Argentina: Aborto legal, un triunfo de la marea feminista.
En una jornada histórica, la madrugada del 30 de Diciembre y luego de 12 horas de debate, el arcaico senado de la nación con 38 votos a favor y 29 en contra aprobó la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE)
Escrito Rosa, Feminismo Socialista Internacional.
Cuando se anunció el resultado de la votación, las miles de integrantes de la marea verde que se encontraban en la vigilia afuera del Congreso de la Nación en Buenos Aires y en las más de 120 plazas de todas las provincias del país, como si fueran una sola persona, entre festejos, lágrimas y abrazos, estallaron en un grito de felicidad ¡Es ley! Así en ese instante se condensaron décadas de lucha del movimiento feminista por el reconocimiento al derecho humano elemental de poder decidir sobre el propio cuerpo.
Esta lucha tuvo un hito importante en el 2005 con la creación de la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito (La Campaña) como espacio de coordinación de la mayoría de las organizaciones feministas del país. Pero la masificación llegó en el 2018 cuando el debate se instaló en el congreso y en toda la sociedad, permitiendo la entrada en escena toda una generación de adolescentes, “las pibas”, que son el motor de este enorme movimiento. El uso del pañuelo verde como símbolo de la lucha por el aborto legal y como homenaje al pañuelo de las Madres de Plaza de Mayo que luchan por los 30 mil desaparecidos durante la dictadura militar, se popularizó junto con las protestas conocidas como “pañuelazos”.
Por eso este triunfo es producto de la lucha colectiva de tres generaciones feministas que dan vida a la marea verde que se seguirá extendiendo porque la lucha continúa por la implementación efectiva de la ley, contra las limitaciones que el mismo texto legal contiene y contra los obstáculos que los sectores antiderechos intentarán imponer.
Además este enorme triunfo no solo impacta en cada rincón de la Argentina sino también lo hará en el resto de América Latina, como ya se está viendo en Chile en donde el congreso iniciará el tratamiento de una ley de despenalización del aborto. Así, será importante seguir organizando pañuelazos en apoyo a la lucha de las mujeres del resto del continente, hasta que América Latina sea toda feminista.
La iglesia católica sufrió una gran derrota
Es sabido la importancia que la religión tiene en nuestro continente y particularmente en Argentina la iglesia católica, fuertemente ligada al Estado tiene un gran poder. Recibe millones de pesos argentinos en financiamiento estatal. Con nuestros impuestos pagamos el sueldo de curas, subsidiamos sus colegios privados y además está exenta del pago de impuestos. Esta iglesia históricamente se ha opuesto a todos los derechos. Estuvo en contra de la ley que prohibió la esclavitud, contra la ley de escolaridad obligatoria, contra el de voto femenino, el divorcio, el matrimonio para parejas del mismo sexo, contra la educación sexual y ahora todos sus sectores desde los más reaccionarios hasta los progresistas curas villeros se opusieron a la legalización del aborto. Con el Papa Francisco a la cabeza hicieron un fuerte lobby en contra y salieron derrotados.
Pero también las demás confesiones, sobre todo las evangélicas fueron derrotadas. Estas iglesias, ante los terribles hechos de pedofilia de los curas, avanzaron mucho en influencia sobre todo en los sectores más populares.
Esta victoria nos fortalece para la próxima lucha que tenemos por delante: la separación de la iglesia del Estado.
Lamentables concesiones a los antiderechos
El festejo por el triunfo conseguido no nos debe hacer perder de vista que la ley aprobada no es la que fue elaborada colectivamente por La Campaña, sino una elaborada por Alberto Fernández y que contiene varios aspectos negativos que se fueron profundizando en cada instancia de su tratamiento legal.
Ante la masividad de la marea verde, con la población cada vez más a favor del aborto y con su contrincante por la presidencia Mauricio Macri en contra, Alberto Fernández se posicionó a favor y tuvo que incluir el aborto legal en su promesa de campaña. Promesa que intentó incumplir todo el año 2020. Primero dejó de lado el proyecto de ley de La Campaña, elaboró uno propio y para tranquilizar a los antiderechos presentó junto con el aborto una ley de “protección a la maternidad” por el cual el Estado subvencionará durante mil días a la madre que decida tener al hijo. Con el advenimiento de la pandemia la usó como excusa para que evitar el tratamiento en el congreso porque, según él, había otros temas más importantes. Decretada la cuarentena dijo que no se podía tratar porque este tema genera discordia y los argentinos debemos estar unidos contra el virus, además miles de personas de movilizarían rompiendo la cuarentena. A mediados de año y cuando era un hecho la apertura cada vez mayor de la cuarentena, puso como excusa que el sistema de salud no estaba preparado, para finalmente decir que en el 2020 no había tiempo para tratar el proyecto. Pero al acercarse diciembre y con la necesidad de votar el ajuste a las jubilaciones que pedía el FMI decidió habilitar el tratamiento de la ley de aborto al mismo tiempo que se trataba la ley de ajuste a las jubilaciones. De esta manera corría el eje del debate de algo regresivo a algo progresivo.
Una vez presentado su proyecto de ley se le fueron haciendo más modificaciones negativas, siendo el aspecto más grave la inclusión de hecho de la objeción de conciencia institucional, permitiendo que las obras sociales, clínicas y sanatorios privados puedan negarse a realizar la interrupción del embarazo si todos sus profesionales, amparados en sus creencias religiosas se declaran objetores. Esto es muy grave sobre todo en los pueblos del interior del país en donde escasean los médicos. Esto ya lo están usando los antiderechos para negarse a cumplir la ley como sucedió recientemente en la provincia de San Juan en donde en uno de los dos hospitales públicos más grandes dijeron que no realizarán la práctica porque todos sus ginecólogos son objetores de conciencia. El proyecto de la Campaña no sólo no incluía la objeción de conciencia sino que la prohibía.
Por otro lado la ley aprobada penaliza con prisión de 3 meses a un año a la persona gestante que se realice un aborto después de la semana 14. El proyecto de la campaña no penalizaba en ningún caso.
También a último momento y cuando ya no se podían realizar más modificaciones el presidente se comprometió que a la hora de promulgarla quitaría del artículo 4 inciso b) la salud integral de la persona gestante como causal de aborto. Dejando de lado por ejemplo la salud psicológica o social y violando el concepto de salud integral establecido por la OMS y ratificado por Argentina en los pactos internacionales de derechos humanos.
Lamentablemente la dirección de La Campaña, enrolada políticamente en el gobernante Frente de Todos dejó correr todos estos retrocesos sin convocar a la movilización durante todo el año. Movilización que era necesaria para presionar al gobierno y que, con el distanciamiento adecuado y cumpliendo los protocolos sanitarios era posible, como lo demostraron otros sectores que salieron a las calles por sus derechos. De esta manera el gobierno sólo con la presión de los antiderechos, con la excusa de que era necesario para obtener los votos fue cediendo cada vez más. Esto es falso puesto que el Frente de Todos tiene mayoría en el senado. Si realmente tenían voluntad política podrían haber votado el proyecto de la campaña y en bloque, como lo hicieron con la ley de ajuste a las jubilaciones.
Para que la ley sea válida debe ser aprobada por el presidente y también será reglamentada. Esta instancia de reglamentación es importante porque sabremos cómo se implementará, es decir cómo se garantizará el acceso gratuito en el sistema público, la derivación obligatoria por parte de las clínicas privadas que sean objetoras, la incorporación por parte de las obras sociales, cómo se hará el padrón de los objetores, etc. y también se espera que se incorporen más modificaciones negativas, solicitadas por algunos senadores
Es necesario organizarse con el feminismo socialista.
Más allá de las limitaciones de la ley aprobada, este triunfo fortalece a la marea verde que continúa extendiéndose y sumando a más personas que antes estaban en contra del aborto y ahora cambiaron de postura. Esto quedó demostrado con la escasa cantidad de gente que se movilizó con el sector anti aborto, incluso en las provincias con más peso de la iglesia estos sectores están cada vez más en retroceso.
La base de la marea verde tiene conciencia que el triunfo no es virtud del gobierno, sino de la movilización y la lucha y que deberá seguir la pelea por la implementación efectiva del derecho al aborto legal, seguro y gratuito cada vez que algún hospital se niegue, o cada vez que un juez quiera meter presa por abortos realizados luego de la semana 14. También para que se cierren los procesos penales en contra quienes se realizaron o ayudaron a realizar abortos y por todos los derechos de género, por los derechos de las trans y la autonomía de nuestros cuerpos sin injerencia eclesial.
Para seguir avanzando también es necesario organizarse políticamente en una agrupación feminista consecuente que no caiga en el oportunismo peronista kirchnerista y tampoco en el feminismo sectario que no ve la necesidad de la lucha masiva. Aunque estas corrientes feministas influyen, la gran vanguardia que surgió en la lucha por el aborto legal empalma naturalmente con quienes durante décadas hemos sostenido estos derechos en nuestro programa.
Esta nueva generación de jóvenes activistas se suma a la lucha sin prejuicios políticos, libres y en contra de las ataduras y disciplina vertical que imponen los viejos aparatos partidarios como el peronismo. Rápidamente giran a izquierda y forman parte de las demás luchas como contra el cambio climático y, con la crisis económica también estará luchando en las calles para que la crisis no la peguen los trabajadores. Porque son hijas de la clase trabajadora y de la clase media cada vez más empobrecida. Incluso las limitaciones del Frente de Izquierda al no intervenir de manera unitaria y con una política en común le impide aprovechar totalmente el espacio abierto. Este gran espacio político es propicio para el surgimiento de una organización feminista, socialista e internacionalista como ROSA. Por eso invitamos a activar con nosotres para construir grandes organizaciones feministas y socialistas en Argentina y en el resto del mundo para la colosal tarea que tenemos: tirar este sistema capitalista y patriarcal. Para construir una sociedad socialista en la que, como decía Rosa Luxemburgo seamos “socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.