¡Comedores universitarios en todas las escuelas del país!

El pasado viernes 21 de marzo, compañeros de distintas escuelas de la UNAM, realizaron una conferencia de prensa en la Facultad de Arquitectura. Ahí denunciaron que pese a los más de 58 mil millones de pesos que recibe la Universidad de presupuesto federal, está no cuenta con comedores como existen en otras universidades públicas del país como la UAM, Chapingo o el Colegio de México. Igualmente señalaron que mientras eso ocurre, las cafeterías de la universidad se encuentran subrogadas, con lo cual el costo de las comidas ronda los 100 pesos mientras miles de estudiantes apenas tienen para llegar a los salones de clase. Sin embargo este no es un problema solo de la UNAM, sino en realidad de la mayoría de escuelas en el país donde pese al supuesto “fin del neoliberalismo” decretado por la 4T aún padecemos sus consecuencias.
Escrito por Juventudes Socialistas, Alternativa Socialista (PRIM en México).
La exclusión de los sectores más humildes de educación pública en las últimas décadas, no ha sido sólo producto de la política abiertamente privatizadora y tecnocrática de las universidades mediante el cobro de cuotas, el ahogo financiero mediante la reducción del presupuesto educativo y la tecnificación de la educación a favor del sector privado. Sino también mediante el impulso de medidas que tienden a expulsar a los estudiantes de las escuelas, mediante el cobro de servicios, credenciales, materiales de laboratorio y el excesivo y corrupto salario de los altos funcionarios de la universidad.
A ello se suman, los gastos propios que miles hacen para poder acudir a las escuelas que van desde los gastos en transporte, vivienda en el caso de los estudiantes foráneos o en alimentación. Todo ello tiene como consecuencia desde el bajo desempeño en clase, debido a la falta de nutrientes, hasta el abandono de miles de estudiantes de las aulas ante la falta de recursos para cubrir los costos de su educación. Las movilizaciones a favor de las ventas al interior de las universidades como las ocurridas en Febrero del 2023 en la BUAP, o el hecho de que el 20% de los estudiantes de la matrícula de la Unidad Norte de la UAdeC no hayan regresado a clases una vez desatada la crisis de Altos Hornos de México declarada en quiebra en noviembre pasado, son ejemplos vivos de esto. Sin embargo, este no es un problema que solamente aqueja a los estudiantes de algunas universidades sino a los de la mayoría de las escuelas del país. Desde Juventudes Socialistas, hemos denunciado esta situación en universidades como la Autónoma de Puebla, la Autónoma de Coahuila o la Universidad de Guadalajara.
¡No es un problema de recursos, sino de voluntad política!
Esta no es la primera vez que se levanta la demanda de los comedores, pues este tema ha sido recurrente en las últimas décadas. Ante lo cual, la respuesta de las autoridades ha sido fundamentalmente la misma: la supuesta falta de recursos. Y si bien es cierto, que el presupuesto educativo es también desde hace décadas muy limitado, pues en México este no alcanza ni el 5% del promedio de países de la OCDE pese a que el año pasado alcanzó un histórico el 4.2% histórico. También es cierto que desde hace años el presupuesto universitario es parasitado por una pequeña minoría de burócratas y académicos, “la casta dorada”, que consume aproximadamente el 70% del presupuesto universitario en salarios y prebendas como viáticos, dieta y choferes. Mientras tanto, miles de estudiantes y de profesores por hora (el 70% de la planta académica) mal vivimos en las escuelas.
Lo anterior por sí mismo pone en tela de juicio el argumento de la supuesta falta de recursos para financiar los comedores. Pero a ello se agrega el que mientras eso ocurre, las cafeterías de la Universidad están subrogadas, lo que significa que un privado obtiene ganancias a costa del hambre de estudiantes y profesores. Si un privado obtiene ganancias, es porque el negocio de las cafeterías es de sobra rentable con lo cual resulta absurdo pensar que la Universidad no podría gestionar esas cafeterías, dar alimentos a bajos costos y además obtener algunos ingresos para sus propias finanzas en lugar de que estos sean acaparados por privados.
Esto deja en claro que el problema de los comedores no es de recursos, sino de voluntad política. La Universidad Nacional Autónoma de México, cuando fue construida en los años cincuenta contaba con comedores públicos que además eran centros de reunión de la comunidad universitaria. Fue a partir de 1968, en que las autoridades cerraron durante años estos comedores como una medida de control para desmovilizar al estudiantado que se organizaba y discutía en estos espacios.
En las décadas de los años setenta, ochenta y noventa, la despolitización de las universidades fue parte del subtexto que acompañó las reformas y políticas administrativas dirigidas a la educación superior. El desmantelamiento de los espacios que se consideraban puntos de reunión y agitación política, fue central para el debilitamiento de las organizaciones estudiantiles al interior de las universidades. Este desmantelamiento no sólo vino a precarizar al estudiantado sino también a inmovilizarlo y alejarlo de la vida política que reivindicaba la lucha por su educación.
¡Es hora de avanzar por un programa amplio para las y los estudiantes!
Desde Alternativa Socialista y Juventudes Socialistas, nos sumamos a la demanda de comedores subsidiados en la UNAM. Señalando que esta no es una demanda exclusiva de la máxima casa de estudios, sino de las y los estudiantes, profesores y trabajadores universitarios en todo el país. Así lo ha demostrado el enorme impacto del comedor estudiantil autogestivo en que hemos participado en el Centro de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara, que se ha extendido a otras escuelas de la UdG o el actual paro de la Universidad Autónoma de Puebla que reclama en sus demandas generales la habilitación de los comedores universitarios. En la UdG esta experiencia ha mostrado el enorme apoyo de la comunidad e incluso de los comerciantes que cada semana aportan para que los miércoles podamos impulsar esta iniciativa. En Puebla, por otro lado, es una demanda a punto de materializarse por la lucha que se está desarrollando. Pero como nosotros mismo hemos señalado, los estudiantes no comemos solo una vez a la semana sino todos los días y en todos los estados del país, por lo que subrayamos la importancia de que las autoridades universitarias y educativas a nivel local, estatal y federal tomen medidas para implementar comedores universitarios en todo el país.
Este debe ser un primer paso para discutir las demandas más sentidas de los estudiantes en primer lugar, pero también de los profesores y trabajadores que padecen las mismas carencias que los estudiantes. Por ello, además planteamos la importancia de construir un programa de lucha estudiantil amplio que considere no solo la demanda de los comedores, sino también el problema del transporte y el control de rentas, los salarios y la basificación de nuestros profesores para luchar contra la precarización de la educación. Así como las denuncias de acoso de nuestras compañeras, contra profesores y estudiantes agresores. Es pues hora de construir un programa amplio que ya no solo luche por lo que está mal sino que se plantee reformar las universidades públicas del país.
Por ello desde Juventudes Socialistas, además de señalar y aportar para dar un paso al frente mediante una coordinación por los comedores en las escuelas, consideramos que este debe ser la base para construir una organización nacional de estudiantes que levante este programa amplio para las y los estudiantes del país. Solo de manera organizada en todas las escuelas de todo el país podremos avanzar en cada una de nuestras escuelas.