Balance electoral de Puebla 2021
Aunque MORENA y sus aliados perdieron municipios importantes como las Cholulas y la capital -siendo arrebatadas las alcaldías, las diputaciones locales y federales por la coalición- en toda Puebla los municipios y distritos del sur fueron quienes demostraron que la 4T y MORENA sigue siendo una fuerza capaz de mantener su simpatía con la clase trabajadora poblana.
Escrito por Christian Tello, Alternativa Socialista (ASI en México).
MORENA y sus aliados lograron ganar 17 escaños de los 26 en el congreso local situándose como la primera fuerza parlamentaria del legislativo con una mayoría calificada absoluta. Morena reunió 1,090,479 votos según el Programa de Resultados Electorales Preliminares del Instituto Electoral del Estado de Puebla mientras que la oposición de derecha Va Por México sólo logró reunir poco más 869,392 votos. Esto resulta ser un fenómeno contradictorio pues reflejó una baja participación ciudadana; de un 67.64 % en 2018 a un 56.02% en este periodo electoral. La clase trabajadora en su mayoría salió a las urnas esta ocasión para seguir ratificando el gran fenómeno que desde 2018 presenta la 4T con la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador a la cabeza. Es evidente que las masas populares no dieron un viraje a la derecha, más bien el voto nulo y la abstención explican ese parcial repliegue de la izquierda en las elecciones.
¿Retorno del morenovallismo?
El avance de la derecha el 6 de junio entonces puede ser considerado un “triunfo”, efímero y relativo sin dejar de puntualizar sus peligros. Mucho alboroto y paranoia obtuvo el tema cuando la capital del estado pasó a manos de la oposición con Eduardo Rivera. Rivera quien fuera presidente municipal de 2011-2014 y reelecto para este periodo, conocido como uno de los principales operadores políticos del difunto ex gobernador Rafael Moreno Valle y de Genoveva Huerta, presidenta y cacique estatal del Partido Acción Nacional. Rivera es lo poco que hoy queda del morenovallismo. Un actor que fue importante en la represión, las desapariciones forzadas, los tratos con el crimen organizado, la corrupción y los abusos de poder que vivió Puebla entre 2011 a 2017. En este momento parece que la capital es un germen de lo que más adelante podría ser un retorno vivo del morenovallismo sin Rafael, pues sabemos muy bien que el cargo de Rivera es una catapulta o una tumba para su candidatura a la gubernatura del estado en 2024.
Morena y sus aliados lograron ganar más curules en el congreso local que el año pasado gracias a las alianzas con el Partido del Trabajo y el Partido Verde pasando de 10 lugares en 2018 a 17. Esto evidencia la debilidad de la oposición aún con su unidad electoral. En 2018 el PRI solo consiguió 1 escaño, el PAN 4 y el PRD 2;en estas elecciones uniendo sus fuerzas en el pacto Va por México apenas alcanzaron a sumar 9 distritos en los cuales no existiría un triunfo de la derecha a no ser por la alianza forzada a la que Morena los ha orillado. Apenas 2 lugares más ha ganado la oposición mientras que Morena los supera con 7 contando aún las alianzas que puede forjar en las próximas sesiones ordinarias del legislativo. Todo este panorama es resuelto bajo la elección de cargos por mayoría relativa. En el cómputo distrital por parte del Instituto Nacional Electoral parece que el panorama en favor de MORENA resulta ser el mismo a nivel federal, 11 de los 15 distritos son arrasados en su totalidad con casos de hasta 20 puntos de ventaja en votos mientras que la oposición en coalición solo consiguió 4 diputaciones federales.
El caso para los ayuntamientos es aún más contradictorio, las alianzas se vieron presentes en algunos municipios mientras que en otros las pugnas electorales se dieron sin ellas. Entre PRI-PAN-PRD se consiguieron 84 municipios de los cuales los más importantes como Puebla Capital o San Andrés Cholula con los mayores ingresos fiscales son prometedores para impulsar a la oposición en el estado. Por otra parte, 67 municipios para Morena en alianzas con el PSI y el PT mientras que los 66 municipios restantes los ocuparon partidos parásitos o “la chiquillada” entre ellos el PV, Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza, Compromiso por Puebla, Fuerza por México, Redes Sociales Progresistas y el PES. En los municipios MORENA se encuentra desdibujada pues aún ganando 18 municipios más que en 2018, esta elección no logró afianzar su propósito de “votar todo por morena”, mostrando la clara permanencia del PRI y el PAN en los ayuntamientos del estado.
¿Qué pasa en Morena?
Las peleas internas en MORENA vividas en las jornadas de abril y mayo por el registro de candidaturas fueron brutales, generando un total de 196 impugnaciones contra la Comisión Nacional de Elecciones, órgano del Comité Ejecutivo Estatal, por la imposición de candidatos por parte de una administración burocrática en manos de Mario Delgado y sus allegados por medio de los concursos de popularidad que fueron las encuestas. Las peleas generaron grupos y fracciones en el partido siendo la más controversial la de Claudia Rivera presidenta municipal de la capital contra Gabriel Biestro presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Miguel Barbosa gobernador del estado y Alejandro Armenta, senador poblano. La situación parece apenas haber mejorado ya que el pasado 11 de junio Biestro desde su cuenta de Twitter llamó a la recomposición del partido a través del diálogo haciendo una autocrítica y defendiendo la legalidad y transparencia del partido, planteando una “regeneración del partido”. El 7 de junio Claudia Rivera acepta su derrota en la capital aclarando que la 4T y el Movimiento de Regeneración Nacional siguen en pie, zanjando las viejas disputas mientras se siga trabajando por las causas sociales. Parece que en estos próximos meses veremos una “operación cicatriz” en el partido con las declaraciones en lo público por parte de estos dirigentes estatales, se espera que la unidad ahora sea requerida tras el avance a pequeños pasos de la oposición.
Es claro que MORENA en el legislativo local y federal transformó a Puebla en un gran bastión de la 4T. El discurso del avance de la derecha en el estado resulta ser engañoso aún con los casos excepcionales en la capital. Sin embargo, no dejamos de recalcar que los pocos triunfos de la derecha y el retorno de actores morenovallistas fueron responsabilidad de los errores, imposiciones y fraudes internos que vivió el partido en su momento por la “política de puertas abiertas”. Aunado con la posición estática y apática que tuvo el gobierno en este periodo con la movilización activa de la sociedad poblana en luchas tan importantes que se vivieron; como las protestas estudiantiles el año pasado contra el aumento de la inseguridad, la toma del congreso para la legalización del aborto en Puebla, la lucha de los pueblos Nahuas contra Bonafont y la extracción de agua, las manifestaciones por el impulso de la Ley de Desaparecidos del Estado, por mencionar los casos más sonados. Cada movimiento y evento que simplemente fue bloqueado, negociado a través de simulaciones o alejado del debate público. Denunciamos los hechos objetivos, la 4T encabezada hoy por el gobierno de Barbosa y lo que le resta podría mantener esta misma actitud de apatía, simulación y ataque contra las causas sociales, de conciliación con los caciques locales y de complicidad con la misma casta política poblana, no es una afirmación ajena la presencia de cuadros de derecha dentro de MORENA. Si el gobierno en estos próximos años sigue estos pasos parece que la 4T puede llegar a su fin, cavando su propia tumba.