Veracruz, necesitamos una alternativa para los trabajadores .

Las próximas elecciones marcarán un punto clave en la lucha clases en el próximo periodo, que estará marcado por la pandemia de Covid y la crisis económica que ha desatado. Sin embargo en Veracruz , como algunos otros estados del país, no habrá alternativas electorales para los trabajadores.

Escrito por José Peláez, Alternativa Socialista (ASI en México).

Con las próximas de elecciones en Veracruz, se elegirán a los alcaldes de los 212 municipios del estado, y 50 diputados estatales, 30 por elección popular y 20 bajo el principio de representación proporcional. Ambos cargos tendrán un periodo de 3 años, mismo que estará abierto a la posibilidad de reelección. Los partidos se han agrupado en coaliciones, al igual que sus homólogos en otros estados y a nivel federal, MORENA, el PT y el PVEM se han agrupado en la coalición llamada “Juntos Haremos Historia en Veracruz”, mientras que el PRI, PAN y PRD han cerrado filas alrededor de la coalición “Veracruz Va”. 

Lamentablemente esto deja al pueblo veracruzano a elegir entre quienes han roto gran parte de las promesas de justicia social que los llevaron a la presidencia y se han mostrado incapaces de llevar a cabo las acciones necesarias para verdaderamente transformar al estado, y una alianza de reaccionarios que verían al pueblo muerto antes de permitirle cosas tan básicas como un mejor salario, protección laboral o la facilidad de formar sindicatos. Esta elección despierta los fantasmas dejados por administraciones pasadas y que dejaron una profunda cicatriz en la vida de la clase trabajadora.

El sangriento legado del PRIAN en Veracruz

La historia del pueblo veracruzano con sus gobernantes en los últimos 17 años, ha sido una severamente tumultuosa y llena de injusticia social, tras el periodo del gobernador Miguel Alemán Velasco, quien propiamente sentó una larga lista de antecedentes para futuros actos de corrupción. Elegido en 2004 el candidato priista, Fidel Herrera Beltrán, abogado, exsenador y exdiputado federal, Herrera era un político de carrera, sus inicios estaban fuertemente entrelazados con la hegemonía priísta en el país y en el estado, donde jamás habían perdido una sola elección desde su fundación. Desde el inicio su gobierno fue objeto de escándalos de corrupción, tomando abiertamente recursos estatales para las campañas de sus aliados priistas que competían por los puestos municipales del estado.

Herrera no se detendría ahí, además de sus lazos con el creciente crimen organizado en el estado que se convertiría en uno de los frentes más sangrientos de la “Guerra contra el Narcotráfico” y fue uno de los contribuyentes iniciales del endeudamiento masivo que sumergió al estado en una de las peores crisis en su historia económica. Al terminar su mandato Herrera buscaría ser cónsul de México en España en 2015 bajo la protección de su amigo, el entonces presidente Peña Nieto, hasta que las investigaciones sobre lazos de corrupción por parte de las autoridades españolas forzaron su renuncia 2 años más tarde.

Javier Duarte continuó esta trágica situación, con el aumento de la ola de violencia generalizada que azotó al estado. Quizás uno de los casos más notorios fue la aparición de 35 cuerpos de personas asesinadas el 20 de septiembre de 2011 en medio de Boca Del Rio, Veracruz. Duarte, sin haberse hecho las investigaciones pertinentes, ni la identificación propia de los cuerpos, sostuvo que las víctimas tenían antecedentes penales y que eran, a en sus propias palabras, secuestradores y asesinos. Durante la campaña de Enrique Peña Nieto, otro escándalo involucró a este gobernador que transfirió 25 millones de pesos para su campaña. La entonces PGR lo descarto como un pago en efectivo a una empresa de obras públicas, que, al parecer, solo iba a aceptar un pago en efectivo, ignorando métodos comunes en contratos estatales como la transferencia bancaria.

El peligro que se extendío sobre los habitantes del estado muchas veces se manifestó sobre la prensa. Veracruz llegó a ser uno de los estados más peligrosos del país para ejercer el periodismo. De acuerdo con Reporteros Sin Fronteras solo 2 años tras el inicio de su gobierno, nueve periodistas cubriendo la llamada “Guerra contra el narcotráfico” habían sido asesinados mientras que otros 2 habían sido secuestrados. Entre los casos más conocidos están los de Gregorio Jiménez de la Cruz, periodista independiente que había advertido sobre el peligro de ser periodista en Veracruz, quien fuera asesinado y su muerte atribuida apresuradamente a un problema personal. O el caso de Rubén Espinosa y Nadia Vera, corresponsal de Proceso y activista por los derechos humanos respectivamente, asesinados junto a otras 2 personas en Ciudad de México  tras huir de Veracruz por las diversas amenazas que habían recibido. Poco antes de su muerte habían responsabilizado a Javier Duarte como responsable de lo que les llegase a pasar. Lamentablemente, como otro millar de casos en este país, las autoridades nuevamente mostraron su complicidad dándole el habitual carpetazo con el que la mayor parte de los crímenes se resuelven. En total 17 periodistas serían asesinados durante el gobierno de Duarte, convirtiendo al periodismo en Veracruz en una obra pagada con la muerte.

Lo único que el Gobierno Federal se dignó a proseguir contra Duarte fue la red de empresas fantasmas, fruto de la masiva desregularización fiscal que se vio en este gobierno y que el burócrata había creado con el fin de enriquecerse junto a sus allegados. Con el número variando de 27 a 123, con reportes de hasta 600 de las mismas, las cuales recibían licitaciones públicas con el objetivo de extraer recursos del erario público estatal, que afectaría entre otras al presupuesto de la Universidad Veracruzana dejándola sin la solvencia de pagar a sus profesores. O en los hospitales y centros médicos, donde la falta de recursos se cobraría la vida de aún más veracruzanos en necesidad de ayuda médica. Fue solo entonces que en 2016 el SAT decidió iniciar proceso contra Javier Duarte, quién entonces desapareció temporalmente en medio del escándalo generado a lo largo del país y sin responder por el desvío de más de 60,000 millones de pesos.

El sucesor de Duarte fue uno interino, Flavino Ríos Alvarado, durante los 48 días del 12 de octubre al 30 noviembre de 2016 ejerció la oficina de gobernador. Suficiente para declarar un nuevo proceso electoral, por supuesto auxiliar en la huida de su predecesor y benefactor, razón por la cual sería detenido y vinculado a proceso por tráfico de influencias en 2017, de lo cual sería exonerado 2 años más tarde. 

El sucesor de Ríos Alvarado sería el rival de la elección pasada de Duarte, el ex subsecretario de seguridad pública de Vicente Fox y ex director general del ISSSTE de Felipe Calderón, Miguel Ángel Yunes Linares. Empresario panista de la misma clase que había facilitado los previos desastrosos gobiernos del estado, Yunes no estuvo exento de los escándalos. Desde 2006 la periodista Lydia Cacho lo señalaba como parte de una red de pederastia de alto rango integrada por Jean Succar Kuri, Emilio Gamboa Patrón y Kamel Nacif Borge, la complicidad entre estas 3 figuras ha dejado en profunda evidencia a las autoridades, quienes no se han molestado en siquiera continuar una investigación dejando el caso con un nuevo carpetazo desde que la periodista interpusiera una demanda contra ellos en Quintana Roo en 2006. Una demanda adicional fue puesta en 2016 luego de que una testigo reportó haber visto a Yunes entrar a una habitación de hotel junto a una menor de edad.

Entre otras acusaciones, su hijo y él han sido señalados por beneficiarse de un enriquecimiento ilícito que podría estar por arriba de los 3000 millones de pesos, muchas de estas acusaciones datan de su periodo como presidente municipal de Boca del Rio, además de diversas irregularidades y acuerdos con el exgobernador Duarte previos a que Yunes oficiara la gubernatura. Además, se han interpuesto denuncias por desaparición forzada y peculado contra él y su ex fiscal general del estado, Jorge Winckler. Sumado a esto, el actual gobernador, Cuitláhuac García Jiménez, interpuso una demanda relacionada a delitos electorales durante las apresuradas elecciones de 2016. Yunes es una de las pruebas más evidentes de la falta de opciones políticas que ofrecen los partidos burgueses que han dominado el escenario veracruzano, cambiando simplemente el símbolo con el cual la opresión es apoyada sobre la espalda de los trabajadores veracruzanos.

Balance del gobierno de Cuitlahuac García

En la elección de 2018, Cuitlahuac García resultó elegido como gobernador, siendo candidato de MORENA. Su victoria coincidió con varias a lo largo del país y con la de Loóez Obrador en la presidencia de la República, y como estos  ha sido profundamente lento en procesar a aquellos responsables por el saqueo que vivió el estado por muchos años, pese a pequeñas victorias logradas contra empresas carroñeras que se beneficiaban del “outsourcing”, no se han logrado grandes avances y las promesas de justicia social han estado en su mayoría vacías.

Las detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas por parte de los aparatos de seguridad del estado siguen ocurriendo. Recientemente 7 jóvenes fueron detenidos en Orizaba, acusados de “atacar con armas y piedras” a la policía estatal, fueron amedrentados, arrestados sin evidencia y las jóvenes fueron agredidas sexualmente. El gobernador se ha negado a intervenir en el proceso, y lamentablemente estas acciones siguen ocurriendo dejando en evidencia la debilidad política que ha mostrado MORENA para con las promesas que hizo.

La actual crisis generada por la pandemia de COVID 19 ha dejado aún más en evidencia el fallo del gobierno actual en mejorar y adecuar la infraestructura sanitaria del estado. Se han presentado más de 21 mil casos confirmados, de los cuales han muerto más de 3,800 personas desde el inicio de la crisis. De acuerdo a fuentes estatales, muchas veces a causa de una inadecuada atención médica, y muchas otras por no estar cubiertos por el Seguro Social ni poder permitirse atención médica privada. Lo que señala un problema aún más grande a nivel federal sobre la infraestructura de nuestro sistema de salud y lo inherentemente discriminatorio que puede llegar a ser contra la clase trabajadora.

Sumado todo lo anterior, es evidente la naturaleza de la política veracruzana que sigue respondiendo a la burguesía local y nacional que ha robado a sus trabajadores de la seguridad un retiro digno, del derecho a la protección colectiva de sus derechos laborales, que ha precarizado las opciones que tienen los jóvenes para su futuro, que ha forzado a las familiar a vivir de día a día sin poder estar seguros de que habrá pan en la mesa. Los burócratas que se atacan unos a otros en los medios de comunicación no son más que la misma fuerza que empuja la bota contra el yugo de los trabajadores veracruzanos, una bota auspiciada por desapariciones, asesinatos y opresión, que se exculpa señalando criminales en todas partes, buscando engañar al pueblo y hacerle creer que estos son la causa y no un simple síntoma nacido de un sistema económico basado en la explotación y deshumanización de los más desfavorecidos.

Es tiempo que el pueblo veracruzano mire hacia arriba y señalé a los verdaderos culpables, que los combata y que los suprima para siempre, con las herramientas que tenga, con su voz y con su resistencia. El pueblo trabajador debe exigir no más, no más miseria para los trabajadores, no más robo descarado de los gobernantes que tenemos, no más opresión por parte de los aparatos de seguridad, no más enriquecimiento de unos pocos empresarios a costa de sus trabajadores.

En las próximas elecciones en Veracruz, con Morena que se ha mostrado incapaz de escapar de los vicios y contradicciones de los gobiernos anteriores, y una reacción abiertamente cómplice de la muerte de cientos de veracruzanos, el pueblo veracruzano se encuentra contra la espada y la pared. El descontento con los gobernantes es evidente en cada esquina, los ricos llenan sus bolsillos, apostando a sus candidatos reaccionarios de “Veracruz Va!”, como a caballos de hipódromo que les llenarán los bolsillos con incentivos fiscales y licitaciones de obras públicas. Mientras Morena se contenta sólo con ganar elecciones, recurren a políticos que hace 2 años consideraban enemigos jurados recibiendolos con brazos abiertos en “Juntos Haremos Historia en Veracruz”. Ante toda perspectiva parecería un callejón sin salida, sin embargo, la furia justificada del pueblo veracruzano es una que no solo representa la solidaridad entre la clase trabajadora, es una que también puede representar una oportunidad para la lucha obrera en el estado, cuyo rol siempre ha estado ligado a sectores estratégicos de la producción como el petróleo, agricultura, pesca y comercio marítimo

Esta oportunidad no debe ser tomada para elegir a “el menos peor” de entre una larga lista, debe ser aprovechada para construir una alternativa real para los trabajadores. Una alternativa democrática y de combate, que lo mismo lucha contra la derecha y su legado de sangre como para profundizar y acelerar la transformación que vive el país, al mismo tiempo que lucha contra el oportunismo y el diletantismo de Morena. Esto es, una Alternativa Socialista para las y los trabajadores en su lucha por mejorar sus condiciones de vida.