A tres años de gobierno: Avances y límites de la 4T

A tres años del triunfo de Andrés Manuel y Morena hacemos un balance de los avances y límites en materia económica y política, en favor de la clase trabajadora de México. Durante su mensaje en palacio nacional el 1 de septiembre afirmó cumplir 98 de los 100 compromisos en su lucha por desmantelar el régimen de corrupción y neoliberalismo del PRI y el PAN de los últimos 30 años.

Escrito por Christian Tello, Alternativa Socialista (ASI en México).

A tres años del triunfo de Andrés Manuel y Morena hacemos un balance de los avances y límites en materia económica y política, en favor de la clase trabajadora de México. Durante su mensaje en palacio nacional el 1 de septiembre afirmó cumplir 98 de los 100 compromisos en su lucha por desmantelar el régimen de corrupción y neoliberalismo del PRI y el PAN de los últimos 30 años. Sin embargo, los socialistas sabemos, a ciencia exacta, que los avances logrados en este sexenio son conquistas temporales si no van ligados a un programa anticapitalista que se proponga la lucha por una sociedad sin clases. Estos límites en su políticas han registrado el carácter a veces contradictorio entre los discursos y acciones de la Cuarta Transformación. A continuación, discutiremos ciertos eventos que han dado veracidad a este proceso contradictorio, del que si bien reconocemos sus logros no renunciamos a la crítica.

Programas sociales 

La reconstrucción de un estado de bienestar bajo los marcos del capitalismo es central en la agenda presidencial. Por ello, el impulso de los nuevos programas sociales; como la beca universal a estudiantes de instituciones públicas y la pensión para adultos mayores han sido los rasgos más importantes a promover desde el 2020. Gracias a la reforma propuesta en 2020 por el gobierno federal estos programas se elevaron a grado constitucional garantizando la obligación del estado en la continuidad y el acceso de apoyos económicos para trabajadores e hijos de trabajadores. A pesar de ello, aún continúa por ser insuficiente, pues su extensión actual es menor a la que se podría esperar. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi, menos del 25% de la población recibe el apoyo de algún programa. 

Es importante señalar que, a pesar de que los programas sociales tienen un efecto positivo a corto plazo en los bolsillos de millones de trabajadores, no podemos pensar en ellos como soluciones de fondo y a largo plazo. No por ello significa que debamos oponernos a ellos, hacer esto sería atentar contra los intereses y los fondos de las familias trabajadoras del país. Sin embargo, es necesario señalar dos cosas. La primera de ellas es que se debe ampliar el alcance de estos mismos programas y ello requerirá mayores recursos, que bien podrían venir de una reforma fiscal concentrada en aumentar los recursos recaudados de las grandes fortunas del país -una idea que ha sido desechada por esta administración-.. La segunda es que los programas sociales pueden ser algo que haga más llevadero el sufrimiento bajo el capitalismo, pero no se trata de siempre pelear por remedios temporales, sino que hay que buscar acabar con la enfermedad de raíz.

Salario

El aumento salarial ha sido un aspecto positivo pero ambivalente, con sus altibajos durante la pandemia de covid-19. En 2019, se avaló un alza del 16% de 102.68 pesos. Posteriormente, se aprobó un nuevo aumento del 20%, estableciendo el salario mínimo en 123.22 pesos. Para finales del 2021 se espera alcanzar otro aumento del 15% en todo el territorio nacional. Las aprobaciones y aumentos reales han sido atacados por la burguesía mexicana atrincherada en la Coparmex; tachándolos de “irracionales” y “aprobados sin consenso”. 

La Coparmex se justifica a través de la pérdida de ganancias de empresas durante la pandemia, que, al incrementar el salario de sus trabajadores los pueda llevar a “la inminente quiebra”. Sin embargo, ya conocemos la capacidad de solvencia que tienen estas grandes empresas para rescatar su riqueza acumulada a costa de despidos masivos y condiciones deplorables en que laboran sus empleados. El aumento salarial es necesario y justo. Es una mentira que la estabilidad de la empresa se vea afectada por ese aumento salarial; lo que realmente ocurre es que solo reduce su marco de ganancias y riquezas, obra y producto del trabajo colectivo de miles de millones de trabajadores. 

Desde el 2019 hemos visto grandes huelgas obreras en las maquilas de Matamoros que han reivindicado ese aumento salarial contra las acciones de sus patrones, que no han respetado ni garantizado tal derecho. Este carácter es evidentemente contradictorio pues ya diferentes cúpulas empresariales como las matamorenses han hecho caso omiso a las leyes que aprueban los aumentos consecuencia del programa de reformas que plantea la 4T, e incluso encuentran aliados estratégicos en esas luchas dentro del propio Morena.

Recaudación tributaria y pago de impuestos

La recaudación tributaria por su parte ha sido esencial bajo la defensa significativa de la austeridad republicana y el pago justo de impuestos de grandes empresas. Según el reporte de las Finanzas y la Deuda Pública a julio 2021, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) se calcula que la recaudación se superó en 11,300 millones de pesos y resultó superior en 2.35% respecto de igual lapso del año previo. Un cambio sustancial en el fisco ha provocado que las grandes empresas cumplan con la obligatoriedad del pago de impuestos al estado, pago del que en sexenios pasados estaban exentos. Las empresas han acudido a la autocorrección y las personas físicas también se han regularizado para evitar sanciones, pero esto no es suficiente. Es indispensable profundizar la recaudación a través de una reforma sustancial como la plantean los elementos más a la izquierda de la 4T, ya sean figuras como Ramírez Cuellar que abogan por la renovación rotunda del marco tributario y el aporte de hasta el 3.5% de las fortunas de millonarios en el país para atender la crisis económica post pandemia. En sus palabras “sin reforma fiscal, no hay Cuarta Transformación”.

Debemos ser claros en que la reforma fiscal no es una “salida socialista”, como cree un sector de la burguesía y la derecha. Tan es así que la idea ha comenzado a ser impulsada por los sectores aparentemente progresistas de la burguesía. Aún así, una reforma de este carácter se hace necesaria si se considera la política social adoptada por este gobierno y es una de las grandes demandas en el imaginario colectivo, siendo una plataforma en la que las y los socialistas podríamos apoyarnos a manera de impulsar el avance del movimiento.

Lucha contra la corrupción

La lucha contra la corrupción se ha mantenido al ojo de críticas, justificadas en gran medida por la falta de acción del gobierno federal para evidenciar, enjuiciar y castigar a los actores políticos del viejo régimen. Ya hemos sido testigos de casos lamentables, como el caso del ex Secretario de la Defensa Nacional Salvador Cienfuegos, quien fue íntimo colaborador del crimen organizado durante el sexenio de Enrique Peña Nieto y el que encubrió y obstruyo las indagaciones al ejército durante las investigaciones de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre del 2014 y la masacre de 22 civiles en Tlatlaya, Estado de México, en junio del mismo año. Con pruebas significativas en los dos casos, es un hecho que el ejército fue cómplice o autor de los hechos. Sin mencionar también el caso de Emilio Lozoya ex director de PEMEX que desvío recursos públicos a través del escándalo de corrupción más grande del sexenio pasado y que hoy pese a ser imputado por varios cargos de soborno no ha pisado la cárcel. 

Esta hace aún más relevante mencionar la falta de participación y promoción del presidente y Morena hacía la consulta popular de Juicio a Expresidentes que aún no ha impulsado acciones legales importantes contra Fox, Caldéron, Peña Nieto, Salinas y Cedillo, expresidentes de México y representantes de las más de 3 décadas de corrupción y privilegio. Con una Fiscalía que pareciera estar oxidada y sin ganas de trabajar en los grandes casos de corrupción, cuesta pensar que la confianza en la narrativa anticorrupción pueda mantenerse una vez que Obrador deje la presidencia en 2024.

Aborto legal, seguro y gratuito

Era, hasta cierto punto, lógico que la 4T desde 2018 tenía que entablar una alianza con el movimiento feminista, se esperaba que las demandas del movimiento econtraran respaldo en la 4T, pero el caso fue contrario. Públicamente el presidente no se ha declarado en favor de los derechos reproductivos de la mujer, e incluso en diversas ocasiones ha lanzado descalificaciones contra el movimiento y quienes se reivindican feministas. Del mismo modo, Morena mismo a través de figuras como sus gobernadores/as y candidatas/os han sido responsables de llevar a cabo una campaña de represión contra las mujeres que luchan en defensa de sus derechos. Una actitud que ha tenido un impacto significativo en el apoyo a Morena entre los sectores más jóvenes de la población.

Hoy las demandas más sentidas del movimiento feminista en México sonla lucha por la despenaliación del abortoy en contra de los feminicidios. Si bien hay que reconocer que durante los últimos meses se han impulsado varias iniciativas en congresos locales promovidas por Morena para alcanzar la primera de estas demandas, no ha existido un esfuerzo real desde el ejecutivo y el legislativo por trabajar a nivel nacional por esta misma lucha. Del mismo modo, es hipócrita y criminal la posición de Morena y Obrador respecto a las demandas contra la violencia machista en México. Siendo especialmente recordado el espaldarazo que dieron desde Palacio Nacional a un violador como Félix Salgado Macedonio. Mientras la 4T no vaya en dirección a conquistar avances en estas dos grandes demandas, la confrontación con el movimiento seguirá desgastando a Morena. Una alianza que parecía lógica y natural convertida en una confrontación abierta y directa.

Reforma energética

La reforma energética ha sido una disputa que desde inicios del sexenio Andrés Manuel ha planteado y promovido con empeño contra una de las grandes reformas estructurales del sexenio pasado; reforma que le quitó a la clase trabajadora de México su soberanía energética. Hoy tras una legislatura saliente y una entrante no se ha logrado la aprobación de dicha reforma por la incapacidad cretina de la cámara de diputados; que con mayoría simple de morena se pudiera dar una ofensiva desde las calles hasta los curules, para evitar que la derecha deseche el proyecto de reforma o la aniquile con modificaciones que seguirán fortaleciendo al sector privado (dueños del 50% de energía que consumen los trabajadores de este país). La 4T, al ser la fuerza de izquierda más influyente del país y el partido en el gobierno, debe ser más activa y decidida en la defensa de la soberanía de nuestros recursos energéticos.

Por una verdadera y profunda transformación, por la transformación socialista

No demeritamos el carácter progresista de la 4T. Sin embargo, señalamos que existen claras limitantes que nos hacen ver que las conquistas y pequeños avances que se pueden dar no son suficientes y no serán duraderos. Entendemos que el único camino para acabar completamente con la herencia corrupta, conservadora y neoliberal del pasado es la organización y la lucha por una sociedad socialista, administrada por una democracia obrera y popular que no tiemble a las exigencias de la Coparmex, los antiguos actores políticos o a la injerencia del imperialismo norteamericano, por mencionar algunos factores que han influido en las decisiones de la 4T.

La construcción de un partido de los trabajadores y un movimiento amplio de izquierda revolucionaria, más el apoyo al carácter progresivo y sus criticas acertadas al gobierno de Andrés Manuel es indispensable como primer paso para ampliar y conquistar nuevas victorias en los próximos años, sin limitación alguna. El neoliberalismo es sólo el síntoma de esta enfermedad llamada capitalismo, por ello la consigna no puede ser la lucha antineoliberal, la lucha debe ser anticapitalista y abiertamente socialista. La única transformación real y profunda del país será la construcción del socialismo en México y el mundo.