¡Por la unidad de las y los trabajadores automotrices en todas las plantas y compañías contra la inflación y la crisis!
En los últimos meses, especialmente a partir de julio de 2022, el movimiento sindical ha vivido un nuevo proceso de movilización por mejoras salariales contra los efectos de la inflación en los bolsillos de los trabajadores. Los trabajadores automotrices han sido un sector clave en dicho proceso de movilización, que incluso han desarrollado cambios significativos en su representación sindical con la derrota de la CTM en dos plantas en Guanajuato.
Escrito por Mauro Espínola, Alternativa Socialista (ASI en México).
La lucha contra la inflación en México vivió un periodo de movilizaciones en julio pasado cuando distintos sectores de trabajadores se movilizaron por mejoras salariales e incluso impulsaron huelgas y paros para alcanzarlos (ver Contra la inflación y la cartestia el movimiento obrero se levanta). Aunque en el sector automotriz eso no alcanzó el mismo nivel, no fue menos importante el papel de estos trabajadores en plantas como la de Volkswagen en Puebla en reivindicación de mejoras salariales (ver Puebla: ¡La resistencia en Volkswagen apunta a la huelga!).
Las patronales han argumentado la crisis en el sector, como consecuencia de la pandemia de Covid 19 que ha desatado la crisis de suministros como microships, que ya ha implicado diversos paros técnicos durante junio del año anterior en Volkswagen en Puebla o el paro técnico en la planta de General Motors en Silao que la patronal tuvo que llevar a cabo del 4 al 20 de marzo pasado, por la falta de suministros.
Este último no es un aspecto menor pues las patronales han intentado cargar la crisis de suministros sobre la espalda de los trabajadores automotrices. El ejemplo de los trabajadores de autopartes, quienes pierden entre el 20 y el 50% de sus salarios como consecuencia de los paros técnicos es un ejemplo claro de esto (ver Hasta 50 por ciento de su salario pierden trabajadores de proveedoras de autopartes durante paros técnicos). Este dramático ejemplo deja claro la importancia de la organización de los trabajadores automotrices, para lo que es necesario ir más allá de una planta o de una empresa, impulsando la organización a nivel nacional en un solo sindicato que defienda los intereses de todos los trabajadores sin importar la localidad o la compañía.
Es en ese contexto de crisis y de lucha de los trabajadores que en los meses anteriores han desarrollado dos luchas importantes en el sector automotriz en Mazda y General Motors, en los que los trabajadores han logrado echar a los charros de la Confederación de Trabajadores de México de sus centros de trabajo como titulares de sus Contratos Colectivos de Trabajo. Sin embargo, si bien estas han sido victorias importantes lejos están de ser victorias definitivas. Por lo que resulta indispensable continuar la organización y discusión de los trabajadores en torno a los resultados de dichas luchas de cara a las próximas batallas.
Mazda, un paso adelante y otro paso atrás
En octubre pasado, los trabajadores de la planta de Salamanca de Mazda lograron arrancar el CCT a la CTM. Sin embargo esta victoria es parcial, por no decir contradictoria. Lo anterior, sobre todo, porque ha sido la Central Autónoma de Trabajadores y Empleados de México, dirigida por Pedro Haces, quién ha resultado electa para representar a los trabajadores de Mazda. Esta central de trabajadores no es muy diferente a la CTM, por el contrario Pedro Haces comenzó su trayectoria sindical en la CTM y su trayectoria política en el PRI.
Sin embargo, resulta significativo que de 4,400 trabajadores, el sindicato de la CATEM apenas obtuvo 486 votos sobre 430 de la CTM y 384 del sindicato Froylan González, de la Confederación de Sindicatos Autónomos (COSAT). Es decir, de 4,400 trabajadores apenas votaron 1,400 de los que más de cien votos fueron nulos. En conjunto, los votos representan apenas al 31.8% de los trabajadores, ni siquiera la mitad de la planta laboral. En otras palabras, el gran triunfó se lo ha llevado el abstencionismo que representa al 68.2% de los trabajadores de Mazda. Esto pone en cuestión el carácter democrático del triunfo de la CATEM, que triunfó con una minoría, mientras deja claro el rechazo de los trabajadores a la CTM. Lo anterior muestra que pese a los cambios en el sistema laboral impulsados por la Cuarta Transformación, aún son insuficientes para derrumbar las prácticas corporativas en el movimiento obrero y en el sistema laboral.
A lo anterior, se suman además las denuncias de intimidación de las y los trabajadores de Mazda por miembros de la CTM y de la CATEM a los trabajadores de Mazda en Salamanca, presentadas por la Casa Obrera del Bajío, en el contexto de la legitimación del CCT. Lo anterior deja claro que pese a los cambios en la titularidad del CCT en Mazda, las prácticas gansteriles e intimidatorias siguen siendo la norma y la democracia laboral una tarea pendiente en la lucha de las y los trabajadores.
GMC, un paso adelante
En General Motors, también la CTM fue derrotada en febrero del año pasado al perder la representación de los trabajadores de la planta en Silao. La derrota de la CTM en GM en Silao, es contrario a la derrota en Mazda, muy significativa para las y los trabajadores. En primer lugar porque se derrotó al sindicato del secretario general adjunto de la CTM nacional, Tereso Medina. Es decir, se derrotó a uno de los dirigentes más poderosos de la CTM. Lo que ha sido posible gracias a la movilización de los propios trabajadores contra los métodos gangsteriles y charriles de la CTM.
Además, esta victoria para la clase trabajadora fue lograda por un sindicato organizado pacientemente por los propios trabajadores de GMC de manera clandestina, el Sindicato Independiente Nacional de los Trabajadores y Trabajadoras de la Industria Automotriz. Es decir, se trata de una derrota lograda por medio de la organización independiente de las y los trabajadores para reivindicar sus propias demandas con métodos propios y dirigentes surgidos de sus propias filas.
Por último, destaca que el SINTTIA es una organización dirigida por una trabajadora de GMC, Alejandra Morales. No es un detalle menor, pues se trata de una dirigente surgida de las bases de los trabajadores de GMC y ella misma organizadora del SINTTIA. Una jóven trabajadora, que ha jugado un papel en el proceso de organización y movilización de sus compañeros y compañeras de trabajo.
El ejemplo de GMC y del SINTTIA, es un ejemplo para el conjunto de las y los trabajadores, pues muestra que mediante la organización y movilización los oprimidos podemos vencer. Sin embargo, para ello es indispensable levantar un programa que reivindique y enarbole las demandas de las y los trabajadores. Un programa que permita convencer y construir una organización de manera paciente, explicando la importancia de luchar para conquistar nuestras demandas. Pero además, que nos permita vincularnos con otras plantas y trabajadores, pues sólo de esa forma podremos avanzar en la mejora de nuestras condiciones de vida.