A 53 años del 2 de octubre de 1968, la mejor forma de rendir homenaje a la generación del 68 y la mejor ofrenda para los caídos en Tlatelolco es continuar la lucha por la transformación radical de la sociedad.

Escrito por Alternativa Socialista, Alternativa Socialista Internacional en México.

El 2 de octubre fue el punto culminante de un movimiento estudiantil que durante todo el año de 1968 movilizó no solo a estudiantes, sino también a profesores, amas de casa, trabajadores y sectores crecientes del pueblo trabajador. Pero el 68 no fue un fenómeno exclusivamente mexicano, por el contrario, el movimiento estudiantil mexicano de 1968 fue parte de una serie de movilizaciones que recorrieron el mundo entero. Desde Japón a Estados Unidos, pasando por Praga en la entonces Checoslovaquia hasta Francia, millones de jóvenes a nivel mundial protagonizaron un antes y un después en la historia.

Por esa razón la burguesía y sus representantes en México, como en el mundo entero, estaban interesados en escarmentar a los miles de jóvenes movilizados para ponerle fin al movimiento. Eso fue precisamente la represión del 2 de octubre, un intento por amedrentar a los miles de jóvenes y con eso paralizarlos. Lo cual parcialmente lograron, pero que a su vez dejó claro a los ojos de miles la necesidad de transformar radicalmente la sociedad. Ese es el legado más importante de las jornadas de 1968: la lucha por mejorar las condiciones políticas y sociales de la juventud y los trabajadores. 

La lucha organizada, como en 1968, sigue siendo la única alternativa para avanzar en la conquista de los derechos de los jóvenes, los trabajadores, las mujeres, la comunidad sexodiversa, los indígenas y el medio ambiente. Es por eso que además de movilizarnos por la defensa y ampliación de nuestros derechos, es indispensable construir una organización permanente que reivindique nuestras demandas y luche por su conquista. Esa es la tarea que nos planteamos desde Alternativa Socialista, sección Mexicana de Alternativa Socialista Internacional, ser una organización de combate para la juventud, las mujeres, los trabajadores, los indígenas y los oprimidos en general. Una organización que recupere la tradición de combate de las y los oprimidos, y la ponga a su disposición para sus luchas del presente. 

A 53 años del 2 de octubre de 1968, la mejor forma de rendir homenaje a la generación del 68 y la mejor ofrenda para los caídos en Tlatelolco es continuar la lucha por la transformación radical de la sociedad. Concretar el espíritu de cambio en una sociedad socialista es una tarea aún por realizarse, y por tanto una tarea vigente para las nuevas generaciones de jóvenes y estudiantes. 

¡Ni perdón ni olvido, castigo a los asesinos!

¡Recuperemos la tradición del 68!