A ocho años de la noche de Iguala: ¡Fue el Estado!

El pasado 26 de septiembre, miles de personas tomamos de nuevo las calles de todo el país para exigir el esclarecimiento del caso Ayotzinapa y por la presentación de los normalistas desaparecidos. 

Escrito por Hugo Gamboa, Alternativa Socialista (ASI en México)

Entre la noche del 26 y 27 de septiembre de 2014, estudiantes de la Escuela Normal Rural “Isidro Burgos” salieron de Ayotzinapa a Iguala, donde tomarían unos camiones de forma pacífica para ir a la manifestación que habitualmente se hace el 2 de octubre en la Ciudad de México. Los primeros enfrentamientos se dieron dentro de Iguala, Guerrero, cuando la policía fue alertada de cuatro camiones que estaban saliendo de la ciudad; un estudiante bajó para mover una camioneta que igual llevaban, pero una riña entre él y un policía acabó con la vida de su compañero. 

A partir de este momento, la entonces Procuraduría General de la República, siendo jefe de esta dependencia, Jesús Murillo Karam, empezó a construir lo que hasta hace un mes era la verdad histórica. Confirmando, prácticamente, que los 43 jóvenes desaparecidos habían sido calcinados en un basurero de Cocula, Guerrero tras ser detenidos por la policía por órdenes del entonces presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, y quienes fueron entregados al cártel Guerreros Unidos y estos hicieron todo el trabajo porque, supuestamente, habían estudiantes dentro de Los Rojos, cartel del narcotráfico rival de Guerreros Unidos. Toda la verdad histórica se construyó bajo torturas, mentiras, desaparición de fuentes primarias, archivos y asesinatos de personas claves para la resolución del Caso Ayotzinapa. 

Hasta hace 3 años que la investigación cambió su rumbo y en el esclarecimiento de hechos ha habido algunos avances pero también algunos contratiempos que evidencian la responsabilidad del Estado, y especialmente el sistema judicial en la desaparición de los normalistas. En 2019, se creó la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, donde se empieza a recopilar nueva información que no se había considerado para las indagatorias. Pero sin duda lo más importante a recalcar es que durante los años anteriores el gobierno hizo hincapié en que el Ejército y la Marina no tenían nada que ver en la desaparición forzada de los 43 estudiantes. 

Hasta el 18 de agosto de 2022, donde se muestra el Informe de la Presidencia del Caso Ayotzinapa, se derrumbó la verdad histórica que buscaba encubrir al ejército y a la Procuraduría de Justicia en su responsabilidad en la desaparición y en las investigaciones poco después de los acontecimientos del 26 de septiembre que podían haber salvado la vida de los normalistas. Es decir que, en última instancia, defendía a los altos funcionarios responsables de la seguridad y la justicia en 2014. 

Por eso el pasado 26 de septiembre, tomamos las calles de todo el país miles de personas, estudiantes, jóvenes, padres de familia y activistas sociales. Desde Alternativa Socialista México entendemos que el derrumbamiento de la verdad histórica es un paso para esclarecer el caso que, durante 8 años no había podido avanzar por los muros que el gobierno interponía para llegar a la verdad. De la misma forma nosotros, como miles, señalamos que el único culpable es el Estado y sus altos funcionarios: Murillo Karam, Salvador Cienfuegos, Enrique Peña Nieto, etc. Ellos, como los militares, son responsables por la desaparición forzada, el asesinato y la tortura sistemática que ha costado lágrimas, frustraciones y la muerte de los normalistas asesinados la noche del 26 y 27 de septiembre de 2014. Hoy, más que nunca, debemos levantar la voz para decir que fue un crimen de Estado. Diciendo cómo entonces ¡Fue el Estado! ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!