8M en Zacatecas: ¡Su represión no nos asusta, nos anima a luchar!

En manifestaciones pasadas en la ciudad de Zacatecas, los cuerpos policiacos municipales y estatales no llegaban más allá de la vigilancia al margen de las movilizaciones. El 8 de marzo de 2024 marca un nuevo punto en la actitud por parte del gobierno del estado, encabezado por David Monreal Ávila de Morena, en el que las fuerzas de seguridad fueron utilizadas para intimidar, hostigar y reprimir a las manifestantes convocadas en la capital del estado. Actos que no se presentaban ni en los gobiernos priistas encabezados por militares de las décadas de los 60 y 70.

Escrito por Cecilia Luévano Gurrola y Sebastián Lorea Flores, ASI en Zacatecas.

2024, ¿año de la paz?

El gobierno del estado de Zacatecas declaró al 2024 como “El año de la paz”. Un eslogan que serviría, al menos desde el buró, para desdibujar la idea de un Zacatecas violento. Entidad que alberga a dos de las localidades con mayor percepción de inseguridad de acuerdo a la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI a nivel nacional, donde se encuentran en primer lugar Fresnillo y en el quinto lugar Zacatecas capital.

La primera muestra de violencia por parte de los cuerpos de seguridad del Estado se efectuó el 14 de diciembre de 2023, en el aniversario luctuoso del camarada Francisco Zapata, donde se agredió violentamente a manifestantes que pretendían impedir el paso del desfile navideño, haciéndolos a un lado y reteniéndolos violentamente. Acto que no fue difundido por lo que pasó por alto para gran parte del país.

Los Monreal han buscado presentar una retórica de  seguridad y paz en el estado, mientras que en la realidad movilizan sus aparatos represivos para bloquear cualquier manifestación que les sean incómodas. Sus últimas víctimas son mujeres que justamente denuncian las atrocidades que viven a diario en el contexto de la violencia de género. Esto no solamente es una incongruencia, también es un síntoma de que la organización de las mujeres incide fuertemente en la legitimidad de la administración de Monreal y lo mucho que flaquea su política en atender los problemas de la clase trabajadora zacatecana.

Balance del 8 de marzo en Zacatecas

La movilización convocada para el 8 de marzo pasado en Zacatecas, fue separatista, como se ha acostumbrado a convocar  desde el 2021. Y contó con la participación de alrededor de 4 mil mujeres, el punto de partida fue la plaza de Ingeniería de la UAZ a las 3 de la tarde y se dirigió a la Plaza de Armas de la capital, donde se ubican el palacio de gobierno y la catedral, punto de conclusión para la mayoría de las movilizaciones en la localidad.

Esta manifestación fue convocada a pesar de que desde días antes al 8 de marzo el Secretario de Gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza, insinuaba que habría una represión violenta. Además de negar a las trabajadoras del gobierno del estado permiso para asistir a la movilización. Cabe destacar las  intimidaciones hechas por la policía municipal y de tránsito del estado, cuyos agentes subieron  a las unidades de transporte público para grabar a quienes se trasladaban y catearon las pertenencias principalmente de las mujeres. Esto constata faltas graves a nuestra garantía de libre tránsito y reunión, además de demostrar que las trabajadoras usuarias del transporte público fueron víctimas de acoso por parte de los oficiales que las revisaron sin órdenes.

La manifestación ocurrió en general de manera pacífica, aunque como en todas las marchas no faltaron compañeras quienes recurrieron a la acción directa contra algunos locales bancarios y comerciales. Lo que no pasó de pintas y algunos cristales rotos. Mientras algunos comercios colocaron lienzos morados en sus fachadas como símbolo de solidaridad -o como una forma de evitar la acción directa contra su locales-, y en otros mandaban a su personal femenino a entregar botellas de agua y a mantenerse afuera de las instalaciones apoyando al contingente.

Sin embargo, la respuesta policial contra los manifestantes fue absolutamente desmedida. Lo que en el fondo oculta una intención de fondo, contra el movimiento feminista para intentar desmoralizarlo y replegarlo. Las declaraciones del secretario de gobierno previo a la marcha, así como el hostigamiento policial por medio de un helicóptero y la agresión contra la movilización con gas lacrimógeno y las detenciones a la marcha así lo demuestran. La detención en palacio de gobierno y en los separos de 18 de las asistentes, quienes fueron detenidas arbitrariamente con exceso de fuerza, brutalmente golpeadas tal como se perciben en los videos captados que circulan redes sociales, son otro ejemplo del objetivo de la represión. Muchas de las agredidas ni siquiera participaron en los actos contra los comercios y de cualquier forma la respuesta de las autoridades fue completamente desmedida. Inclusive dos de las manifestantes detenidas llegaron de urgencia al hospital por los golpes que recibieron por parte de la fuerza pública.

La denuncia de estos actos de represión fueron achacados principalmente al Secretario de Gobernación, quien lo único que declaró fue que lamentaba la violencia en contra del personal de policía y señalando que a las detenidas se les había respetado su derecho a la manifestación. En ningún momento reconoció la represión ni se posicionó al respecto de esta. Dias despues, el domingo 10 de marzo a las 11 de la mañana se convocó a una concentración en la Plaza de Armas por parte de una colectiva feminista separatista exigiendo respuesta y solución al esclarecimiento de la represión ocurrida el viernes anterior.

A raíz de ello, el Movimiento Feminista de Zacatecas, principal colectivo que fijó postura respecto a esta problemática a través de los recursos legales, convocó a una movilización no separatista para el 14 de marzo, exigiendo un alto a la represión y una serie de acciones que aseguren la libre manifestación y acciones concretas por parte de las autoridades para la solución a las demandas. A su vez, en el transcurso de la misma semana, se dirigieron a la sede del Congreso de la Unión en la ciudad de México para que se tomaran posiciones al respecto de lo ocurrido en Zacatecas.

Frente a la represión ¡organización!

La movilización convocada para el 14 de marzo por el Movimiento Feminista de Zacatecas, contó con una asistencia de alrededor 400 personas. Una cantidad mucho menor a la que se manifestó el 8 de marzo. Una razón para esto es el temor que desencadenó la represión del 8 de marzo, y segundo, que aún falta una mayor organización del movimiento feminista en el estado. Así como perspectivas más claras para el movimiento. 

El transcurso de la movilización fue acompañado por un grupo de observadoras de la Comisión Estatal de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas, quienes se mantuvieron al margen de la marcha. Algo que confirma que la represión y el acoso fue intencionado y responde a órdenes del estado, fue que en ningún momento del trayecto se percibió a uniformados ni a provocadores.

La politización fue evidente al señalar, por ejemplo, que ¡La policía no es aliada, aunque se vista de morada!, ¡El año de la paz, te lo metiste por atrás!, y ¡A las morras las gasean, con el narco se culean! Esto como un claro reconocimiento de la necesidad de atender las problemáticas locales y asumir que tanto el Estado como el narco son ambos culpables. Esto sobrepasa el análisis que no pasa de la cuestión de partidos políticos, muchos de los políticos de oposición aprovecharon para señalar al gobierno en turno y colgarse medallas sin entender la trayectoria caciquil de los Monreal. Pero estas maniobras tan obvias no les gana ningún respaldo o reconocimiento, es claro que la lucha que se tiene que dar tiene que ser una lucha desde la izquierda, con posiciones claras y concretas.

Al finalizar la manifestación, en el mitin hecho en la puerta del Palacio de Gobierno, se leyó el posicionamiento del Movimiento Feminista de Zacatecas, en el que como primer punto se reivindicaba la lucha por el reconocimiento por parte del gobierno del estado de la represión hecha contra las manifestantes del 8 de marzo. Entre otros puntos se mencionó la demanda de asegurar que no se reprimiría a más manifestaciones políticas, la propuesta con una gran carga simbolica que el Callejón de las Campanas, lugar en donde permanecieron y de donde salieron los oficiales a reprimir, se renombrara como Callejón de la Tortura, así como que el gobierno del estado se hiciera cargo del robo de pertenencias del que fueron víctimas las mujeres detenidas.

Lo que se ha logrado y lo que falta por hacer

Por parte del Poder Legislativo, desde la presión del Congreso de la Unión hasta la legislatura local, se retiró el nombramiento de “Año de la Paz” para el 2024 en Zacatecas. Este logro que tiene una enorme carga política enfrenta de una manera realista el actuar del gobierno frente a las demandas de las mujeres y la clase trabajadora. En particular de la causa feminista, ya que nuestro gobierno se ha mostrado incapaz e inoperante de resolver las exigencias de las víctimas.

La acción del 14 de marzo resultó en un aglutinador político que ayudó a que diversos frentes se unieran por la exigencia al cese a la represión por parte del gobierno. Tener  perspectivas políticas claras contribuye a enfrentarse de manera decidida en contra de los adversarios y enemigos políticos de la clase trabajadora.  Ahora la poca legitimidad política que tenían los Monreal en Zacatecas ha sido socavada. Por último, de acuerdo a noticias del 15 de marzo de 2024, el Poder Legislativo local ha promovido la renuncia del Secretario de Gobierno como resultado de las exigencias recientes de la organización y de movilización de los y las zacatecanas. En conclusión, el movimiento feminista ahora debe ahondar en cuestiones políticas concretas para atender las problemáticas de las que son víctimas las mujeres. Tenemos que ir más allá de una lucha identitaria, las cuestiones políticas deben permear en  la mayor cantidad de manifestaciones para ejercer presión a las autoridades. 

El 8 de marzo debe consagrarse como una conmemoración de las mujeres trabajadoras que han sufrido exigiendo mejores condiciones de vida para ellas mismas. Las demandas siguen vigentes en tanto el sistema capitalista, independientemente de los partidos políticos en turno, continúe destrozando y atentando contra la vida de las y los trabajadores. Lo acontecido en Zacatecas no se cierra únicamente en este hecho ni es exclusivo de este estado, sino que es el reflejo de un sistema mundial en decadencia, que encuentra en la represión y en la violencia por parte del estado capitalista en contra de las mujeres, una forma de mantenerse en el poder. Es por esto que solo con la organización de un feminismo combativo y socialista, de clase y que responda a las maneras en las que el capitalismo oprime a las personas marginalizadas, podremos ponerle fin a la represión y la violencia estatal.