Cuando Miguel Ángel Yunes Márquez llegó al Senado en septiembre del año pasado por primera minoría con la bancada del PAN, tenía una orden de captura en su contra emitida por un juez de Veracruz y una petición de extradición internacional a Estados Unidos por parte de la Fiscalía General de la República. En la votación por la Reforma Judicial se alineó con la bancada de Morena y representó el voto decisivo para aprobar la reforma. A los pocos días de su “acto de buena voluntad” fueron retiradas la orden de captura y la petición de extradición internacional en su contra.

Escrito por Rolando Ramos Cardona, Alternativa Socialista (PRIM en México)

Por su traición, los Yunes (padre e hijo) fueron expulsados del PAN en noviembre del año pasado. Y tan pronto como el 18 de febrero, Yunes Márquez anunció desde el Congreso que oficialmente se integraba a las filas de Morena. En una fotografía del momento se le ve sonriente mostrando a la cámara su nueva credencial de afiliado, acompañado de Adán Augusto, coordinador de Morena en el Senado, y Fernández Noroña, presidente del Senado. 

Desde Morena en Veracruz, funcionarios, dirigentes, militantes y simpatizantes, protestaron contra la afiliación del expanista, abriendo una disputa en el partido, que una vez más pone en tela de juicio el discurso de la unidad sin principios y la política de puertas abiertas. “No es la persona adecuada para entrar a nuestro movimiento y hay que cuidar al movimiento, hay que cuidarlo, esa es mi obligación, pero también es la obligación de muchísimos militantes.”, declaró la gobernadora del estado, Rocío Nahle. 

Adán Augusto y Noroña respondieron a las críticas argumentando que el papel de Yunes Márquez en la votación por la Reforma Judicial fue fundamental. “Morena es un movimiento muy amplio que tiene desde la derecha hasta la izquierda”, admitió el presidente del Senado. Sheinbaum se negó a emitir su opinión, confiriendo la resolución del asunto a las instancias del partido. Por su parte, la dirigenta nacional de Morena, Luisa María Alcalde, informó que la polémica sería resuelta por la Comisión de Honor y Justicia. El último en hablar fue el propio Yunes Márquez, que cínicamente afirmó no tener “la intención de provocar un problema interno en Morena, ni tampoco de disputar espacios a nadie”.

Y mientras eso pasaba, las bases morenistas en una conferencia de prensa convocada en Xalapa el 24 de febrero no dejaron lugar a dudas de su posición. Argumentaron que el artículo 47 de los estatutos del partido indica que una persona afiliada a Morena debe gozar de buena fama, cosa que ninguno de los Yunes goza. Por lo que cuestionaron a Adán Augusto, Noroña, Manuel Huerta y “muchos otros”, “si son o no son de Morena”, y de paso les acusaron de ser “tibios”. Además, exigieron a las fiscalías que prosigan con las denuncias a los Yunes y puntualizaron que “no solo por haber votado debe quedar eso obsoleto”. 

En otra conferencia de prensa, Jaime Bautista Sánchez “el Bachas”, militante fundador de Morena, declaro que “Vamos a tomar instalaciones, hacer marchas, algo que se sienta porque a estas alturas la que va a mandar es la militancia nacional, no solo es el estado, esto es nacional, ya basta que los de arriba no nos tomen en cuenta, hacen lo que quieren, Adán Augusto nos tiene decepcionados, yo me siento burlado, manchado”.  

La crisis se presenta en el contexto de dos grandes coyunturas para el partido en el estado: las próximas elecciones municipales del 01 de junio, y la campaña nacional para llegar a 10 millones de afiliados, a la que el dirigente estatal, Esteban Ramírez Zepeta dijo que esperaba aportar un millón de afiliados. En ambos casos, la polémica de Yunes Márquez representa un obstáculo, y por ello Morena en Veracruz ha cerrado filas contra su afiliación. 

La militancia tiene razón, en las bases debe estar siempre la última palabra. Y por ello, Alternativa Socialista exige que se rechace a los Yunes de Morena y se vuelva a proceder con las denuncias en su contra. Apoyamos y animamos a las bases en el estado de Veracruz y en el país a continuar la batalla contra los arribistas y oportunistas dentro de Morena. No podemos permitir que después de todo el mal que han hecho, los Yunes se salgan con la suya, ni que se siga llenando Morena de oportunistas de derecha. Solo si hacemos sentir nuestra amenaza la dirigencia nacional la tomará en serio y le haremos cumplir nuestras demandas. Para ello es necesario seguir organizándose dentro y fuera de Morena, formando comités de base que con o sin reconocimiento oficial del partido discuta la política del mismo y el camino a seguir para fortalecer una verdadera transformación del país.