Un nuevo punto de inflexión en la 4T: ¡Sólo luchando en las calles con un programa socialista podremos hacer realidad las aspiraciones de cambio!

Los resultados contradictorios entre la reciente derrota de la Reforma Eléctrica junto a los resultados de la Consulta de Revocación de mandato marcan sin duda un punto de inflexión en el gobierno de López Obrador. Punto de inflexión marcado por la contradicción entre el enorme apoyo al presidente de la República, y una creciente incapacidad para impulsar las reformas tan anheladas.

Escrito por Mauro Espínola, Alternativa Socialista (ASI en México).

En principio, de manera puramente formal, la Consulta de Revocación de Mandato y el rechazo de la Reforma Eléctrica son procesos distintos pues uno expresa el apoyo popular del López Obrador y el otro a la relación de fuerzas en la Cámara de Diputados. Sin embargo, analizados en conjunto, expresan de forma más clara la situación política en la que nos encontramos. Mientras la Consulta de Revocación demostró el enorme apoyo al presidente con más de quince millones de votos para su permanencia en el cargo, de un padrón de 93.69 millones, también evidencio una baja en la capacidad de movilización en comparación con los treinta millones de votos que consiguió en 2018. Al mismo el rechazó de la Reforma Eléctrica muestra que no es suficiente un enorme apoyo si este no se expresa políticamente, primero en las calles y luego en las instituciones, para impulsar una política en beneficio de las mayorías.

Desmovilización y cretinismo parlamentario: la derrota de la reforma eléctrica

Como señalamos en nuestra declaración en apoyo a la Reforma Energética, esta “No es el “cretinismo parlamentario”, como llamó Lenin a la táctica del reformismo que considera que no son necesarias más que negociaciones para conquistar reformas para el pueblo trabajador, como conquistaremos una reforma energética en interés del pueblo trabajador. La movilización y la lucha en las calles, las colonias, los barrios, las escuelas y los centros de trabajo es el único camino por el cual los trabajadores conquistaremos una reforma energética que, como la presentada por Obrador, sea en interés de la mayoría del pueblo trabajador. Por ello, es solo mediante la movilización y la organización democrática como podremos arrebatarle a la burguesía y la derecha una y mil conquistas en beneficio de la mayoría.” (ver ¡Construyamos un frente único para conquistar y ampliar la reforma energética! – Alternativa Socialista).

En ese sentido, intentar negociar primero con los diputados priistas desconvocando las movilizaciones como la del pasado 12 de abril para intentar llegar acuerdos con algunos de ellos y luego llamarle traidores a la patria es un absoluto sin sentido. Como la fabula de la rana y el alacrán, intentaron convencer a los alacranes que dejaran de ser lo que son: alacranes. Pero, además, con estos resultados de poco o nada ha servido concentrar todas las baterías en una batalla secundaria como la Revocación de Mandato cuando esta no revirtió, como no podía hacerlo por sus características, el resultado de la Reforma Eléctrica.

La derrota de la Reforma Eléctrica no es un aspecto menor. Se trata de la reforma más importante de este sexenio, caracterizada así por el propio López Obrador. Esta derrota, maraca en primer lugar un cambio en la situación política porque envalentonará aún más a la oposición de derecha que perderá el miedo a enfrentarse de forma más abierta a las políticas del presidente. Precisamente los resultados de la Revocación de Mandato ya no podrán ser usados para presionar a la derecha, que ha infringido una derrota al régimen. Pero, además, esta derrota producirá una mayor desmoralización entre una capa del movimiento que se ha movilizado y ha salido a las calles para conquistar esta reforma. Sobre todo, esta derrota producirá aun más confusión política entre una amplia capa del movimiento que observará la contradicción entre el apoyo al presidente en la Revocación de Mandato y los resultados de la Reforma Eléctrica.

Nuevo punto de inflexión, ¡Construyamos una izquierda de combate socialista!

La contradicción planteada, sin embargo, también será una piedra de toque en las conclusiones políticas de una capa creciente del movimiento. Para miles de personas, es cada vez más claro que no son suficientes las maniobras institucionales ni parlamentarias son suficientes para transformar la realidad. No importa cuanto apoyo se tenga, si no se tiene una fuerza movilizada preparada para dar la batalla contra la derecha sin intentar negociar con ella, poco se podrá conseguir.

Con ello también es más claro, que contrario al discurso de que el problema es la corrupción y la inmoralidad de los políticos, que el problema de fondo al cual nos enfrentamos millones de trabajadores, mujeres, jóvenes y campesinos es el de un sistema que prioriza las ganancias de unos pocos por encima del bienestar de la mayoría. Es decir, que el problema fundamental no es la corrupción ni la moralidad imperante, sino el capitalismo. Un sistema donde una clase social minoritaria que lo tiene todo, utiliza sus recursos y el Estado para seguirse reproduciendo como clase y para beneficiarse de la situación. Mientras la clase mayoritaria, el pueblo trabajador, sobrevive de trabajar de sol a sombra y se enfrenta a un Estado que esta hecho para perjudicarle y beneficiar a los de siempre.

Esta primera derrota de Obrador no será la última. Por el contrario, como hemos señalado, la derecha se sentirá cada vez más envalentonada y pese a que sigue siendo muy débil, sin apoyo social importante y con una mayor crisis de sus organizaciones, los intentos de negociar con ella incrementarán ante el claro intento de priorizar la negociación con estos sectores antes que apostar a la movilización y a la organización del pueblo trabajador. Es por esto, que se vuelve indispensable construir una alternativa de izquierda combativa y socialista ante la cada vez más clara crisis por la que atraviesa Morena, producto de su política de inmovilización y de puertas abiertas a la derecha.