8 de Marzo: Balance de manifestaciones del día internacional de la mujer trabajadora

Pese a que no fue difícil encontrar consignas del feminismo liberal, todas las marchas en las que participamos tuvieron un fuerte tinte contra el fin de la guerra en Gaza. Mensajes con un contenido de clase muy claro, lo que da cuenta del gran desarrollo de la conciencia de clase que se está desarrollando alrededor del movimiento feminista. Pero también hubo grandes retos para el movimiento como consecuencia de las rupturas con el feminismo de derecha y enfrentamientos con la policía. 

Escrito por Rosa, Feminismo Socialista Internacional.

Muchas compañeras han atinado en señalar que el patriarcado está coludido con el sistema capitalista, y que no podemos derrocar a uno solo y vivir tranquila y cómodamente con eso, sino que hay que derrocarlos juntos. En todo el país encontramos pronunciamientos en contra de la guerra genocida en Gaza y como afecta no solo a las mujeres palestinas, si no a todos los oprimidos por el régimen de apartheid Israeli.

El capitalismo instrumentaliza y requiere de diversas formas de opresión que usa como armas para impulsar guerras, violencia machista, el despojo y la explotación de nuestros recursos y nuestros territorios, además de mantener sus ataques a toda la clase trabajadora y los oprimidos. El racismo, la LGBTIQ-fobia, el sexismo, el edadismo, el patriarcado y todas las formas de opresión son formas para separar artificialmente a la clase trabajadora, lo cual facilita el boicot, la desarticulación y desorganización de las trabajadoras para despojarnos de las herramientas más útiles que tenemos para luchar contra el capitalismo y el patriarcado.

Miles de compañeras han llegado a estas mismas conclusiones a través del análisis interseccional, el cual ha hecho que crezca el número de feministas que acertadamente se reivindican anticapitalistas. En Rosa México aseguramos que la estrategia de lucha del movimiento feminista debe estar guiada por la construcción de un movimiento combativo para sí mismo y para toda la clase trabajadora. Esta es la razón por lo cual nuestra plataforma feminista lucha contra todas las formas de opresión y explotación. 

La lucha por los derechos de las mujeres, de las personas LGBTIQ+, de las personas racializadas indígenas, negras y latinas contra la violencia de género y contra todas las formas de violencia que experimentan las personas oprimidas, no son cuestiones secundarias y no pueden ser dejadas de lado en la lucha contra el capitalismo. Miles de mujeres que marcharon este pasado 8 de Marzo entienden esto y hacen críticas acertadas sobre la forma en la que hemos planteado nuestra lucha hasta ahora. 

La reacción de la derecha y la represión

En Zacatecas, la marcha contó con la participación de alrededor de 4 mil mujeres. Esta manifestación fue convocada a pesar de que días antes al 8 de marzo, el Secretario de Gobierno Rodrigo Reyes Mugüerza, insinuaba que habría una represión violenta.  Las intimidaciones hechas por la policía municipal y de tránsito del estado durante el transcurso del día no se dejaron de esperar, ya que los agentes subieron a unidades de transporte público para grabar a quienes se trasladaban y catearon las pertenencias principalmente de las mujeres. 

El saldo fue de 18 detenidas arbitrariamente, con exceso de fuerza y brutalmente golpeadas. Incluso si muchas de las agredidas no participaron en los actos contra los comercios, la respuesta de las autoridades fue completamente desmedida. Inclusive en dos de las manifestantes detenidas llegaron de urgencia al hospital por los golpes que recibieron por parte de la fuerza pública. Este no es un simple acto inconsciente de las autoridades, es una clara reaccion a la fuerza y protagonismo que ha tomado el movimiento feminista en todo el pais. La represión es un arma que la burguesía emplea cuando se les acaban las alternativas para desmovilizar y no están dispuestos a ceder posiciones. La rápida movilizacion de los colectivos feministas en Zacatecas, que denunciaron desde redes sociales hasta al mismo Congreso de la Unión, es una muestra de que el movimiento feminista no se dará por vencido tan fácilmente, y que esta dispuesto a responder golpe a golpe cada ataque sufra. 

Continúa la disputa entre el feminismo transincluyente y el transexcluyente

En el país también vimos marchas acompañadas de demandas concretas y específicas en cada estado, que contrastaban con las organizaciones y colectivas liberales y ‘radicales’, quienes hacían un llamado a la ‘unión de una sola marcha’. La diversidad en las marchas transincluyentes y con un contenido político más profundo propició que se fortalecieran vínculos entre diferentes sectores y organizaciones en lucha, más ampliamente que la simple búsqueda de la unidad con las mujeres pequeñoburguesas y de derecha que buscaba el feminismo radical. Esta es una batalla que continúa desarrollándose desde marzo de 2020 contra la derecha en el movimiento feminista, en la que los momentos que se han presentado en el movimiento, demuestran claridad por parte de la enorme mayoría de mujeres y personas de la comunidad LGBTIQ+ que luchan contra todas las opresiones. Una batalla que claramente vamos ganando quienes nos oponemos a la transfobia, la LQBTIQfobia y la opresión que encontramos en la clase trabajadora, nuestra aliada natural y clase de la que somos parte. 

Esta brecha que se ha abierto con el feminismo pequeñoburgués es evidencia clara de cómo la ideología de derecha ha permeado dentro del feminismo, con ideas contradictorias a la lucha de las mujeres como que es posible ser radical y defender los aparatos del estado que reprimen y desmovilizan a las mujeres. O bien que se puede luchar por la igualdad de las mujeres sin luchar contra todas las opresiones y violencias de género, como la homofobia y la transfobia. Sin embargo, las feministas socialistas, transincluyentes e intereseccionales hemos reafirmado nuestro compromiso con un movimiento feminista más amplio, pero también con las mujeres de la clase trabajadora, las racializadas y con todxs lxs oprimidxs. Con esto planteamos que se han dado los primeros pasos para construir un programa de lucha amplio para las mujeres, la comunidad LGBTIQ+ y lxs oprimidxs en general. 

¡Por un movimiento feminista para las trabajadoras y oprimidas!

Uno de los riesgos más importantes que acechan al feminismo en este momento, es la falta de claridad política y de posturas firmes ante el avance de la derecha, que está ligado con la fuerza y lucha del movimiento feminista. En Puebla, a diferencia de años pasados, cuando la marcha llegó a su fin, no hubo ningún pronunciamiento, comunicado, postura o micrófono abierto. La conglomeración de miles de mujeres y personas afines a la marcha resultó ser sólo eso, un performance sin dirección clara, sin ninguna exigencia o postura, que privó a las manifestantes de cualquier contenido político. 

También hubo un carácter despolitizado relevante en las posiciones de las diferentes coordinadoras con respecto a los partidos políticos en las diferentes marchas. Específicamente la idea de prohibir la presencia de material alusivo a las próximas elecciones federales, en las que dos mujeres con programas diferentes competirán por la presidencia. Las feministas debemos ser conscientes de que nuestra lucha debe implicarse y ser consecuente hasta los últimos momentos de las elecciones, lo cual debe llevarnos a plantear preguntas como: ¿qué políticas defiende cada candidata?,  o, ¿qué significan ambas candidatas desde la vida política para las mujeres mexicanas trabajadoras? La postura de indiferencia y hostilidad hacia las compañeras que manifestamos estos cuestionamientos el 8M, aboga por esquivar la discusión y no abordar las contradicciones del proceso, y este es un hecho que nos deja inmóviles y sin posicionamientos firmes antes los sucesos electorales en México.  

¿Por qué la cuestión de clase se reivindica en unos cuantos discursos pero no se vuelve fundamental para el movimiento feminista? La respuesta podría abarcar análisis más extensos y profundos, pero por lo mientras ha sido claro para nosotras: la cuestión de clase aún está relegada y se entrelaza con la exigencia de no hacer ver las posturas de izquierda dentro de la marcha del 8M bajo la consigna del “anti proselitismo”. Este hecho borra mucho, desde el carácter de clase de la lucha de las mujeres, hasta la historia de las mujeres en las grandes luchas que ha emprendido la izquierda, y los partidos y organizaciones de izquierda como aliados naturales del movimiento feminista. Todas estas son ideas que, al ser desplazadas, solo benefician al statu quo, el cual representa fielmente al sistema capitalista y al patriarcado.

La falta de una dirección combativa y socialista en el movimiento feminista nos ha llevado hasta aquí. Sin embargo, en todo el país encontramos a muchas compañeras que empiezan a notar que al movimiento le falta plantearse muchas preguntas y sobre todo crear perspectivas políticas respecto a coyunturas presentes: la cuestión del carácter de clase dentro del movimiento feminista; la cuestión de clase y su relación con la consolidación del patriarcado; la emancipación económica y material de las mujeres y todxs lxs oprimidxs; cuestionarnos por qué el sistema necesita de estas opresiones para sobrevivir, así como la nueva ofensiva de la derecha contra los derechos de las mujeres y personas LGBTIQ+, derechos recientemente conquistados en distintos países del mundo a costa de intentos de golpes a la articulación, de desmoralización y otras reacciones de quienes quieren privarnos de vivir en dignidad. Igualmente debemos involucrarnos en debates de cómo podemos construir frente a este nuevo periodo de guerras al que nos arrastra el capitalismo, las múltiples crisis del capitalismo a nivel internacional y la catástrofe climática. 

Invitamos a lxs lectores cuestionarnos qué es el poder, qué es el estado, qué son el imperialismo y el capitalismo; cuál es el nuestro papel en la construcción de la revolución, y con qué herramientas cuenta la clase trabajadora. Estas preguntas centrales, nos llevan a desarrollar responsable y conscientemente nuestros planteamientos organizativos, como el programa de lucha; las estrategias, métodos y las demandas de la clase trabajadora. Nuestro rumbo es dependiente de las condiciones reales y objetivas de la sociedad, y nuestras recomendaciones en colectivo toman en cuenta las experiencias históricas del movimiento de trabajadorxs. 

Desde Rosa México trabajamos arduamente para responder algunas de estas cuestiones de manera colectiva con el movimiento feminista y de trabajadorxs, pero también para construir un feminismo revolucionario y socialista. Buscamos construir un feminismo que rompa con las limitaciones del reformismo, que rete y derroque al patriarcado y al capitalismo y que construya e idee nuevas formas para relacionarnos, para convivir en sociedad, para no abusar ni seguir reproduciendo los longevos medios de dominación y abusos que naturalmente se han adherido al capitalismo para explotarnos y separarnos a lxs trabajadorxs, cuando lo que necesitamos es acuerdos y cohesión, para dar la lucha por la justicia, la libertad y una vida digna.

¡Feminismo para las trabajadoras y sus hijas! ¡Derroquemos al capitalismo! ¡La revolución será feminista o no será!