo en comparación la cantidad de agua que se extraía de los mantos acuíferos en 2000, 52 millones de metros cúbicos anuales, se llevó a cabo una disminución para casi los mismos 140 mil usuarios hasta llegar a 42.5 millones de metros cúbicos de extracción. Lo cual contrasta con presentar que, en el 2013, habiendo aumentado a 230 mil usuarios la empresa extraiga 50 millones de metros cúbicos anuales. Esto no tiene explicación si se argumenta que se ha llevado a cabo un arreglo de las grandes fugas de agua, siendo que su eficiencia física ronda un promedio de 60%. Esto es, de cada 100 metros cúbicos de agua extraídos, se pierden 40 metros cúbicos en el camino de los pozos a las casas.
Recién salieron de la polémica de utilizar los fondos de Agsal-Agbar para llevar a cabo el desastroso proyecto de Paseo Capital. Un proyecto de peatonalización del centro histórico de Saltillo usado de caja chica, en el que se invirtieron más de 35 millones de pesos, y el resultado a cargo de Antonio Lazcano fue de tres calles pavimentadas sin la menor planeación de los espacios, utilizando un material de tan mala calidad que ya ha empezado a fracturarse. Se ha propuesto por Ernesto López De Nigris, de grupo industrial Saltillo, el alcalde Chema Fraustro y Jordi Bosch, director general de Agsal-Agbar, alargar 7 años más la privatización del agua, por debajo de la mesa.
¡No permitamos 7 años más de privatización!
A dos años de finalizar el contrato con la multinacional, se llevó a cabo una votación en el cabildo de Saltillo, por debajo de la mesa, para extender el contrato por 7 años más. Lo que a primera vista parece desconcertante, ¿A qué información tienen acceso para decidir que sólo se extienda por 7 años más? La amenaza de una sequía a una escala nunca antes vista en el sureste del estado de Coahuila es latente, no podemos permitir que una empresa privada lucre con el agua a costa de las y los habitantes de la región.
Agsal-Agbar no produce agua, explotan nuestro acceso al agua y hacen negocio de cortar el suministro. Por eso debemos luchar por la remunicipalización de Aguas de Saltillo bajo control de las y los saltillenses. Bajo el capitalismo, hasta los recursos más vitales son vistos como mercancías a la venta, con el fin de enriquecer a unos pocos. Esta lógica, que ha provocado el grave deterioro ambiental en el último siglo, es a lo que Marx llamó una ruptura en el metabolismo del humano con la naturaleza. Por metabolismo refiere las formas específicas que toman los intercambios de materia y energía con la naturaleza, y por ruptura a una falla para reciclar los recursos naturales extraídos y la conversión de estos recursos en contaminantes dañinos.
Reafirmamos la importancia de nuestros esfuerzos de luchar en contra de todas las formas de privatización y búsqueda de la rentabilidad con base en la explotación desproporcionada de la naturaleza.
¡Por la remunicipalización de Aguas de Saltillo bajo control de las y los saltillenses!
¡Contra el saqueo de las empresas capitalistas!
¡Por una alternativa socialista y ecológica!
¡El agua es un derecho, no un negocio!