Una nueva etapa de la lucha por el agua en México: tercer encuentro de la Asamblea Nacional por el Agua y la Vida

Fotografía por Daliri Oropeza Alvarez, original en https://piedepagina.mx/la-anavi-toma-fuerza-frente-al-despojo-del-agua

El pasado 12 y 13 de agosto, en el Pueblo de San Gregorio Atlapulco, Ciudad de México, se llevó a cabo la Tercera Asamblea Nacional por el Agua y la Vida, que reunió a más de 800 activistas, campesinos, estudiantes y trabajadores de 209 organizaciones que combaten el despojo del territorio y el agua. La asamblea se celebra en un contexto en que el gobierno federal ha empoderado a las Fuerzas Armadas, se han incrementado las agresiones paramilitares contra las comunidades zapatistas en Chiapas, así como las persecuciones, secuestros y homicidios mantienen una situación de inseguridad escalofriante para activistas y comunidades. 

Escrito por Christian Tello, Alternativa Socialista (ASI en México) 

Dos días de jornadas con 6 mesas de trabajo fueron, en esta ocasión, los utilizados para discutir y resolver la agenda de la asamblea que giró en torno a las formas de despojo, el proceso de militarización que vive el país, experiencias comunitarias, legislaciones vigentes y el reordenamiento territorial. Las discusiones constaron de la misma dinámica: compartir las experiencias organizativas así como el constante acoso que viven las comunidades del país. Estas discusiones fueron de gran utilidad para desarrollar nuevas conclusiones políticas que reflejan la consolidación de un programa claro de reivindicaciones. 

La movilización, arma principal para la lucha por el agua y la vida

La movilización de todos los sectores populares forma parte clave del programa de la ANAVI. Por ello, y desde el año pasado, las llamadas “acciones globales” se han realizado periódicamente para manifestarse en contra de la Comisión Nacional de Agua, tras los últimos escándalos de corrupción que surgieron por sus tratos de extracción con empresas multinacionales. También, las actividades e intervenciones se han realizado contra el proceso de militarización en el país y las constantes agresiones contra las comunidades zapatistas perpetradas por los empresarios cafetaleros de Chiapas. 

En este encuentro, la ANAVI convocó a una serie de actividades nacionales como una manifestación masiva para el 25 de septiembre, en las oficinas nacionales de CONAGUA, para denunciar las políticas de despojo institucional que mantiene esta dependencia de gobierno. Para el 12 de octubre, una movilización general en solidaridad con las comunidades zapatistas, que son víctimas de las agresiones criminales de la ORCAO (para más información lee nuestro artículo ¡Alto a las agresiones a las comunidades zapatistas!). Finalmente, el 17 de noviembre, se convocan a manifestaciones locales en celebración de los 40 años de la fundación del EZLN. Todas las acciones coordinadas a nivel nacional forman parte de la nueva “Campaña Nacional Contra la Guerra y por la Vida”, que mantendrá a la asamblea activa y vinculada con todas las comunidades y organizaciones que la conforman.

La nueva campaña resulta positiva y refleja el nuevo curso que está tomando la asamblea para articular una agenda concreta a nivel nacional. Esta nueva agenda de intervenciones nos permite, a través de la difusión masiva y la agitación constante en lo que resta del año, continuar denunciando y organizando de forma más amplía a nuevas capas de campesinos y trabajadores del campo y la ciudad.

Un debate abierto

Si bien fue un encuentro exitoso, no hay que sobrevalorar nuestros esfuerzos en la lucha. Debemos aceptar con detalle las debilidades con las que aún contamos, y que son resultado del desarrollo propio de la lucha de los oprimidos. Dejando en claro que la burguesía aún nos supera en fuerza y recursos. Al hacer observaciones de la asamblea lo hacemos con la intención de construir, para ayudar a pensar con claridad los siguientes pasos a dar. Haciendo un balance general del encuentro, hay discusiones pendientes y resoluciones poco claras. Pues esto es una tendencia que se ha repetido desde las últimas asambleas. Y aunque algunas confusiones y errores organizativos se han resuelto, aún queda mucho que hacer para formar una organización nacional que pelee en términos parejos frente al capital. 

Con esto nos referimos a las discusiones, por ejemplo, que giraron en torno al proceso de militarización en el país. La asamblea afirmó con insistencia que el principal culpable de esta situación es Andrés Manuel, y por lo tanto, la lucha tiene que encaminarse contra el gobierno federal. Sin embargo, y como señalamos con anterioridad, “debemos evitar caer en la trampa discursiva de la derecha y la izquierda liberal y pequeñoburguesa, que pretenden construir la idea de que López Obrador ha militarizado al país. Pues si bien es cierto que, como se ha mencionado anteriormente, el actual gobierno ha ampliado las facultades y tareas de las FFAA, y por lo tanto contribuido al empoderamiento de los cuerpos de seguridad del Estado Mexicano, ni este proceso puede entenderse como resultado del gobierno de Obrador, ni es exclusivo de México” (ver El proceso de militarización en México). Este error de apreciación puede llevarnos a graves errores políticos. Pues la solución no se encuentra en cambiar de mandatario (como lo cree la derecha), idea que es clara entre los asistentes a la asamblea. Sino que esta se encuentra en la lucha contra el sistema económico a nivel internacional que favorece los procesos de militarización, despojo y acumulación de ganancias. La crisis actual que vive el capitalismo tras la pandemia y la guerra en Ucrania, ha creado una tendencia por aumentar los gastos de defensa y ampliar las facultades de las FFAA en el mundo, y México no es una excepción. Por lo tanto, la lucha contra la militarización es una lucha a escala mundial y no sólamente en algunas comunidades en el país. Lo que requiere construir una organización que responde en esa misma escala, es decir impulsar la construcción de una organización internacional. 

Otra situación a señalar, es que aún no contamos con estructuras sólidas y comisiones que respondan a los retos de la asamblea. Y con esto nos referimos a una Comisión de Seguridad. Durante el encuentro se discutió la posibilidad de conformar una comisión que se encargue de velar por la seguridad de las comunidades y activistas contra la ola de secuestros, persecuciones judiciales y asesinatos que se han vivido en los últimos meses. La comisión actuaría a nivel nacional, para movilizar todas nuestras bases de apoyo cuando ocurra algún acto de represión. Esta propuesta busca consolidar la capacidad de reacción frente a las agresiones capitalistas. Sin embargo, la comisión aún parece ser un órgano sin miembros y funciones claras. En un futuro la posible consolidación de esta comisión podría ser clave para centralizar los esfuerzos de la lucha contra el despojo del territorio y el agua. No queremos más mártires, queremos compañeras y compañeros que militen y luchen en espacios seguros y libres de represión.

Finalmente, la cuestión central de nuestros señalamientos gira en torno a la vinculación con otros sectores en lucha de la clase trabajadora. Es innegable que la lucha de las comunidades llega a ser marginada sin su conexión con las masas de trabajadores en las ciudades, que solidariamente se unen a su causa. Así ocurrió en 1994 cuando el EZLN sobrevivió a las agresiones del Ejército Mexicano por las movilizaciones masivas realizadas en Ciudad de México y otras ciudades del país, contra la política criminal de asedio de Salinas de Gortari. Esa y muchas más experiencias históricas demuestran que la alianza con los sindicatos, las organizaciones obreras, partidos de izquierda y organizaciones estudiantiles, es indispensable para triunfar sobre los intereses egoístas de la burguesía. Aún queda pendiente la participación de sindicatos, organizaciones LGBTQ+, colectivas feministas y otras organizaciones de izquierda en la asamblea y que estos, a su vez, extiendan nuestras redes de solidaridad entre la clase trabajadora. Esto no es casualidad, pues es consecuencia de la poca atención que hemos puesto en nuestro programa sobre las demandas más sentidas de las y los trabajadores, las mujeres y la comunidad LGBTQ+ de las ciudades. Demandas como lo son la reducción de la tarifa de agua, saneamiento del alcantarillado público, remunicipalización del servicio de agua, creación de Comités Democráticos y Urbanos de agua, entre otras son demandas que conectaran con las y los trabajadores, los jóvenes, y las masas oprimidas a nivel nacional. 

Necesitamos urgentemente extender el alcance de nuestro programa, profundizar en nuestro análisis sobre la situación nacional y consolidar un movimiento nacional contra el capitalismo, su despojo y sus guerras. Aún la ANAVI tiene tareas pendientes por cumplir. Hoy estamos en un momento crucial que determinará el futuro de nuestras próximas generaciones. O defendemos nuestro derecho a la vida o aceptamos la barbarie que el sistema capitalista nos ofrece.