Argentina: Un punto de inflexión en la lucha contra Milei

Histórica marcha federal en defensa de la universidad pública.

Escrito por Marcos Ariel, ASI en Argentina.

El 23 de abril más de un millón de personas se movilizaron en todo el país ante el peligro real de que por el gran el ajuste que está realizando el presidente Javier Milei las universidades públicas se vean obligadas a cerrar sus puertas ante la falta de presupuesto.

Una marea humana como muy pocas veces se vio se volcó a las calles de todo el país. En la capital Buenos Aires hubo entre 800 mil y un millón de personas, de manera tal que la Plaza de Mayo donde se realizó el acto de cierre de la “Marcha Federal en Defensa de la Educación Pública” quedó pequeña y miles ni siquiera pudieron acercarse porque no cabía una sola persona más abarrotando las calles y avenidas de los alrededores. También hubo masivas marchas en todas las provincias del país destacándose ciudades donde Milei ganó en las elecciones como Córdoba (100 mil personas), Mendoza (45mil), Rosario, Neuquén y otras. ¡Cuantos más podrían haber asistido si las centrales sindicales hubieran convocado a un paro general!

La marcha fue convocada por el CIN (Consejo Inter universitario Nacional) que es la reunión de los rectores de todas las universidades públicas y también por la Federación Universitaria Argentina que representa a los estudiantes universitarios de todo el país. Se sumaron las centrales sindicales, CGT y las dos CTA. Pero la bronca que hay por abajo contra Milei es tal que la marcha desbordó las expectativas de los organizadores. No sólo participaron estudiantes y docentes universitarios sino también estudiantes secundarios, trabajadores de diversos sectores, artistas y personalidades de la cultura, la ciencia y los derechos humanos. También se hicieron presente una gran diversidad de sindicatos y organizaciones de desocupados, así como partidos políticos. Pero lo determinante fueron los miles de jóvenes sin filiación política que marcharon por primera vez y se expresaron exhibiendo carteles fabricados en casa con diversos mensajes. También era emocionante ver la participación de familias enteras desde niños hasta ancianos. 

La educación publica en Argentina tiene la particularidad de que al ser totalmente gratuita a permitido que durante décadas los hijos de la clase obrera pudieron acceder a una profesión universitaria. Por eso es vista como sinónimo de progreso y ascenso social. En una sociedad capitalista tan desigual la educación pública es la única oportunidad que tienen los trabajadores para progresar y darles un futuro mejor a sus hijos. La hija o el hijo de un albañil, de una empleada de limpieza, de un campesino pobre, puede estudiar de manera gratuita medicina, ingeniería o cualquier carrera que en otros países vale miles de dólares. El ataque del gobierno a la educación pública tocó una fibra muy sensible del pueblo y como señalaron varios periodistas de derecha “el gobierno eligió al enemigo equivocado”.

Si bien desde que Milei asumió el 10 de diciembre pasado encontró una fuerte resistencia y tuvo que enfrentar grandes movilizaciones como el cacerolazo del 20 de diciembre, el paro nacional del 24 de enero, las marchas feministas del 8M y la gran marcha en conmemoración del golpe de Estado del 24 de marzo. Además de movilizaciones casi cotidianas de desocupados, trabajadores despedidos, jubilados, etc. Pero estas protestas están motorizadas por una gran vanguardia o no rompen los límites de los organizadores. Ahora por primera vez una porción significativa del movimiento de masas sale a las calles a ponerle un freno al proyecto de Milei. Esta gran protesta puede significar un punto de un punto de inflexión en la lucha contra el gobierno de ultraderecha porque que gran parte de su base de votantes, fundamentalmente jóvenes y clase media, salieron a manifestarse contra la política de un gobierno votado por ellos.

Aunque desde el gobierno en un principio buscaron minimizar la importancia de la marcha – el propio Milei en Twitter dijo que fue una marcha de “los zurdos”, o sea de la izquierda y que fue motorizada por “la casta”, lo cierto es que fue un gran golpe enorme al gobierno. Por eso más tarde tuvo que dar marcha atrás y reconocer que la marcha expresaba una “causa noble” o diciendo que no tienen la intención de quitar presupuesto y cerrar las universidades. 

Un primer resultado de la marcha fue que el gobierno se vio obligado a abrir una negociación con los rectores de las universidades lo cual, si bien es muy positivo, no debemos confiar en los rectores que en su mayoría pertenecen por un lado a la UCR (el partido que fue aliado de Macri y que actualmente colabora activamente con Milei) y por otro lado los rectores peronistas que tampoco están a la altura de la lucha. Ambos sectores están de acuerdo con que “no hay plata” y vienen realizando el ajuste dentro de la universidad que se expresa por ejemplo en el recorte de becas o los sueldos de miseria que cobran los profesores. Los rectores se vieron obligados a resistir puesto que está en juego sus cargos y privilegios como administradores de la universidad, a cambio de mantener eso, están dispuestos a recibir migajas del gobierno.

Los dirigentes de las federaciones estudiantiles que pertenecen a la agrupación universitaria Franja Morada (la juventud de la UCR) y a las agrupaciones peronistas tampoco están a la altura de la lucha. Si bien impulsaron la marcha lo hicieron de manera limitada y burocrática. Tenían miedo, y con razón, de que se les fuera de las manos. Durante la semana previa a la marcha los dirigentes de los centros de estudiantes y de las federaciones estudiantiles se negaron a impulsar asambleas de estudiantes y cualquier actividad de coordinación con los sectores que vienen luchando contra el ajuste. A pesar de las maniobras de la conducción en la semana previa en muchas universidades surgieron asambleas estudiantiles que votaron actividades preparatorias de la marcha.  

Es esencial organizar la continuidad de la lucha porque este ataque a la universidad no sólo es un aspecto más del ajuste que este gobierno está haciendo en todas las áreas del Estado. Por más que el gobierno ahora diga que no tiene intenciones de cerrar las universidades hay que recordar que la ultraderecha está en contra del derecho a la educación a la que ven como un servicio más que debe pagarse. Este fue el primer intento de Milei en el camino hacia la privatización de la educación. Primero empieza desfinanciando, para luego continuar con el arancelamiento y finalmente con su privatización.

Las federaciones estudiantiles deben construir inmediatamente un plan de lucha junto con las centrales sindicales, incluyendo una nueva jornada nacional de acción que incluya una huelga general. Porque la protesta de la universidad sirvió también de aglutinador de la bronca que hay por abajo ante el enorme ajuste que está realizando el gobierno. La licuación de los salarios y la motosierra ya produjo miles de despidos y más de 3 millones de nuevos pobres en los cuatro meses de gobierno. 

Quedó totalmente demostrado que hay fuerzas de sobra para derrotar todo el plan de ajuste del gobierno. Es en esta fuerza que debemos confiar. Esta movilización se asemeja a las primeras marchas contra el gobierno del presidente De La Rúa en el año 2001 donde también el movimiento estudiantil se movilizó masivamente contra el recorte presupuestario. Hay un salto en la conciencia de miles contra este gobierno, que sacaron la conclusión de que para poder estudiar hay que salir a luchar. Uno de las consignas más cantadas era “universidad de los trabajadores” y “traigan al gorila de Milei para que vea que este pueblo pelea por la educación”. 

La izquierda es la única que convocó a asambleas y propone darle continuidad a la lucha. Lamentablemente, el Frente de Izquierda no actúa de manera unificada debido al sectarismo de los partidos que lo integran lo cual debilita su capacidad de disputar la dirección del movimiento. 

Además de la unidad de los sectores que luchamos activamente contra Milei necesitamos construir una organización política de izquierda que sirva para organizar democráticamente a todos los estudiantes para defender nuestros derechos. 

Para que la universidad realmente sea de la clase obrera debemos luchar no sólo por defenderla si también por transformarla para eso necesitamos no sólo derrotar el ajuste de Milei sino también derrotar este sistema capitalista que produce desigualdad entre las personas. Mientras un puñado de millonarios viven en el lujo la mayoría vive en la pobreza. 

La lucha se acelera en Argentina, pero el resultado todavía es incierto. Si el gobierno logra derrotar al movimiento no será por falta de fuerzas sino por responsabilidad de los dirigentes. 

Si el movimiento estudiantil triunfa será un gran triunfo para la clase trabajadora en su conjunto que se verá fortalecida para luchar contra el plan de ajuste y será una dura derrota no sólo para Milei sino también para la ultraderecha a nivel mundial. 

¡Sigamos movilizados en defensa de la universidad pública!

  • Ninguna negociación a espaldas de la comunidad educativa. No queremos migajas. Aumento del presupuesto real acorde a la inflación inter anual.
  • Organicemos asambleas desde abajo en todos los lugares de estudio para continuar la lucha hasta conseguir el aumento presupuesto que necesitamos.
  • Por una coordinación estudiantil con todos los sectores de trabajadores que están en lucha contra el ajuste de Milei. Si gana la universidad, ganan todos los trabajadores.
  • ¡Por un plan de lucha de las centrales sindicales y las federaciones estudiantiles para derrotar todo el plan de ajuste del gobierno! 
  • Por huelga general para frenar la aprobación de la nueva ley ómnibus en el congreso.
  • Abajo el DNU, la nueva ley ómnibus y el protocolo anti piquetes.