Morena, ¿y después de las elecciones que?

Las próximas elecciones serán sin duda una nueva derrota para la derecha partidaria, según indican la mayoría de las encuestas. La ventaja de más de 10 puntos porcentuales, a mes y medio de la elección, parece sencillamente imposible de cambiar. En ese escenario, los conflictos internos de Morena parecen haber desaparecido tras el nombramiento formal de Sheinbaum como candidata presidencial y de Clara Brugada como candidata a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Sin embargo, la pregunta de miles de militantes sigue siendo ¿y después de las elecciones?

Escrito por Mauro Espínola, Alternativa Socialista (ASI en México).

Aunque la derecha y sus intelectuales han querido mal vender la idea de un supuesto autoritarismo en el que Morena pretende utilizar el aparato del Estado para ganar la elección, la llamada “elección de Estado”, los resultados de las encuestas y el creciente descontento de la mismos intelectuales y políticos de derecha tira por la borda esa idea. Usando como ejemplo la elección intermedia de 2021, han pretendido presentarse como competitivos frente a las elecciones. De modo que si llegaran a perder, como indican la mayoría de las encuestas, esto sería resultado de una supuesta operación subterránea de Obrador y de Morena, mediante los recursos del Estado para imponerse de manera antidemocrática. 

Lo que no dicen estos comentaristas, es que en 2021 la alianza opositora ganó sobre la base de la abstención regular en las elecciones intermedias. De hecho no lograron aumentar su número de votos absolutos con respecto a las elecciones anteriores, sino solamente sumaron los votos de sus principales fuerzas el PRI y el PAN. En otras palabras, no lograron superar el umbral de votos obtenidos en 2018 sino solamente los sumaron. Y aun así el margen frente a Morena fue reducido en la mayoría de los casos. Esto significa de manera simple que con una mayor participación electoral, como ocurre en las elecciones federales a diferencia de las intermedias como en 2021, el triunfó de Morena es casi un hecho. 

Las crecientes críticas a Xochitl, sobre todo después del debate, de parte de sus correligionarios y de quienes se presentan como ‘liberales demócratas contra la dictadura’ deja también claro lo anterior. Es decir, cada vez son más quienes, incluso en la oposición, son conscientes de la derrota anunciada de Xochitl a un mes y medio de la elección. De ahí el incremento de las críticas a la campaña de Xochitl, en diferentes mesas donde predominan las opiniones de dicho sector, y las presiones también para acallar las críticas a la candidatura de la derecha. Como deja claro el artículo de opinión del pasado 15 de abril Suspensión de la crítica de Jesús Silva-Herzog Marquez a quién nadie puede acusar de simpatizar con Morena, Obrador o Sheinbaum. 

Sin embargo, esto no significa exactamente una derrota de la derecha en su conjunto. Pues como hemos señalado desde Alternativa Socialista, una parte importante de la derecha se ha incrustado en Morena desde hace años siendo un lastre para impulsar una política más a la izquierda. El pacto con el Partido Verde o bien la candidatura de elementos como Romel Pacheco en Morena dejan claro lo anterior, aunque han sido encubiertos bajo la consigna del Plan C para obtener mayoría en el Congreso para aprobar las reformas que necesita el país. Pero a estas alturas, tras un sexenio en donde Morena tuvo mayoría en los primeros tres años que fueron desaprovechados por Obrador con la supuesta idea de “no provocar” a la derecha, incluso si Morena llegará a lograr la mayoría, nadie puede tomarse en serio que de ganar esa mayoría realmente se vayan a impulsar reformas de mayor calado. La renuncia abierta a impulsar una reforma fiscal progresiva para recaudar más impuestos, cobrando más a las grandes fortunas de este país, deja claro que como en este sexenio que concluye lo que primará serán las negociaciones y las maniobras parlamentarias. En ese escenario, de un anunciado triunfo de Morena, surge entonces la pregunta para miles de militantes y simpatizantes de izquierda ¿y después de las elecciones que? 

Desde Alternativa Socialista, planteamos la necesidad de organizarnos dentro y fuera de Morena para construir una fuerza que empuje y levante las demandas de las y los trabajadores, los jóvenes, la comunidad LGBTQ+, los campesinos y los oprimidos en general, pues solo así se podrán impulsar los cambios que necesitamos. La derrota de García Harfuch como precandidato a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México es un ejemplo en ese sentido. Si bien ahora es candidato al senado, es claro que millones de capitalinos, especialmente las bases sociales de Morena no estaban dispuestos a verlo como candidato a la Jefatura de Gobierno, y ha sido la enorme presión de las y los militantes la que se ha impuesto sobre los acuerdos cupulares. 

A los trabajadores y a los oprimidos nada nos han regalado, lo que tenemos lo ha conquistado nuestra clase con sudor y sangre. Y eso sigue siendo cierto, incluso ahora. Por ello es que para profundizar los cambios que necesitamos en beneficio de las mayorías, los trabajadores y oprimidos por el capitalismo, no basta con el Plan C que no garantiza nada. Es necesario organizarnos para hacer efectiva nuestra fuerza, única capaz de conseguir y conquistar las necesidades para las y los trabajadores y oprimidos.