Talan 40 árboles en Xalapa para construir un puente vial ¡Luchemos por una ciudad habitable!

Trabajadores del gobierno municipal de Xalapa talaron 40 árboles que se encontraban en el camellón de la avenida Lázaro Cárdenas para construir un puente vial la madrugada del 18 de julio. Organizaciones ambientalistas habían convocado a juntar firmas para promover un amparo que detuviera la obra y salvar los 65 árboles del camellón desde el 9 de julio. En respuesta, el alcalde mandó a talar los árboles cobardemente antes de que pudieran conseguir las firmas suficientes. Afortunadamente, los ambientalistas se movilizaron a tiempo para salvar los 25 que restan. Desde entonces, la lucha por mantener los árboles en pie no ha cesado y ha movilizado a amplios sectores de la población.

Escrito por: Rolando Ramos, Alternativa Socialista (ASI en México)

En Xalapa el problema del tráfico vehicular  se ha recrudecido enormemente los últimos años. Según el INEGI, en 2020 el 42.2% de la población en el municipio poseía un automóvil, muy por encima del 20% en promedio que se estima que se mueve en auto a nivel nacional. Esto no se debe a una decisión arbitraria de los ciudadanos, sino a una mala planificación urbana que les orilla a transportarse por este medio. El crecimiento acelerado de la Zona Metropolitana de Xalapa en las últimas décadas no ha estado en concordancia con las posibilidades que ofrece el transporte público a sus habitantes. En algunas colonias denuncian que el transporte deja de pasar a las 7 de la noche y en fines de semana tienen que esperarlo hasta 3 horas.

Para dar solución al problema del tráfico, el gobierno morenista de la ciudad impulsó este año el llamado “Plan B”, que consiste en una inversión de 300 millones de pesos para la ampliación de carriles y construcción de puentes peatonales en distintos puntos de la ciudad. La iniciativa fue ampliamente criticada por arquitectos y urbanistas de la Universidad Veracruzana que argumentan que estos arreglos en la vialidad solo serán soluciones a corto plazo y en cuestión de pocos años el tráfico volverá a su situación actual, pues no se resuelve el problema de fondo, que no es el tráfico sino la movilidad en general. 

Si las soluciones a esta problemática no contemplan alternativas al transporte privado, no importa cuánto amplíen las avenidas, Xalapa se va a ver envuelta en esta situación una y otra vez. Cada vez más áreas verdes serán invadidas por el concreto, lo cual, en el contexto del aumento de las temperaturas por el cambio climático y la crisis de agua por la que pasa la ciudad, es absolutamente irresponsable. Al contrario de lo que sostiene el gobierno municipal, el espacio para los automóviles no debe aumentar, debe disminuir. Lo que debe aumentar es el espacio para árboles, banquetas y ciclovías que permitan a la gente moverse saludablemente bajo la sombra, así como aumentar las redes de transporte público qué puedan facilitar el transporte de las personas en la ciudad. La infraestructura que necesita la ciudad no es para el transporte privado, la infraestructura que necesita es para un transporte público, accesible y de calidad. 

La defensa contra la devastación y el contraataque por una ciudad habitable

Al momento de redactar este artículo los ambientalistas siguen protegiendo los árboles de la avenida Lázaro Cárdenas. La lucha ha sido ardua, pues han tenido que montar un plantón para evitar que se talen los árboles durante la madrugada otra vez. Los manifestantes han sido hostigados por la Policía Estatal y las máquinas de destrucción del gobierno municipal, además de que varias luminarias fueron removidas con el objetivo de dejar a los manifestantes a oscuras. En tan solo tres días han organizado varios eventos para difundir el tema y conseguido más de 8 mil firmas para promover el amparo. De ser unos cuantos el primer caótico día, han pasado a ser decenas. Cada vez más personas se unen a la causa, esto se refleja en los miles que han respondido al llamado de firmar el amparo; los automóviles se detienen a dar víveres y firmar, incluso vehículos de empresas manejados por trabajadores han mostrado su solidaridad. Ahora ya se han conseguido las suficientes firmas para una suspensión provisional de la obra, que si bien es una victoria, no debemos bajar la guardia: vamos por la suspensión definitiva.

El alcalde y el gobernador están alarmados. La evidencia está en los programas de reforestación que salieron “de la nada” en este contexto, así como el desdén y agresividad con el que tratan a los manifestantes. Los cientos de árboles que están plantando ahora mismo en las periferias no reemplazan a los que ya tenían 50 años en medio de la ciudad. Porque, si bien la reforestación es positiva, la cantidad de CO2 que pueden retener estos retoños no se compara con la que retenían los 40 árboles maduros que se talaron, además de que no proporcionan sombra para contener el calor que se intensifica por el concreto de la ciudad. Realmente solo intentan utilizar a sus medios afines para manchar la imagen de los manifestantes y ellos deslindarse de la furia de los ciudadanos.

Ahora mismo se necesita de apoyo urgente. Algunas personas han estado en el plantón desde el primer día y están agotadas, por lo que requieren relevos urgentemente para descansar, sobre todo por las noches. Se necesita también de toda la difusión posible para movilizar a sectores más amplios de la población para que vayan a firmar y apoyar. Podemos ganar esta batalla, pero hay que darla todas y todos. No se trata de la lucha de unos pocos en defensa de 25 árboles, se trata de la lucha por mejores condiciones de vida para las y los trabajadores de la ciudad.

Tras  ganar la defensa de estos árboles, no podemos quedarnos conformes. Esta coyuntura ha demostrado que si queremos vivir en una ciudad que nos ofrezca calidad de vida debemos luchar por ello. Debemos organizarnos permanentemente en torno a dar la batalla por conquistar un programa de demandas que apunte a ofrecer una vida digna para los habitantes de la Zona Metropolitana de Xalapa: con áreas verdes, ciclovías, transporte público de calidad y vivienda digna.