El Halconazo: A 49 años, ni perdón ni olvido
¡Juicio y castigo a los asesinos!
Escrito por Josafat Arrieta, Alternativa Socialista México.
El 10 de junio de 1971 se llevaría a cabo una marcha en la Ciudad de México que originalmente había sido convocada en solidaridad con la huelga de la UANL, misma que había logrado ya varias conquistas para el movimiento estudiantil. Entre estas la reforma universitaria, que permitiría la eleccióndel rector de la Universidad.
A pesar de que el recuerdo de la matanza del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas estaba fresco, Echeverría enarbolaba un falso discurso de apertura política. La izquierda, en especial los estudiantes, veían la posibilidad de continuar con la lucha iniciada en 1968 y nuevamente salir a las calles a protestar y tratar de impulsar un cambio en el país.
Sin embargo, la respuesta del gobierno mexicano fue mandar al grupo paramilitar llamado Los Halcones a romper esta marcha. Palos, porras y carabinas M1 fueron las armas con las que este grupo atacarían a civiles desarmados, dejando un saldo de 120 muertos.
El gobierno de Echeverría se deslindaría de estas acciones y acusaría a los propios jóvenes de ser los causantes de la violencia. La versión oficial sería desmentida al poco tiempo por las evidencias periodísticas, aunque a pesar de ello no se encontrarían culpables y este crimen quedaría impune. Incluso en 2009 el propio Luis Echeverría sería declarado inocente al no encontrar suficientes pruebas para declararlo culpable.
A pesar de que desde 1957 existieron algunos experimentos guerrilleros en zonas rurales de los estados de Morelos, Chihuahua y Guerrero, el llamado Halconazo o Jueves de Corpus marcaría un antes y un después en la lucha, en particular entre mos jóvenes. Planteando una aparente salida a la radicalización que miles experimentaron, que se decantarian por la lucha armada. Por supuesto, fue la masacre de una generación de militantes revolucionarios entregados a la transformación radical de la sociedad.
El Halconazo al igual que las masacres de Tlatelolco, Aguas Blancas, Acteal y Ayotzinapa, es un episodio negro en nuestra historia que no debemos olvidar. No sólo es una fecha que marcó a una generación, sino que también dejó una profunda herida que no ha sanado ni han sido sancionados sus responsables.
¡Ni perdón ni olvido, castigo a los asesinos!