En días recientes se han expuesto una serie de casos de violencia, abusos al interior de distintas organizaciones que se reivindican marxistas en México. Las acusaciones no sólo señalan puntualmente a una serie de militantes o personas vinculadas a estas organizaciones, sino también a las direcciones de las mismas por encubrir conscientemente o hacer caso omiso a las denuncias. Esto incluso cuando en más de un caso, han sido las propias militantes de sus organizaciones quienes denuncian los casos de violencia o abusos.

Escrito por Rosa y Alternativa Socialista, ASI en México. 

La situación es francamente inaceptable. Desde Rosa y Alternativa Socialista nos solidarizamos con las y los denunciantes, y señalamos dichos comportamientos y la indiferencia de las direcciones de organizaciones que se asumen “revolucionarias” ante las denuncias de compañeras sobre situaciones de violencia y abusos que han sufrido. Las organizaciones socialistas debemos asumir un compromiso irrenunciable para combatir la violencia machista, así como otras expresiones de violencia como lo pueden ser la LGBTQfobia o el racismo. Esto es parte indivisible del compromiso con la lucha por la transformación radical de la sociedad y el acabar con las violencias y opresiones que sufre nuestra clase bajo el capitalismo.

Si conscientemente hemos asumido el compromiso de dar la lucha contra estas expresiones de violencia y discriminación desde nuestras filas hacia el exterior, nuestra actitud debe ser todavía de mayor compromiso sin espacio a titubeos para combatirlas al interior de nuestras filas. No podemos permitir que estos comportamientos se reproduzcan en el seno del movimiento de la clase trabajadora y la juventud. No sólo se trata de un asunto de congruencia sino también de brindar un espacio seguro a nuestras y nuestros camaradas para desarrollarse libres de violencia.

El asumirnos marxistas no es ningún tipo de escalón moral desde el que podemos asumir que somos puros y totalmente libres de actitudes emanadas de estos mecanismos de violencia y discriminación. Por eso, más allá de simples declaraciones, debemos trabajar al interior de nuestras filas en la concientización de este grave problema. Así mismo, es fundamental para el trabajo de las organizaciones marxistas contar con mecanismos o protocolos, que sean del conocimiento de toda la militancia, en los que se indique con claridad cómo y ante qué instancias se pueden denunciar casos de violencia y abusos. Estos mecanismos o protocolos también deben también especificar en cómo debe proceder la instancia correspondiente ante las posibles denuncias. Así como también velar por no revictimizar a quienes denuncian casos de esta naturaleza ni dejar que la responsabilidad de vigilar las conductas dentro de la organización recaiga en lxs camaradas más vulnerables a estas.

En el caso de las direcciones de las organizaciones, es inaceptable que estas tomen una actitud de indiferencia o incluso de abierto encubrimiento de agresores en las filas de sus organizaciones. Si le exigimos a toda nuestra militancia un compromiso inquebrantable con la política de cero tolerancias a la violencia machista y a expresiones de racismo o LGBTQfobia, las direcciones de partidos y organizaciones marxistas deben mostrar una rectitud todavía mayor en ese sentido.

Así mismo, hacemos un llamado a la militancia de las organizaciones marxistas en México a asumir la tarea consciente de trabajar para erradicar estas conductas violentas de los espacios de organización política de nuestro movimiento. Este compromiso debe expresarse en no bajar la voz ante casos de abuso y violencia y en no permitir que en sus organizaciones exista espacio para el encubrimiento de agresores. No podemos aspirar a construir un movimiento que luche por erradicar las múltiples opresiones a las que está sujeta la clase trabajadora si continúan existiendo casos como los denunciados entre las organizaciones marxistas.

¡Luchemos por eliminar la violencia machista dentro de las organizaciones marxistas!