La lucha por el agua en Mexicali continua

¡No a la nueva Ley de Aguas del Valle de Mexicali!

Escrito por Josafat Arrieta, Alternativa Socialista México

A inicios de 2015 la empresa cervecera Constellation Brands presentó al gobernador de Baja California, Francisco Vega, un proyecto para la construcción de una planta productora de cerveza que se ubicaría en Mexicali, capital del estado. La empresa estadounidense buscaba que este nuevo proyecto se sumara a sus dos plantas que tiene en Nava, Coahuila y Obregón, Sonora. Contando con el visto bueno de las autoridades estatales inició la construcción de la planta cervecera en 2016. El inicio de las obras movilizó inmediatamente a miles de personas que se agruparon en el movimiento conocido como Mexicali Resiste. 

Este movimiento denunció que el proyecto requeriría una cantidad importante del suministro de agua en el Valle de Mexicali, un recurso muy importante en una zona con un alto estrés hídrico -fenómeno potenciado en 2006 por las obras del Canal Todo Americano-, el cual redujo en casi 80 millones de metros cúbicos el suministro de agua de la ciudad. Lo que atentaba contra el suministro de la población local. También reclamaban la existencia de irregularidades a la hora de otorgar los permisos de la administración estatal y federal.

Así, al grito de “¡El agua no se vende, el agua se defiende!” Mexicali Resiste emprendió una dura y larga batalla de 4 años contra la empresa y las autoridades, tanto locales como estatales. En este proceso se presentaron recursos legales para frenar la construcción y se llevaron a cabo varias movilizaciones mostrando el descontento popular, muchas de las cuales fueron reprimidas violentamente por policías locales y estatales

La consulta y el enojo empresarial

La lucha en defensa del agua en Mexicali vio frutos en enero del 2020, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que se realizaría una consulta ciudadana que permitiría determinar el futuro del proyecto. Esta declaración fue acompañada con el posicionamiento de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el cual establecía que la construcción de la planta cervecera repercutía «en la disponibilidad y accesibilidad del líquido vital para las generaciones presentes y futuras, especialmente para fines domésticos».

El anuncio de una consulta popular incomodó a Constellations Brand, que de inmediato amenazó con mover su inversión a otro país si se continuaba con el proceso. Junto a las declaraciones de la empresa vinieron las de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) y su presidente nacional, Gustavo De Hoyos, quienes acusaban al gobierno federal de atentar contra la inversión privada. Estas declaraciones omitían conscientemente las razones que desataron el surgimiento del movimiento Mexicali Resiste, a quienes calificaban de ser “una oposición sin fundamentos”.

Finalmente, el 21 y 22 de marzo se llevó a cabo la consulta, en la cual el 76.1% de la población consultada votó por detener la construcción de la planta cervecera. Un triunfo muy importante porque representaba el triunfo político de un movimiento popular en defensa de los recursos naturales frente a los intereses empresariales que por años se han impuesto por la letra o por la fuerza en nuestro país. Pero también el anuncio de la cancelación de la planta resulto muy simbólico por ser emitido el mismo Día Mundial del Agua.

El resultado de la consulta popular desató nuevamente la molestia del sector empresarial. Así lo demuestran las declaraciones de la COPARMEX y del Consejo Coordinador Empresarial (CCE). En sus comunicados ambas organizaciones patronales rechazaron tajantemente la decisión al considerar que esta afectaría la opinión de los inversores hacia nuestro país. Esta actitud contrastaba con los ánimos de festejo por el triunfo de Mexicali Resiste.

Ante la molestia de los sectores empresariales, el presidente López Obrador anunció que hablaría con los representantes de Constellations Brand para acordar mover la planta a otra región del país. Esto nos indica que, si bien la batalla en Mexicali fue ganada temporalmente, la lucha en defensa de los recursos naturales y los derechos de la clase trabajadora está lejos de terminar.

La lucha debe continuar

El despojo de tierras y recursos naturales en beneficio de grandes empresas no es algo nuevo para nosotros. En nuestro país hemos sido testigos de cómo empresas madereras, mineras, cerveceras o constructoras han hostigado, desplazado y amedrentado a las comunidades y asesinado a sus dirigentes, en su mayoría indígenas, con el objetivo de explotar los recursos naturales de las zonas donde estas comunidades están ubicadas.

Oponerse al extractivismo capitalista disfrazado de desarrollo es una de las actividades más peligrosas en este país, así lo demuestran los asesinatos de 83 activistas ambientales entre 2010 y 2019. Estos actos son permitidos por la complicidad de los gobiernos locales y estatales en alianza con los empresarios, como lo pudimos observar en el caso de la planta cervecera de Constellations Brand, pero también con el crimen organizado, como en el caso de Ayutla Mixe o el de Homero Gómez, defensor de las mariposas monarcas y sus bosques en Ocampo, Michoacan .

El caso de Mexicali Resiste nos demostró que el pueblo organizado puede enfrentarse y vencer a las grandes corporaciones. La lucha en Mexicali continua, ahora con una nueva ley de aguas presentada en marzo de este año que pretende privatizar el agua en el Valle de Mexicali.

Para poder enfrentar las futuras batallas es necesario construir un movimiento amplio que incluya a los trabajadores y campesinos organizados a lo largo y ancho del país y que pueda estar listo de cara a los retos del futuro. Debemos aprender de las experiencias de los triunfos, como el visto en Mexicali, o el de Atenco contra el Nuevo Aeropuerto para movilizar a la mayor cantidad de personas, concienciar y derrotar esta clase de proyectos.

Nuevos tiempos se asoman y la clase trabajadora sólo podrá enfrentarlos si está unida y organizada en un movimiento capaz de conseguir nuevas conquistas para el movimiento de los trabajadores y el campesinado. Este movimiento de masas debe de dejar atrás la visión extractivista y debe tomar un eje enfocado en la defensa del medio ambiente, pues sólo así podremos asegurar la supervivencia de la humanidad. Así que instruyámonos, agitémonos y organicémonos, pues el mañana requerirá de nuestra inteligencia, entusiasmo y fuerza.