Elecciones en Veracruz: Victoria, Violencia y Vacilación
El 6 de junio, el pueblo veracruzano acudió a las urnas para participar en las elecciones estatales, 212 municipios y 50 diputaciones estatales, 30 por elección popular y 20 por representación proporcional. Estas contaron un total de 10,890 actas capturadas, con una participación ciudadana del 60.054%, de acuerdo con datos entregados por el Programa de Resultados Electorales Preliminares.
Escrito por José Peláez, Alternativa Socialista (ASI en México).
Las elecciones llegaron en momentos de inseguridad, combinada con miedo y claras rivalidades y tensiones políticas. Desde el inicio de la llamada Cuarta Transformación ha habido una fuerte reacción de la derecha y sectores de la burguesía ante la pérdida de sus privilegios más pronunciados. Hoy en día es difícil no notar la hostilidad a las reformas del gobierno federal en los medios de comunicación privados de Veracruz, usualmente por motivos superficiales como pronunciaciones o frases fuera de contexto, sin que el presentador se haya molestado en presentar el tópico a fondo.
El camino de las campañas al día de la contienda estuvo entre los procesos electorales más violentos de la historia del estado, estando entre los siete estados con más violencia durante el proceso electoral. Incluyendo siete candidatos asesinados y 31 agredidos. Las fuerzas de reacción legales e ilegales, buscaron de toda forma garantizar sus intereses en sus respectivos municipios, ya fuera contra los intereses de otros elementos de la derecha o contra la organización de la clase trabajadora.
MORENA, en coalición, tuvo una victoria arrasadora en la contienda por las diputaciones estatales menos Huatusco, Misantla y Boca del Rio. Este último distrito siendo un bastión importante para la alianza reaccionaria de Veracruz Va, un distrito altamente gentrificado donde la población obrera ha sido constantemente desposeída y desplazada por la especulación de las áreas a la redonda. Asimismo MORENA consiguió una victoria en el distrito de Tuxpan sin coalición alguna, sin embargo muchas de estas victorias han sido amargas por la elección de candidatos provenientes del PRI.
Si bien menos homogénea, otra victoria fueron las 69 de 212 alcaldías veracruzanas ganadas en la contienda electoral como coalición y 18 por cuenta propia, donde la mayoría del voto se vio concentrado en el sector petrolero y rural, un sector que fuera duramente golpeado durante el periodo neoliberal comenzado por el gobierno de Salinas. Hoy en día los despojos al sector campesino y ejidal, así como a los obreros de las vitales industrias petroleras veracruzanas de PEMEX, despojos que aún son sentidos fuertemente en la sociedad y economía veracruzana, cuyo empobrecimiento ha llegado a beneficio de los caciques terratenientes y de los contratistas privados introducidos a PEMEX a costa de los beneficios de empleo y de las regulaciones de seguridad que la paraestatal formó durante décadas.
Donde este efecto es bastante notorio es en las áreas limítrofes a Tamaulipas y Tabasco, donde una buena parte de la infraestructura petrolera está localizada. Así mismo el voto opositor se vio concentrado en bastiones conservadores pre-establecidos alrededor de Veracruz y Perote, zonas mencionadas ya antes con una fuerte maquinaría política de la derecha. Así como zonas rurales limítrofes a Puebla, donde, tomando provecho de la inseguridad reinante y de ser un bastión conservador, la derecha se han afianzado, logrando conseguir en coalición 21 municipios. Sin embargo el PAN y PRI por su cuenta apenas consiguieron 13 y 22 municipios respectivamente. Este último debido a su fuerte influencia como maquinaría política establecida en diversos municipios, como consecuencia de su alargado dominio en el estado desde los tiempos del PNR.
Es necesario aclarar que, como organización socialista, reconocemos el carácter limitado de organizaciones reformistas como MORENA, y del carácter peligroso que puede tener la complacencia con estas para la lucha obrera. Hemos visto en esta contienda muchas de las consecuencias de la horrenda estrategia de Mario Delgado de integrar a la clase política de otros partidos en una aberrante y obstructiva ala derecha de MORENA. Poniendo en riesgo años de lucha popular por conseguir mejores condiciones para los trabajadores. Así como la inacción del gobernador Cuitláhuac García, quien ha fallado en su tarea de ejercer las reformas que MORENA le prometió al electorado veracruzano, tampoco ha actuado para detener el abuso de autoridad por parte de las fuerzas estatales sobre la población que es ejercido desde el sexenio de Calderón. Es por ello necesario construir una organización con un programa claro con la lucha de clases. Esto es lo que nos planteamos desde Alternativa Socialista, construir una organización revolucionaria que al mismo tiempo que lucha por mejorar las condiciones de vida de las y los trabajadores, luche contra la derecha como solo es posible hacerlo de manera consecuente: construyendo una sociedad radicalmente distinta mediante la fuerza de las y los trabajadores y oprimidos.