Brutalidad policíaca en Colombia

Un llamado fortalecer las manifestaciones

Escrito por Christian Tello, Alternativa Socialista

La noche del pasado miércoles 9 de septiembre en Bogotá diferentes movilizaciones se desarrollaron en repudio al brutal asesinato de Javier Ordóñez, abogado de 46 años, electrocutado hasta morir a manos de la policía municipal del barrio de Villa Luz. Hasta el momento los informes en redes sociales y de la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá señalan la muerte de 13 personas más debido a la represión de las fuerzas policíacas la noche del jueves 10 de septiembre en la capital colombiana. A día de hoy ya suman más de 200 civiles heridos de gravedad por la violencia utilizada por la alcaldesa Claudia López.

La ola de descontento se ha extendido a otras zonas urbanas de Colombia. En Medellín, Cali, Barranquilla, Manizales, Pereira y Cúcuta se han destrozado e incendiado puestos policiales y Centros de Atención Inmediata. El malestar del pueblo colombiano se ha hecho presente a partir de las declaraciones de Iván Duque, presidente de Colombia, quien hizo declaraciones despreciables sobre la situación. Desde el Barrio Villa Luz, los vecinos levantaron barricadas y dispersado a la fuerza publica de la comunidad. La reacción el gobierno no se hizo esperar al enviar camiones y escuadrones móviles antidisturbios.

Es preocupante el grado de brutalidad y corrupción que esconde la policía de Colombia. Diferentes denuncias anónimas subidas a las redes sociales revelan identificaciones policíacas cubiertas, infiltrados en las protestas, intercambio de armas de fuego, denuncias de abuso sexual y desapariciones forzadas. En Twitter diferentes cuentas oficiales defensoras de derechos humanos han publicado fotos de estudiantes y manifestantes desaparecidos señalando a las alcaldías municipales como responsables de estas desapariciones.

En medio de la inconformidad ciudadana algunas demandas y consignas han salido a la luz para la dirección política del movimiento, entre las que destacan:

  1. Prohibición total de armas de fuego en los equipos policiales de patrullaje
  2. Juicio en tribunales civiles de los crímenes imputados a elementos policiales y militares
  3. Reducción del gasto público a la policía municipal
  4. Control civil de la policía por parte del ministerio del interior.

Las exigencias contra la brutal agresión del estado muestran los primeros pasos organizativos para la lucha de millones de colombianos contra un régimen corrupto, guiado por la fuerza operativa de los supuestos defensores públicos. Por ahora el presidente Iván Duque llama a legislar una serie de reformas en el sistema judicial para garantizar la integridad del estado colombiano y detener el aumento de protestas a lo largo del territorio nacional. Con la actual política de “No tolerancia” el gobierno ha abierto más de 1900 procesos disciplinarios contra agentes por comportamientos anti cívicos. Sin embargo, esto no ha detenido el aumento de fricciones entre la policía y la población.

El movimiento BLM en Estados Unidos, las manifestaciones contra el asesinato de Giovanni López en Guadalajara hace ya 3 meses y hoy la situación en Colombia sacan a flote las contradicciones inherentes del sistema capitalista que se agudizan en plena crisis económica con el abandono del sector salud y la crisis económica a nivel mundial. Mientras la burguesía tenga el control de las jefaturas e instituciones encargadas del orden, los trabajadores seguirán padeciendo la violencia del sistema sea por medio de la policía o el hambre y la miseria a la que somos orillados por este sistema. 

Es por eso que en todo momento señalamos la complicidad de la policía y el ejercito con el estado como junta administrativa de los negocios capitalistas, uno no puede caer sin el otro. Desde Alternativa Socialista Internacional hacemos un llamado a la organización de los jóvenes y trabajadores para combatir la represión, mediante la denuncia y el fortalecimiento de las organizaciones de izquierda y de los trabajadores para poner alto a la policía colombiana y su brutalidad.