¡Por un primero de mayo contra la miseria y la guerra!

Este 1 de mayo las y los trabajadores saldremos a las calles en un año electoral en el que las huelgas y movilizaciones contra la precarización laboral y el aumento de los costos de vida han sido el detonante de nuevas batallas. A la par y a diferencia de otros años, esta fecha se conmemora en un contexto internacional que solo ofrece horror y miseria para nuestra clase. En medio de una disputa interimperialista entre China, Rusia y Estados Unidos, el ascenso de la ultraderecha, el genocidio en Gaza y el inminente estallido de un conflicto regional en el Medio Oriente. Todo ello causante de volatilidad y tensiones políticas y económicas imperialistas, que son puestas sobre la espalda de los trabajadores en el mundo. Por ello, frente a la guerra, los embates de la derecha, la miseria laboral y la crisis económica, conmemoremos este Día Internacional de las y los Trabajadores construyendo una fuerza independiente que nos libre de la vorágine capitalista.

Escrito por Alternativa Socialista, ASI en Mexico

¿Por qué el primero de mayo?

Esta fecha nació en 1889 a partir de su declaración oficial por el Congreso Internacional Obrero Socialista de la II Internacional, en conmemoración de los eventos de la Revuelta de Haymarket de 1886 en Chicago, Estados Unidos. Revuelta en la que fueron ejecutados 8 anarquistas por defender la lucha de la clase obrera. En su momento, la fecha fue utilizada por los sindicatos y partidos socialistas del mundo para impulsar la lucha por la reducción de la jornada laboral a 8 horas, la abolición del trabajo infantil, el aumento salarial y la asociación sindical libre y voluntaria. En todo el mundo la fecha también nació como un recordatorio de la solidaridad internacional de las y los trabajadores no importando su color, sexo o nacionalidad, ya que, al estar oprimidos por un sistema económico mundial, los sufrimientos y las experiencias en común presentaban una unidad universal que superaba las fronteras y el lenguaje. 

Desde ese momento, este día se transformó en una fecha en la que el movimiento obrero reivindica tanto las victorias de las luchas pasadas, como también la fuerza de la lucha por una transformación radical de la sociedad. Un día de lucha y organización. Y, aunque a lo largo de las últimas décadas, gobiernos y organismos internacionales han intentado despojar al 1 de Mayo de su carácter combativo, las y los socialistas seguimos levantando la bandera de lucha en esta fecha que se presenta en medio de una nueva situación nacional e internacional.

Panorama nacional: las elecciones y la lucha laboral

Este año define un nuevo rumbo para el avance de ciertas demandas laborales que aún quedaron pendientes en la 4T. Desde el último periodo legislativo, uno de los temas pendientes en la Cámara de Diputados ha sido la reforma laboral por las 40 horas de trabajo. Poco difundida, bloqueada incluso por un sector de Morena, la reforma por las 40 horas es sin duda un planteamiento crucial para los trabajadores. Una reforma vital para un país con las jornadas de trabajo más largas del mundo, superando a Corea del Sur. Según datos de la OCDE las y los trabajadores en México realizan jornadas de hasta casi 52 horas semanales con un total de 2,226 horas al año. Esto sin contar las horas de transporte a los centros de trabajo y jornadas extra en casa que se agudizaron con la pandemia.

Si bien la reforma se encuentra paralizada en la Cámara de Diputados, algunos diputados de la bancada de MORENA, así como la ex morenista Susana Prieto, mantienen los llamados a la movilización de los sindicatos y organizaciones obreras para presionar por su aprobación. Por otro lado, la campaña presidencial de Sheinbaum ha mostrado estar a favor de la legislación y otras reformas en la Ley del Trabajo encaminadas a continuar con ciertos avances que se dieron en el gobierno de Obrador, como lo fueron la democracia sindical, los contratos colectivos, la seguridad social y el aumento al salario mínimo. Pero sin hacer ningún llamado claro a la aprobación de la reforma en cuestión, lo que en el fondo plantea una posible derrota de la reforma o una postergación en el mejor de los casos.Pese a los límites y contradicciones del tono conciliador de Sheinbaum con las patronales, las y los socialistas debemos impulsar estas demandas en los centros de trabajo y presionar para que Sheinbaum y MORENA las cumplan. Del otro lado, la coalición PRI-PAN-PRD y Movimiento Ciudadano no ofrecen nada a las y los trabajadores sino más que oportunismo burdo, como el de Ruben Moreira intentando impulsar la reforma de las 40 horas para presionar a Morena, y con ello la continuidad de los ataques contra los derechos de nuestra clase, como lo fue en el periodo neoliberal. 

Impulsar este programa requiere no sólo depositar un voto crítico a MORENA en las urnas, sino sobre todo organizarnos y movilizarnos en los centros de trabajo para presionar la legislación a favor de las reformas para los trabajadores. El ejemplo del éxito de las presiones contra la moderación de MORENA y Obrador por combatir a la patronal se han hecho evidentes en el último periodo con el estallido de huelgas como la de Audi y Volkswagen en Puebla, en las maquiladoras de Matamoros y en Telmex a nivel nacional. Solo por mencionar algunos movimientos laborales en la que los y las trabajadoras han conseguido grandes victorias, y con esto han causado una gran expectativa entre la clase trabajadora y que ahora son puntos de referencia para impulsar nuevas batallas en beneficio de nuestra clase.

Panorama internacional: por un primero de mayo contra la guerra y el genocidio

Actualmente, la guerra interimperialista solo ha acelerado la crisis en la que se encuentra el capitalismo. Y en medio de esa crisis son las y los trabajadores quienes pagan los platos rotos. Desde el inicio de la guerra en Ucrania, pasando por el genocidio en Gaza y la inminente guerra regional entre Iran e Israel, el numero muertos ha tenido una escalada sin precedentes en los últimos años. En ambas guerras se contabilizan 31,000 soldados muertos en las trincheras ucranianas y más de 23,000 civiles en Gaza. 

Mientras mujeres y niños son bombardeados en Gaza, los gobiernos europeos se arman hasta los dientes para envíar miles de armas a Ucrania e Israel. En tan solo dos años de guerra, el gasto militar en Europa ascendió a 480 mil millones de dólares, a la par, del aumento de la represión contra los movimientos antiguerra en lugares como Alemania y Francia. Este fenómeno de persecución y aumento de defensa es propio de regímenes donde la militarización de la vida diaria es la normal general, como resultado de la crisis económica y una guerra mayor en ciernes.

Para las y los trabajadores, en cualquier parte del mundo, los horrores actuales de la guerra y la inminencia de nuevas conflagraciones imperialistas solo representan incertidumbre, miseria y barbarie. En Europa la inflación, la falta de insumos como el gas y la represión ha empeorado la condición de vida de la gente mientras que en Gaza, a diario, miles de mujeres y niños siguen siendo asesinados por bombardeos indiscriminados. El efecto de estas guerras se ha hecho sentir incluso en lugares como México y América Latina. Donde el impacto de la inflación ha tenido un resultado significativo en los bolsillos de los trabajadores en toda la región, mientras gobiernos de ultraderecha como el de Milei, en Argentina, apoyan la avanzada israeli contra Palestina. 

Por ello, contra los horrores de la guerra, este primero de mayo las consignas de las movilizaciones generales deben hacer un llamado contra la guerra y el genocidio. Es momento de que la solidaridad internacional de los sindicatos, partidos de izquierda y organizaciones obreras paren la masacre de miles de personas e impidan el escalamiento de las tensiones en el mundo. La movilización internacional de las y los trabajadores ha demostrado ser este contrapeso, pues en la historia, la clase trabajadora ha logrado detener guerras impulsadas por los gobiernos capitalistas. En situaciones como la Primera Guerra Mundial, los bolcheviques, a través de una organización de masas y una dirección revolucionaria, pudieron detener la masacre del zarismo y el imperialismo europeo en las trincheras y garantizar la paz. Hoy las y los trabajadores tienen la posibilidad de detener la guerra a través de la movilización y organización para superar la barbarie.

¡Contra la guerra y la miseria!

Este Día Internacional de las y los trabajadores, en México y el mundo, tiene que ser una fecha en la que salgamos a las calles contra la guerra, por el aumento salarial, por la reducción de la jornada laboral, contra la violencia de género en los centros de trabajo y por la democracia sindical. Exigiendo a Morena, Obrador y a Sheinbaum reivindiquen estas y otras demandas de las y los trabajadores, como medio más eficaz para luchar y derrotar a la derecha en las urnas. Bajo el panorama electoral, la guerra y la crisis capitalista, debemos enfocarnos en afinar nuestras reivindicaciones y organizar una lucha más amplía con la juventud para crear una fuerza social, independiente y revolucionaria en momentos de emergencia. Una fuerza que  en logré nuevas conquistas laborales, derrote  a la ultraderecha y le ponga fin a la guerra.