Legalización del matrimonio homosexual en Puebla

¡Un paso adelante importante, pero hace falta seguir avanzando!

Escrito por Fatima Lomelin, Rosa México. 

El Congreso de Puebla aprobó por mayoría de votos, treinta y uno a favor, la reforma al Código Civil que legaliza el matrimonio y la unión libre entre personas del mismo sexo. Un paso adelante para garantizar la igualdad de derechos en el estado de Puebla, suceso que se dio a partir del mandato de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, después de que el Congreso del estado de Puebla en octubre del 2019 rechazó la unión civil entre parejas homosexuales y se negó a despenalizar el aborto. 

Hasta hace 10 años existía en la Ciudad de México un vacío legal (o bien, incongruencia legal) en la que si bien se reconocía –y reconoce– en la Constitución que nadie debe ser discriminado por ningún motivo, no se reconocía el matrimonio homosexual como derecho constitucional. Hoy, en cambio, una pareja del mismo sexo puede contraer matrimonio de manera directa en doce de treinta y dos estados de México, siendo Puebla el último en aceptar este tipo de unión el pasado 3 de noviembre. 

Pero bien, retomando lo anterior, es pertinente hacer explícito –nombrar y reconocer para después transformar– que la no-legalización tiene causa y es causa. En cuanto a lo primero, en cuanto a lo que es causa (aunque no única causa) de la no-legalización del matrimonio homosexual, hablamos de la heteronormatividad patriarcal: la regla implícita o informal que hace de la heterosexualidad la norma. Esto es, pensar que las categorías y relaciones como el sexo, el afecto, el parentesco y los roles de género; en suma, categorías que determinan las expectativas sociales, políticas, económicas, hasta estéticas y espacios del hombre y la mujer, están determinadas por la binaridad de género. Esto se vuelve aquello a lo que se debe aspirar dentro de una sociedad en tanto que norma. Y donde la legalidad y los cuerpos de seguridad, por ejemplo, se ponen al servicio de la norma. Todo lo demás es transgresión irracional, o bien, problemático. 

En cuanto a lo segundo, en cuanto a lo que causa la no-legalización del matrimonio homosexual, hablamos de injusticia hacia la comunidad LGBT+, aunque definitivamente la injusticia legal y social no tiene sus límites aquí: también se vive desde otros espacios y otros sujetos. Se cree (así como pasa en el aborto, por ejemplo) que la no-ley y que la falta de legalización acaba con el “problema”: se equipara «ley=problema» en tanto que si existe la ley (existe algo que legalizar) existe el “problema” y viceversa. Esto es una falsa dicotomía, no sólo porque el matrimonio homosexual no es ningún problema, sino también porque la atracción por personas del mismo sexo existe fuera del margen de la ley. Entonces, la no-legalización lo único que resulta, lo único que causa, es desigualdad y desventaja que restringen el acceso, la libertad y las oportunidades de las personas por un criterio arbitrario (en tanto que sólo dentro de determinada construcción social y márgenes de entendimiento esto es problemático). El derecho a la no discriminación y a la igualdad de trato es una responsabilidad del Estado mexicano que, por el momento, parcialmente cumple.

Sin duda, el paso dado por el reconocimiento legal del matrimonio igualitario en Puebla representa la aspiración de miles de personas para conquistar una sociedad más justa e igualitaria. Y si bien Morena ha jugado ahora un papel positivo en cuanto al tema no deja de ser contradictorio que esta decisión se haya dado como consecuencia de una sentencia de la SCJN que señaló el rechazo de la misma propuesta hace un año. En otras palabras: ha habido resistencia por parte de la heteronorma institucional, y como antagonismo a lo que debería ser la política de un partido y un gobierno progresista que aspira a impulsar una transformación de la sociedad hacia la igualdad. Se debe, entonces, repensar la praxis: o Morena abandona un discurso progresista y reconoce la falta de atención a ciertos sujetos, o se impulsa el matrimonio igualitario en todo el país aprovechando la mayoría parlamentaria en los estados y se impulsa la despenaliza el aborto a nivel federal sin ningún tipo de resistencia.