A 51 años de la masacre del Jueves Corpus, orquestada por el Estado mexicano,  no olvidamos ni perdonamos los actos impunes con los que Luis Echeverria y su gabinete presidencial sofocaron a palos y metralla las protestas estudiantiles democráticas. Eran estos jóvenes que aún  mantenían fresca la memoria de las crueles experiencias vividas en la masacre de Tlatelolco en 1968, quienes impulsaba y hacían evidentes las ansias de una generación por transformar la realidad en la que vivían.

Escrito por Alternativa Socialista, ASI en México. 

Años después, la tarea de diferentes organizaciones combativas, fue la de esclarecer el saldo de heridos; asesinados; y desaparecidos, a la par de hacer justicia contra los responsables impunes del crimen. Estas organizaciones promovieron una labor de reivindicación de la memoria histórica que expuso la política criminal  con la que el aparato de estado autoritario, en complicidad con la burguesía  y el imperialismo actuaban. Echeverria negó los hechos, a pesar de las pruebas que delataban su cometido. Mientras, en forma de burla siniestra, el gobierno de Felipe Calderon lo exoneraba de las acusaciones en el año 2009. Las protestas, las pruebas y las demandas de juicio efectivo de estas organizaciones, agrupaciones de izquierda y colectivos finalmente fueron descartadas y silenciadas. La Comisión para la Verdad de la CNDH sobre el caso del “Jueves Corpus” al mismo tiempo fue ignorada mientras puntualmente señalaba la privación del Derecho a la vida, Derecho a la integridad personal, Derecho a la libertad de expresión y el Derecho a la protesta social pacífica. 

Hoy deberíamos preguntarnos ¿hasta qué punto la supuesta evolución democrática del país bajo la 4T ha esclarecido y hecho justicia a las víctimas de la masacre? La respuesta es obvia, en ningún punto en lo absoluto. Echeverría puede morir impunemente en paz, como la gran mayoría de militares, paramilitares y policías que fueron los perpetradores materiales de este crimen y otras atrocidades durante la Guerra Sucia. El Halconazo recorre a su vez una serie de episodios atroces que igualmente siguen sin esclarecerse y sin tener responsables por ello. Tlatelolco, Acteal, Ayotzinapa, Aguas Blancas, etc.… son ejemplos de crímenes de Estado que continúan impunes.Por ello, en este día de protesta, hacemos un llamado a la continua búsqueda por la verdad, justicia real y reparación de daños que tanto las víctimas del 10 de junio de 1971 como los miles de padres, hermanos e hijos de desaparecidos y asesinados por el estado mexicano hoy lo exigen a gritos. 

El triunfo de esta lucha sólo habrá de conseguirse a través de la organización consciente de millones de trabajadores y estudiantes del país. A través de la completa restitución del daño y la superación del propio en una nueva sociedad que ponga fin a los horrores del estado y sus aliados capitalistas. Y esto sólo habrá de llegar por medio de una lucha contra el terrorismo estatal vigente y por su abolición completa en la sociedad socialista. Es posible vislumbrar esta superación. Únete a nosotros, por la memoria, verdad y justicia. 

¡Ni perdón ni olvido! ¡Castigo a los culpables!