Una victoria en la campaña estudiantil de Alternativa Socialista

El pasado 13 de marzo durante las elecciones de consejeros en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla la voz de los estudiantes tomó valor durante el proceso de renovación de las y los Consejeros – las figuras que representan al alumnado en el Consejo Universitario –. Desde Alternativa Socialista México, participamos con una fórmula en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y un programa de reivindicaciones en beneficio de las y los alumnos que integramos la comunidad universitaria. Dentro de nuestro programa de demandas identificamos la necesidad de luchar y organizar al estudiantado en torno a cuestiones como la lucha por comedores subsidiados o administrados por trabajadores, dormitorios universitarios, control de rentas en las zonas aledañas a Ciudad Universitaria, apoyos para el transporte del alumnado desde sus lugares de residencia hasta sus centros de estudio y la necesidad de construir medidas que ayuden a combatir la violencia de género y los casos de agresiones en nuestros espacios de estudio. 

Escrito por Hugo Gamboa y Ulises Chavarría, Alternativa Socialista México

Con base en nuestro programa para combatir la precariedad de los estudiantes, logramos organizar y movilizar una fuerza importante dentro de la FCPyS de la BUAP. Este detalle no debe ser pasado por alto, pues el movimiento estudiantil en Puebla había perdido fuerza como resultado de la experiencia de un paro estudiantil desarrollado en la antesala de la pandemia. Nuestro programa y la movilización estudiantil en torno a las demandas que levantamos como parte de él, le hizo frente a una  administración que buscaba hacer caso omiso de las querellas de la comunidad estudiantil, las cuáles se han exacerbado con el término del confinamiento.

La precarización se ha ido resintiendo desde el regreso a clases presenciales en el país. Las universidades en todo el país han sido omisas e indiferentes a las carencias del estudiantado. Por el contrario, han atentado contra los medios que tenemos como estudiantes para subsanar las carencias que padecemos; como lo evidenció la administración de la BUAP tratando de prohibir los espacios de venta realizados por alumnas y alumnos para poder sobrevivir. Esto por supuesto no es ignorado por las y los estudiantes, quienes vivimos en carne viva las dificultades que se presentan en lo cotidiano, como lo pueden ser los altos costos de los alimentos en las escuelas, los costos del transporte o los costos de renta de espacios habitacionales para estudiantes foráneos y foráneas.  Estas son las consignas con las que nos identificamos y las que formaron parte esencial de nuestra campaña. 

Nuestras propuestas son claras: la búsqueda de un comedores universitarios, un mayor seguimiento de las denuncias por acoso y un protocolo de género funcional; y un aumento en las becas de manutención. Pero para lograrlas, somos conscientes de la necesidad de impulsar un movimiento estudiantil que posea la suficiente fuerza para lograr ejercer presión al aparato burocrático y que pueda lograr la conquista de estas demandas. Es decir, somos conscientes de las limitaciones del Consejo Universitario para lograr estas y otras demandas. 

Hemos vivido un gran interés y apoyo – con su respectiva reacción- por parte de la comunidad estudiantil en la BUAP. Este se hizo tangible con la participación en la asamblea que fue convocada por nosotros y a la cual acudieron cerca de 200 alumnos, expresando sus opiniones, dudas y sugerencias para la articulación de las propuestas. También, el día de la votación, se volvió a sentir dicho apoyo al hacer ganadora la fórmula de Alternativa Socialista de manera contundente, siendo mayormente amenazada por las abstenciones -un preocupante 32.86%, que no debe más que inspirarnos a seguir luchando para llegar al porcentaje restante-.

Somos conscientes que el conseguir la Consejería no es el fin, sino únicamente un medio para conseguir las demandas planteadas en nuestro programa. Ahora nuestra tarea es desarrollar la conclusión entre una capa cada vez más amplia de jóvenes de la necesidad de construir una organización política capaz de defender realmente los intereses del alumnado y vincular las luchas en la universidad con las luchas más amplias de la clase trabajadora, los campesinos, las mujeres y los oprimidos en general. Y esta tarea requerirá de demandas transitorias alrededor de las cuales organizarnos y luchar.

El caso de Puebla es un ejemplo  de la lucha universitaria que busca organizar Alternativa Socialista. La conquista que se logró en Puebla es una muestra tangible de la fuerza de la organización permanente y la militancia a la hora de luchar contra las prácticas rapaces dentro y fuera de las universidades. La experiencia de la campaña en la BUAP desmiente esas ideas que hablan de una supuesta apatía entre las y los estudiantes del país. Las universidades públicas a nivel nacional presentan problemáticas similares y que el que no exista una movilización más activa responde, sobre todo, a la falta de organizaciones que presenten un programa y construyan espacios organizativos capaces agrupar y organizar a las y los estudiantes con programa claro de reivindicaciones en su beneficio. 

Por esto es importante señalar que la experiencia de Puebla no es única. Los problemas que hemos denunciado en la BUAP, son los problemas que enfrentamos como estudiantes en todo el país. La precarización de las condiciones de estudio no responden a cuestiones locales y, por lo tanto, la respuesta debe rebasar las dinámicas localistas presentes en el activismo estudiantil. Nuestra lucha debe ser también, a la par, por construir una lucha a nivel nacional.

Frente a la precarización del acceso a la educación, la movilización de los estudiantes es importante para conquistar demandas para las hijas e hijos de la clase trabajadora. Desde el momento que las administraciones académicas  prohíben las asambleas o cualquier forma de organización, podemos percatar el miedo que tienen ante la fuerza de un  estudiantado organizado. La movilización política desde las capas más jóvenes es clave, ya que históricamente han sido los primeros en enfrentar y movilizarse a la  brutalidad del capitalismo. Por eso nuestras demandas son lo mínimo para los jóvenes que buscan una educación de calidad.

Desde Alternativa Socialista lucharemos para conquistar las demandas de los estudiantes y por construir procesos de organización que vayan más allá de las meras demandas inmediatas, vinculándose con otras luchas de la clase trabajadora. Cuestiones como los dormitorios, comedores, becas y otras demandas estudiantiles deben servir como plataforma para construir el movimiento estudiantil que buscamos las y los socialistas. De la misma forma, a través de estas demandas debemos construir la lucha por la democratización real de las universidades, combatiendo a las cúpulas burocráticas que parasitan las universidades. Nuestra campaña estudiantil está hecha por y para los estudiantes hijos de la clase trabajadora. 

¡Por una educación de calidad para los hijos de los trabajadores!

¡Por un movimiento estudiantil combativo y socialista !